Vicente Chuliá ya está en Guanajuato, México, ciudad importante, monumental, cervantina por los cuatro costados y asombrosamente vital, que desde el día de ayer acoge uno de los cursos de dirección orquestal más ambiciosos de los que se han realizado en este país. Chuliá comparte cátedra con Roberto Beltrán Zavala, director musical y artístico de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, entidad organizadora de un curso que combina la dirección orquestal con la filosofía de la música, impartida por el propio Chuliá [autor de un Manual de Filosofía de la Música] y por Tomás García López, filósofo de referencia dentro del Materialismo Filosófico de Gustavo Bueno.
Los mimbres son la propia Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato y un quinteto de intrumentistas de este conjunto. «Es difícil encontrar un curso de dirección de estas carácterísticas. Normalmente en los cursos de dirección se cuenta con una orquesta de estudiantes. Y esto no sólo sucede en México sino también en España o en el resto de Europa. Aquí tenemos una gran orquesta sinfónica, profesional, y un quinteto que permite a los alumnos practicar nuestras enseñanzas antes de enfrentarse con una gran orquesta. Otro aspecto original es su unión con la filosofía de la música», explica Chuliá, que durante el día de ayer ofreció su primera lección sobre los fundamentos de la dirección orquestal desde las coordenadas del materialismo filosófico y, en sesión de tarde, tuvo oportunidad de trabajar con el quinteto y los alumos obras como la Sinfonía nº 5 de Beethoven o la Pequeña serenata nocturna de Mozart. Son siete los alumnos seleccionados para el curso: Enrique Rico Ascencio, de la Academia Renacimiento de León, Guanajuato; Rita María Espinosa Osorio, de Puebla; Jacop Tapia Nieto, de Tijuana; Diego Alonso Piñera Torres, de Durango; Francisco J. Hernández Bolaños, de Cancún, pero formado en la Arizona State University de EEUU; Humberto de Jesús Pérez, de León, México; y Gerando Sánchez, de la ciudad de Guanajuato.
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