Los músicos de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León sentados ante sus atriles esperaban que Andrew Gourlay diera la señal para comenzar a interpretar el Concierto para violonchelo de Dvořák, obra con la que se inauguraba la Temporada 2019-2020. Comenzaron, sin poder imaginar que iba a ocurrir un hecho tan insólito como infrecuente: al poco de iniciar la extensa sección orquestal el director se dio cuenta que faltaba el percusionista de los timbales, paró la orquesta y se dirigió al público diciendo que necesitaban un timbalero. Varios músicos salieron a toda prisa del escenario y posteriormente Gourlay se volvió a dirigir a los espectadores para pedir disculpas, ante un hecho tan poco habitual, y aclaró que continuarían interpretando el Preludio al acto III de Los maestros cantores de Núremberg, que figuraba como la primera pieza de la segunda parte. Preguntada la OSCyL al respecto, ésta ha notificado a CODALARIO a través de prensa lo siguiente: «Debido a temas personales producidos a última hora de un músico de la orquesta, anoche -en referencia al jueves 3 de octubre- se cambió el orden de dos piezas del concierto primero de abono. En el abono de hoy -en alusión al del día 4- el programa seguirá el orden previsto inicialmente». Otras fuentes consultadas señalan que el músico en cuestión creyó que la obra de Dvorak se interpretaba en la segunda parte.
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