Por todos los que han luchado por este proyecto
Un reportaje de Agustín Achúcarro
La Orquesta Sinfónica de Castilla y León prepara de manera especial el último concierto de su vigésimo quinta temporadacon la Sinfonía Nº9 en re menor, op. 125, Coral de Beethoven. Será los días 22 y 23, en el Auditorio de Valladolid y con las entradas agotadas.
Concentrado en los aspectos musicales de este concierto, huyendo de cualquier cosa que pueda distraerle, Andrew Gourlay alude a la interpretación de la Sinfonía Nº9 de Beethoven desde un enfoque comparativo. “En relación a los maestros clásicos románticos tenemos siempre una reverencia especial hacía las versiones de los grandes directores, porque representan la experiencia, y aunque a cualquier edad podemos tomar las decisiones incorrectas, esa experiencia asegura un porcentaje menor de errores”. Lo que le hace considerar que posiblemente esto plantee para él un teórico inconveniente de partida: “Es un proyecto duro para los directores jóvenes, porque a priori pensamos que uno con experiencia lo haría mejor, pero es un reto de tal magnitud que por encima de todo me gusta”.
Su primer encuentro con la obra se remonta a sus épocas de trombonista. “Para mí es una partitura que conozco desde los 15 años, ya que la toqué en mi orquesta joven en el Albert Hall de Londres, y aunque no me acuerdo cómo pudimos hacerlo, tengo claro que fue una experiencia muy positiva para mi futuro”.
Antes de seguir charlando sobre el trabajo que ha realizado Gourlay aclara que la idea de concluir la temporada con la Sinfonía Nº9 de Beethoven fue de Jordi Gimeno, Director artístico y técnico de la OSCyL, y que una vez que se lo planteó “era difícil decir que no a una propuesta así”.
Al retomar su discurso sobre la obra Gourlay dispara a bocajarro. “En realidad hay muchas cosas en esta sinfonía que no entiendo y creo que la mayoría de mis compañeros están de acuerdo con esto, porque es una obra increíble de imaginación, quizá como ocurre en la Sinfonía fantástica de Berlioz, y eso es lo que nos hace que sintamos algo diferente cuando estamos frente a estas partituras”. “Yo -prosigue el director- intento mostrar a la audiencia la parte clara de la estructura de la obra, de la que podemos entender su sentido, y en un momento, como por ejemplo los recitativos de chelos y contrabajos, los trato como una fantasía que podemos sentir como algo separado dentro de la partitura”.
Para el director el aprendizaje en solitario de una partitura es algo muy personal. “Supongo que el proceso que he seguido es el mismo que en otras obras; por supuesto que la conozco y la he oído en muchas interpretaciones diferentes en mi vida, pero cuando la estudio no pienso en ninguna otra versión, pues uno puede verse condicionado, por lo que antes de nada prefiero sacar mis propias conclusiones sobre lo que Beethoven quiso escribir”.
A esto añade Gourlay un hecho evidente en relación al tiempo material con el que cuenta una formación profesional. “Es muy importante defender nuestra decisión, pero sabiendo que con los pocos ensayos con los que cuenta una orquesta no se puede controlar cada detalle, por lo que es mejor sumar mis ideas a aquello que lleva dentro de sí la orquesta”.
Otro detalle a valorar por el director es el hecho de que es la primera vez que se pondrá al frente de la selección de Coros de Castilla y León, que dirige Jordi Casas. “Para mí esto es algo importante, pues supone conocer de primera mano el desarrollo de este proyecto, máxime en una obra que es tan complicada para ellos, en la que Beethoven no escribe algo fácil de cantar, con unas tesituras muy tensas”. Los solistas serán Elizabeth Watts, soprano, Clara Mouriz, mezzo, Andrew Staples, tenor, y Robert Hayward, bajo.
Antes de finalizar el director titular de la OSCyL deja patente que “está contento por cómo se ha desarrollado esta temporada del aniversario” y que “tiene puestas muchas expectativas en la próxima”.
En torno al concierto de la OSCyL en estos dos días de clausura de la temporada hay previstas diversas actividades. Antes del concierto actuará la Banda del Conservatorio de Valladolid dirigida por Diego Cebrián en la entrada del Auditorio, habrá un pequeño concierto de un Trío de alumnos del Conservatorio en el vestíbulo de entrada y al término del concierto, tanto el director como los instrumentistas de la OSCyL, acudirán al citado vestíbulo para cambiar impresiones con el público que así lo desee. A esto se suma la Exposición de dibujos del concurso de Carteles, en el que han participado 379 niños de cuarto de primaria de colegios de Castilla y León (que ha ganado Cayetana de la Fuente, una niña de 9 años del CEIP Melquíades Hidalgo de Cabezón de Pisuerga), una Exposición de la OSCyL, con materiales del archivo y aportados por los músicos, y la edición de un programa de mano especial, que incluye escritos de Andrew Gourlay y Jesús López Cobos, y un anecdotarío, entre otros, de Francisco López, Ayudante de producción, y el afinador Silvano Coello.
