Los trabajadores del Teatro de la Zarzuela dejan plantado a Gregorio Marañón

   Los trabajadores del Teatro de la Zarzuela no quieren saber nada de Gregorio Marañón. Ése es el mensaje claro que se desprende del desplante que dichos trabajadores realizaron ayer al presidente del Teatro Real y promotor de la reciente "unión" del Teatro Real y Teatro de la Zarzuela, aprobada por el Gobierno a través de Real Decreto y que ha dado como resultado una fundación que, bajo el nombre de Fundación Nacional del Teatro Real y del Teatro de la Zarzuela empezaría a llevarse a efecto tras la entrada en vigor de la próxima Ley de Presupuestos Generales del Estado. "Hoy, Gregorio Marañón intentará verse con los trabajadores del Teatro de la Zarzuela con el objetivo de dividirlos para poder convencerlos y vencerlos. Detrás de su trato cercano y afable, se esconde un hombre ansioso de poder que es capaz de encandilar a cualquiera con sus promesas". Es el mensaje que ayer escribía en su facebook la Plataforma por el Teatro de la Zarzuela. Tras la reunión, el mensaje de esta página es muy diferente: "Los técnicos y el coro del Teatro de la Zarzuela no han querido escuchar las mentiras de Marañón y lo han dejado plantado lanzando su discurso a sillas vacías".

   Gregorio Marañón acudió ayer viernes 28 de abril por la mañana para, junto a Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, reunirse con los trabajadores del Teatro de la Zarzuela para explicar sus planes de desarrollo de la citada fundación y resolver las dudas que se pudieran plantear. El gesto de desaprobación de los trabajadores pone de manifiesto las profundas diferencias de sus miembros con los planes de la Fundación, que según ha podido saber CODALARIO, son considerados como oscurantistas e interesados por los más críticos con dicha "unión".

   En el fondo de la actitud de los trabajadores está su preocupación por sus futuras consecuencias. ¿Es esta fundación una forma de garantizar el presupuesto del Teatro Real para los próximos años, cuando éste pierda buena parte de su financiación por falta de patrocinios y determinados cambios legales que harían menos rentable para las empresas invertir en el Real? ¿Las cuestiones positivas que traen esa unión, como la de facilitar una mayor visibilidad audiovisual y ciertos procesos administrativos se está poniendo como excusa para cambiar las características más genuinas del De la Zarzuela y traerán una posible desaparición del Coro de la Zarzuela en un futuro próximo? ¿Qué sucederá con la falta de independencia artística del Teatro de la Zarzuela, que en la nueva fundación aparece supeditada en este terreno? ¿Cuanto tiempo tardará dicha entidad en suprimir un cargo, el de director artístico del coliseo de la calle de Jovellanos que puede no llegar a ser necesario o mantener intereses diferentes a los del director artístico de dicha fundación? Son algunas de las preguntas que preocupan en el seno de los trabajadores.