Crítica: Varvara toca la «Variaciones Goldberg» en Medina del Campo

Varvara con las Goldberg

Por Agustín Achúcarro
Medina del Campo, 18-XI-2024. Semana de la Música de Medina del Campo.Auditorio Emiliano Allende de Medina del Campo. Varvara Nepomnyaschaya, piano. Variaciones Goldberg, DWV 988 de Juan Sebastián Bach. 

   ¿Cuánto duran las Variaciones Godberg? ¿Qué interpretaciones son las más adecuadas? Más allá del subjetivismo de cada pregunta, no es menos cierto que hay no pocas interpretaciones de esta obra que admiten versiones muy diferentes, partiendo de la elección del clave o del piano. La supuesta flexibilidad interpretativa, el ejemplo paradigmático es la versión de 1955 de Glen Gould, a través de los siglos es una de las cualidades de esta verdadera obra maestra. Y estas digresiones vienen a cuento del concierto dado en la 33 Semana Internacional de Medina del Campo por la pianista Varvara Nepomnyaschaya. Ella optó por un estilo solamente pianístico, en algunas versaciones incluso llamando a la puerta del romanticismo, y sin embargo nunca se perdió la esencia de la música de Juan Sebastián Bach. No se pretende decir aquí que esta partitura lo aguanta todo, sino más bien lo contrario: que una inteligente artista puede interpretar una partitura con un piano moderno y con lo que eso conlleva, sin traicionar un ápice a la propuesta del genio creativo de J.S. Bach.

   En el primer instante del aria, destacó una claridad sonora y articulación muy expresiva. La pianista consiguió llevar hasta el final una interpretación cautivadora. Lo mismo hizo con la primera variación, a la que no solo le dio el aire de una polonesa, sino que le otorgó una subrayable carga emocional, que volvería a aparecer a lo largo del concierto. Y así prosiguió con una ágil materialización sonora de las escalas y arpegios de la Variación 17, con un proverbial tratamiento en el cruce de manos de la Variación 29, siempre con una agilidad en la pulsación y una profundidad interpretativa. Un tratamiento profundo de la música, cuidando siempre las texturas, para llegar a la conclusiva «Aria da capo» con una textura de melodía acompañada realizada con sutileza. Varvara Nepomnyaschaya supo seguir la progresión armónica de la obra en todo momento, conjugando rigor, severidad, dejación, levedad, sin exagerar rubatos y sí algo ciertos staccatos. Su interpretación terminó y la pianista consiguió ese espacio de silencio, de meditación, que se rompe con los primeros aplausos.

   Un excelente concierto que habla del olfato que tiene la Semana Internacional de la Música de Medina del Campo para encontrar a intérpretes que se adapten a su formato y posibilidades, y que al tiempo artistamente tengan algo que decir.  

Foto: SIMME.es