Vasily Petrenko dirige a la Sinfónica de Castilla y León con obras de Falla, Chaikovski y Sibelius. Los conciertos se celebran en el Auditorio de Valladolid, los días 15 y 16 de febrero. El pianista español Martín García García interpretará el Concierto para piano y orquesta nº 1 de Tchaikovsky.
Vasily Petrenko: «La Sinfonía nº 1 de Sibelius es una de sus obras más dramáticas»
Un reportaje de Agustín Achúcarro
Vasily Petrenko dirige a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, en el Auditorio de Valladolid, y lo hace en su condición de director asociado. Existe una conexión continuada en el tiempo entre orquesta, director y aficionados que ha calado profundamente. «Es algo muy importante para mí, pues no tengo con ninguna otra formación una relación así, tan constante, aunque con la Filarmónica de Liverpool yo haya vivido una experiencia muy relevante. Han pasado casi veinte años desde la primera vez que dirigí a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León en el Teatro Calderón de Valladolid- si no me falla la memoria en abril de 2005- en un espacio de acústica nada ideal, para después ir al Auditorio, y ver cómo se ha convertido en una de las mejores orquestas de España». Desde que Enrique Rojas trajo a aquel joven que pensaba que, o triunfaba en la música o lo dejaba todo, su relación con la Sinfónica se ha mantenido, por lo que para él ésta se asemeja a «la que se tiene con un hijo al que se le ha visto crecer y evolucionar, pasar de niño a adulto».
Para empezar, interpretarán la Fantasía bætica, en orquestación de Francisco Coll, que se interpretó por primera vez en junio de 2023, en el Festival de Aldeburgh por la Filarmónica de la BBC, y que ahora supone su estreno en España. «Creo-afirma Petrenko- que es una muy buena orquestación, con muchos colores y efectos, con toda la fuerza del flamenco y los motivos populares, con una esencia dramática muy española. Una obra que pone a prueba la capacidad de la orquesta». Una complejidad que para Petrenko nace de las mismas características del piano y la orquesta. «Las voces en el piano se realizan con los acordes, con las manos, con diez dedos, pero en la orquesta para conseguir un efecto así es necesario que los instrumentos se vayan relevando unos a otros y el conseguir que se acoplen perfectamente, es complejo». A esto, el director añade que «aunque Manuel de Falla no deseaba que se orquestara, el hacerlo ha sido positivo. «Se pueden sacar a flote muchas cosas, pues la versión para piano resulta muy condesada, mientras que la orquesta facilita colores y acentos muy diferentes».
Seguirá una obra tan conocida como el Concierto para piano nº1 de Chaikovski, una partitura frecuente en el repertorio-en la temporada de la OSCyL ésta será la décima vez que se interpreta- por lo que hace que Petrenko advierta que «en algunas orquestas, cuando se programa, algunos músicos dicen: ¡Otra vez Chaikovski!». Algo de lo que, según su criterio, la Sinfónica está vacunada. «Es muy positivo que la OSCyL cuente con una combinación de músicos que la han tocado muchas veces junto a otros que es la primera o segunda ocasión que lo hacen, pues la unión de esas posturas refuerza el interés por la obra y hace que el trabajo en los ensayos haya sido muy productivo». A eso suma la labor que está realizando el pianista Martín García García. «Su participación está resultando muy relevante, pues integra muy bien sus aportaciones personales con la orquesta y busca continuamente cosas nuevas». Petrenko saca a relucir su ironía, que él considera que es inglesa, cuando se le pregunta cómo equilibra la relación entre piano y orquesta: «Bueno-ríe abiertamente- es parte de mi profesión, y debo concertar los pasajes en que orquesta y piano tocan el mismo tema, al igual que cuando hacen lo contrario, y no olvidar trabajar articulaciones, balances…».
Si se habla de preferencias, el director tiene una cierta predilección por la obra de Sibelius y en concreto por su Sinfonía nº1, que le hace recordar que el compositor al igual que él estudió en su juventud en San Petersburgo. «Finlandia pertenecía al Imperio ruso y para mí esta obra podría ser la séptima de Chaikovski, aunque también tiene influencia alemana, de Beethoven y Brahms. En esta sinfonía se dan combinaciones que nunca se vuelven a dar, pues parte de una idea romántica y, como ya he dicho, su proximidad a Chaikovski es grande, lo que se nota en las melodías, pero al tiempo es música finlandesa, no rusa». Al director le apasiona lo que subyace en la partitura. «Una obra muy dramática, de las más dramáticas de Sibelius, que admite el símil de una persona que en cada momento busca la libertad y se enfrenta a todo tipo de opresión, pero al final no logra liberarse; es casi un triunfo, pero no lo es, y en los últimos pizzicatos se vuelve muy cruel, muy triste».
Tras su paso por la sede de la Sinfónica de Castilla y León, a Vasily Petrenko le espera una larga gira con la Royal Philarmonic de Londres, de la que es titular desde 2021, por EE.UU, pero antes volverá a Liverpool y a Oslo, dos ciudades que conoce bien, pues ha sido titular de sus Filarmónicas. El director vive con entrega su profesión, así que, a pesar de que lleve una vida muy ajetreada, dice superarlo porque «le encanta la música, su trabajo, y lo hace con amor».
Foto: OSCyL
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