Vocalmente destacó el Julián del joven barítono madrileño César San Martín, poseedor de un material de lírico-ligero de emisión relajada. El instrumento no es especialmente privilegiado por calidad tímbrica o proyección, pero San Martín sabe manejarlo con flexibilidad y buen gusto, especialmente en su canción "También la gente del pueblo". En lo actoral, se mostró muy natural y desenvuelto. En el papel de "la morena" Susana, la valenciana Amparo Navarro, ofreció una convincente interpretación aunque la brevedad del rol no dé pie al lucimiento vocal. Su hermana Casta, interpretada por la mezzosoprano Maria José Suárez, se vio favorecida por la revisión de la obra, que hace que "la rubia" asuma el número de la soleá "En Chiclana me crié" mientras sufre las bruscas maneras del peluquero. La ovetense brindó una buena recreación del personaje con su habitual desparpajo escénico.
El barítono santanderino David Rubiera, encarnó al personaje más popular de la obra, el boticario Don Hilarión, quien con sus archiconocidas coplas y un semi strip-tease arrancó las primeras risas. Tiene Rubiera la particularidad de dar siempre la sensación de haberse tragado un altavoz, tal es la proyección sonora que logra en todo momento y posición sobre el escenario. Sin embargo hemos apreciado en esta ocasión un excesivo apoyo en las resonancias nasales, casi cómico en ciertos momentos, que entendemos que debería intentar corregir o, al menos, mitigar. Escénicamente, estuvo soberbio en todo momento, especialmente en las coreografías, donde se le vió disfrutar de lo lindo.
El tenor Emilio Sánchez, habitual del teatro Campoamor tanto en ópera como en zarzuela, ofreció su solvencia habitual en un papel de tesitura baritonal con esa emisión tan peculiar y característica que en un primer momento da la impresión de ser un tanto engolada y resonar en posiciones en exceso retrasadas pero que proyecta con facilidad sobre la orquesta. Como anécdota, señalar que durante el Nocturno "Buena está la política", un móvil comenzó a sonar insistentemente desde el patio de butacas. Ante la absoluta pasividad de su dueño, Sánchez aprovechó una parte hablada para gritar "¡Contesta!" sin demasiado éxito. Itxaro Mentxaka, a la que pudimos ver hace apenas unas semanas en La corte de faraón, asumió el papel de Señá Rita con la seguridad vocal y temperamento escénico al que nos tiene acostumbrados. Como Tío Antonio, el popular actor Juanma Cifuentes tuvo ocasión de exhibir proyección en la canción gallega que se añadió, como igualmente hizo la bailaora Olga Castro con otro añadido, en su caso el zapateado de La Tempranica de Jiménez. En papeles menores, Manuel Lobo, Rubén Díez, Pablo Romero, Gloria Alonso y Yolanda Secades cumplieron sobradamente. Gran trabajo de la Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo, especialmente en las partes habladas. Marzio Conti a la batuta de la Oviedo Filarmonía, superó las prestaciones ofrecidas la temporada pasada en El Caserío, si bien se echó de menos un poco más de brío en ciertos pasajes de la Mazurca. A pesar del buen nivel vocal y el evidente trabajo de conjunto, el público acogió la propuesta tibiamente, sin que faltasen las protestas de algún sector, conservador y de cierta edad.