UN ESTRENO QUE LLEGÓ PARA QUEDARSE
Written on Skin (G. Benjamin). Prinzregentertheater, Múnich. 27/07/2013
La edición del pasado 2012 del festival de Aix-en-Provence se cerró con un acontecimiento de éxito unánime, tanto de crítica como de público: el estreno de Written on Skin del compositor británico George Benjamin. Desde entonces esta partitura se ha podido ver en Florencia, Amsterdam, Toulouse y Londres, en la Royal Opera House Covent Garden, de donde partió de hecho el encargo a George Benjamin y a Martin Crimp, el libretista, para fraguar una nueva ópera. El festival de julio en la Bayerische Staatsoper de Múnich ha vuelto a apuntarse un tanto, al apostar por este título. Se reponía pues para la ocasión la propuesta escénica firmada por Katie Mitchell y se volvió a contar prácticamente con el mismo equipo de cantantes que había puesto en escena la obra en los citados teatros, con la salvedad de que Bejun Mehta fue en Múnich sustituido por Iestyn Davies.
El reparto que llegaba a estas representaciones de Múnich ha asumido sus papeles de tal modo que se los intérpretes se mimetizan vocal y físicamente con sus personajes de un modo tan natural como elogiable. Christopher Purves, el reponsable de dar vida al 'Protector', es sobre todo un gran actor, en posesión de un timbre atractivo, elocuente. Quizá no sea tan gran músico como gran actor, pero sabe sacar partido a sus recursos y compone un personaje arrollador en escena: violento, visceral, quebradizo... Bárbara Hannigan, además de una intérprete musicalmente irreprochable, es todo un animal escénico, una cantante de entrega total, fiera, voluptuosa, física... Y no por ello resulta menos exacta en su labor vocal. La partitura que Benjamin le depara al rol de Agnès, con esa escritura tan aguda y tan árida, se presta a menudo al grito y a la estridencia. Y sin embargo, Hannigan se sobrepone de un modo admirable a ese constante esfuerzo, con un instrumento brillante y dúctil, logrando entretanto aparecer sensual, a veces adolescente, a veces madura, generalmente frágil y vulnerable. Con una pareja protagonista tan entregada y resuelta, todo fluye con mucha más facilidad y eficacia. Junto a ellos, en su doble labor de Boy/Angel, se encontraba Iestyn Davies, que posee un timbre hermosísimo y destaca en todo momento por la seguridad, elegancia y paradójica naturalidad con la que emite su voz de contratenor. Irreprochable el resto del reparto, compuesto por Victoria Simmonds y Allan Clayton.
En escena, la propuesta de Katie Mitchell destaca no sólo por una detallista y elaborada dirección de actores, sino también por la ingeniosa superposición de tiempos y acciones, algo que logra gracias a una escenografía, francamente inspirada y funcional, a cargo de Vicki Mortimer, soberbiamente iluminada además por Jon Clark. Una espléndida solución escénica, sin duda, a la altura de una música inspirada, conformando todo ello una representación excepcional.
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