La Voz de Asturias (23/12/09)Lugar: Auditorio de Oviedo; Fecha: 21 de diciembre de 2009;Ciclo: Jornadas de piano "Luis G. Iberni"
PRODIGIOSA YUJA WANG
Hay ocasiones en las que, como espectadores, sólo nos queda admirar la calidad interpretativa de ciertos artistas. La pianista china Yuja Wang, de tan solo 22 años, se presentó en las Jornadas de Piano "Luis G. Iberni" con un recital de nivel técnico estratosférico, en una noche en la que, lamentablemente, tres citas musicales de interés que coincidían a un tiempo en la ciudad contribuyeron a que la entrada no estuviese a la altura del recital. Una pena, porque la ocasión sirvió para conocer a una pianista destinada a convertirse en verdadera protagonista del actual panorama interpretativo internacional. La velada resultó fascinante de principio a fin. Incluso llamó la atención su vigorosa y generosa manera de presentarse y saludar al público, y su elegancia y pulcritud gestual, de una saludable sofisticación bastante rara de ver en un mundo en el suele abundar la afectación exagerada, o incluso la contención excesiva. Educada en China en su infancia, Wang decidió dejar su país natal a los 16 años para estudiar piano en Estados Unidos, una decisión que define un carácter y madurez inusuales para una artista en la que se ha fijado nada menos que la Deutsche Grammophon. También resultó significativo y un motivo de orgullo para la región que eligiera Oviedo para presentarse en España, descartando otra ciudad de influencia musical creciente en la Península. La seriedad con que se viene trabajando desde hace años sigue dando buenos frutos y prestigio internacional a Oviedo. Esperemos que la tan citada crisis no pase factura y tire por la borda lo que tanto tiempo ha costado poner en pie. El programa tenía de todo, obras del siglo XVIII, XIX y XX con un nexo común, su gran dificultad interpretativa. Yuja Wang ofreció un verdadero recital en el que daba la impresión de querer seguir la estela de los más grandes intérpretes del pasado siglo, por repertorio y por capacidad. Tocó cuatro sonatas de Scarlatti con un estilo blanco, algo ingenuo, que puso todas las notas en su sitio pero que pareció olvidar que estamos ante un repertorio con más historia que Napoleón, aunque poner algún pero a su actuación casi puede sonar ridículo dadas sus prodigiosas e inusualmente precoces condiciones musicales. Los "Estudios sinfónicos" de Schumann resultaron sofisticados y enjutos, más que profundamente expresivos; los "Tres lieder" de Schubert arreglados por Liszt, un preludio elegante y refinado de una de las joyas de la noche, la "Sonata para piano nº 6" de Prokofiev, que la pianista interpretó con una contundencia y brillantez expresiva realmente deslumbrantes. Las propinas no se quedaron atrás, más bien evidenciaron las ambiciosas intenciones de Yuja Wang, que se acordó de György Cziffra y del mismísimo Horowitz cuando interpretó las dificilísimas "Variaciones sobre un tema de la ópera Carmen", o la transcripción realizada por el primero sobre la "Tritsch Tratsch polka" de Strauss. La interpretación fue tan prodigiosa que si no llego a verlo en directo no me lo creo.
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