Zamora cuenta con un patrimonio de órganos de gran riqueza pero no parece cuidarlos como se merecen. O esto es lo que piensa Vicente Urones Sánchez, que desde hace tiempo viene denunciando el triste estado de conservación de algunos de los más bellos ejemplares. Es el caso de un órgano construido por José Liborna Echevarría, organero de la Capilla Real, en 1774, una de las joyas de Zamora (se encuentra en Fermoselle) que presenta un deprimente estado de conservación. "El órgano ha conocido tres emplazamientos diferentes. Es un ejemplar muy bueno que, debido a la "pasividad" del responsable del mismo, se encuentra en estas condiciones. Completamente abandonado a su suerte. Sé que mientras el responsable no quiera, no se puede hacer nada, pero es una pena dejar morir así un instrumento histórico, que durante casi 200 años ayudó a elevar las almas de los fieles. Ojalá entre todos podamos conseguir que el órgano sea devuelto a la vida, tanto para cumplir su función como, por qué no, para entrar en un circuito de conciertos", explica Urones Sánchez en su facebook personal, lugar donde también llama la atención sobre un bellísimo órgano construido en Tagarabuena a mediados del siglo XVIII.
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