Estimad@s soci@s y amig@s,
Parece inevitable que desde vuestra Sociedad de Autores y Editores hoy, 22 de diciembre, y a la vista del rechazo en la Comisión de Economía a las propuestas que la Ministra de Cultura sometió en el día de ayer a votación, compartamos con todos vosotros un análisis objetivo y orientador de la situación provocada.
En primer lugar, os recuerdo a todos que la defensa de los Derechos de Autor y la Propiedad Intelectual tiene un largo recorrido: desde que en los rescoldos de la Revolución Francesa el insigne Beaumarchais consiguiera incluir entre los Derechos del Hombre el solemne reconocimiento de los Derechos de Autor, o lo que es lo mismo, el respeto a que solo el autor pueda decidir el futuro y destino de sus obras y de los rendimientos económicos que estas generen.
Es decir, no nos debe coger por sorpresa que, una vez más, haya que luchar por nuestros derechos y, desde luego, no será esta la última ni la más dura de las batallas. Pero, como hombres y mujeres de la cultura, la respuesta ha de ser meditada, diseñada y, sobre todo, inteligente y ponderada. Paradójicamente, no somos nosotros los principales perjudicados en esta situación; es la ciudadanía, que se verá privada a medio y largo plazo de un rico acervo cultural, de un imaginario colectivo que, desde el principio de los tiempos, los creadores y artistas, los científicos e inventores, han construido para favorecer el desarrollo intelectual y económico de los pueblos.
Si has leído hasta aquí, es que entiendes el desafío y estás dispuesto a salir del cómodo anonimato o del silencio de los corderos. Piensa y plantea, comprométete con el resto de compañeros y compañeras, pide explicaciones serenas y respetuosas, pero firmes y argumentadas, de porqué nos quieren privar de unos derechos que están siendo reconocidos en la mayoría de paises de nuestro entorno, convirtiendo a España y a los españoles en una anomalía inexplicable. Escribe a políticos y medios de comunicación, manifiéstate en las redes sociales, comparte con amig@s y colegas esta frustación de sentirnos ciudadanos de segunda, privados de los mismos derechos que disfrutan los trabajadores manuales o los profesionales liberales, esto es, del derecho a vivir simplemente de tu trabajo y a que se respeten tus derechos de autor, que es el salario de los creadores.
Hoy toca pensar; mañana, preguntar; pasado, ya veremos.
Eduardo Bautista García
Compositor y músico desde 1962
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