Mar Sancho, Directora de Políticas Culturales de la Junta de Castilla y León realizó el día anterior una rueda de prensa en la que enumeró los logros que desde su perspectiva se habían conseguido, entre los que no faltaron las citas al aumento del número de abonos, centrándose concretamente en el de Proximidad, o la importancia del Área socio-educativa, sobre la que confirmó que “se seguiría apoyando a colectivos con necesidades específicas para quienes el acceso a las salas de conciertos todavía es una barrera”. Hizo también una referencia a los conciertos dados durante la temporada, reseñando concretamente el abono 11, por contar con los trompas de la OSCyL como protagonistas en la Pieza de concierto para 4 trompas de Schumann; el abono 13 en el que se colaboró con la Orquesta In crescendo y colectivos del tercer sector; el abono 16 por la colaboracióncon la Orquesta de Cadaqués, con un director de la talla de Gianandrea Noseda; el Nº18 con la Sinfonía Leningrado de Shostakovich dirigida por Eliahu Inbal, concierto al que calificó como “uno de los eventos de la temporada”; y el 19 con el repertorio de E.E. U.U.. También auguró lo mejor para el concierto de clausura, al tiempo que recordó la grabación de los conciertos de piano de Beethoven con Jesús López Cobos y Javier Perianes.
En los aspectos pedagógicos Sancho destacó el Máster realizado en cooperación con el Conservatorio Superior de Salamanca en Enseñanzas artísticas de Interpretación musical, que según su criterio “permite preparar al alumno en la práctica orquestal” y el Proyecto Ibérico orquestal, sobre el que dijo que “desde la excelencia artística se ponía en marcha un proyecto con 25 instrumentistas jóvenes de Andorra, España y Portugal en el que éstos iban a poder compartir atriles con los músicos de la OSCyL”.
En cuanto a datos, se refirió a las siguientes cifras: la OSCyL ha participado en 86 conciertos, la temporada ha constado de 40 conciertos con cerca de 43.000 asistentes y cuenta con un total de 3.069 abonados, sumando los diferentes abonos. A esto añadió los 44 conciertos para escolares, con la presencia de más de 17.400 alumnos.
Sancho adelantó que se volverán a realizar los conciertos de la OSCyL en las Plazas de las capitales de la Comunidad a partir del 29 de junio. Se refirió también al estreno de la obra Contrastes de Cristóbal Halffter y anunció que “tenían apalabrado un encargo para la temporada 2019-2020 con Alberto Posadas”, al que calificó como uno de los compositores españoles más internacionales. Se hace así justicia a un compositor, muy ligado a la música fractal, con una presencia muy significativa en escenarios como el de la Ciudad de la Música de París y en otros relevantes de la música actual, con el que se da la paradoja de que siendo vallisoletano la OSCyL aún no ha interpretado ninguna obra suya.
La Directora de Políticas Culturales fue preguntada sobre algunos problemas, entre los que figuró el relevo de la concertino, que pasará a la sección de tuttis, a lo que respondió que “la vida profesional de todas las personas cuenta con distintas etapas”, y en este caso “una de esas etapas había sido cumplida”. En relación al hecho de que lamentablemente aún no se haya grabado la sinfonía póstuma El Pinar perdido del compositor vallisoletano Luis de los Cobos aludió a la falta de financiación y se comprometió “a ver cómo se puede abordar”. En la misma línea se achacó la falta de presencia de compositores de Castilla y León en la Temporada de la OSCyL y cierta relajación en el Proyecto Socio Educativo en relación a la Orquesta In Crescendo. Sancho reconoció que el impulso inicial era fundamental, y que a partir de ahí se pretendía que la labor de las nuevas personas encargadas del proyecto consiguieran que “su fuerza fuera aún mayor”.
Unos días de lógica euforia que también deberían servir para no olvidar todo lo que ha costado crear, mantener y hacer crecer a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, y a las personas que han luchado y creído en esta orquesta, que no ha sido fácil ni de construir, ni de consolidar,-incluida la vital construcción de su sede en un Auditorio- y a la que aún le quedan muchas cosas para evitar estancarse y seguir creciendo.
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