El Teatro Real presentará, entre los días 12 de enero y 8 de febrero, a las 18.00 horas (y no a las 20.00 horas, como es habitual), ocho funciones de Tristan und Isolde de Richard Wagner, en la producción concebida por Peter Sellars y Bill Viola para la Ópera de París en 2005.
La leyenda medieval de Tristán e Isolda, que Wagner utilizó para su drama musical en tres actos, estrenado en Múnich en 1865, plantea la extrema tensión que lleva a la pareja de amantes protagonistas a romper todas las normas morales y religiosas, poseídos por el hechizo de un filtro fatal, trasunto simbólico de la pasión que los consume.
En este camino de anhelo, perdición, purificación y trascendencia, que impulsa el devenir de la acción dramática y lleva la música a los límites de la tonalidad, late la vivencia amorosa de Wagner en su relación "prohibida" con la joven Mathilde Wesendonck y aflora la honda influencia del pensamiento filosófico de Arthur Schopenhauer (1788-1860), cuyo libro El mundo como voluntad y representación, Wagner leyó cuatro veces antes del inicio de la partitura.
La concepción wagneriana del arte total como confluencia de palabra, música, imagen y gesto, la utilización del mito en su dimensión universal y primigenia, la melodía infinita y la espiritualidad religiosa, se ajustan a la propuesta artística de Bill Viola, que insinúa poéticamente las contradicciones ontológicas del amor en sus múltiples dimensiones.
El espacio escénico creado por el videoartista estadounidense para la sublime obra de Wagner, con el desdoblamiento de los dos amantes en figuras terrenales y cuerpos celestiales, y su camino desde la purificación hasta la "disolución de uno mismo", ha provocado un enorme impacto en los espectadores que ya han podido contemplarla, en versión de concierto, tras su paso por Los Ángeles, Nueva York, Rotterdam, Londres, Birmingham, Lucerna, Dortmund, Helsinki, Estocolmo y Toronto (en esta última ciudad, con la dirección escénica de Peter Sellars, tal como se estrenó en París).