La Orquesta Sinfónica de Castilla y León apuesta por un programa realmente variado, al que se le pueden encontrar nexos de unión, como lo fantástico y el mundo infantil, aunque posiblemente lo mejor sea no buscárselo. Así, se incluye una obra de estreno, encargo de la OSCyL al compositor Charlie Piper, y la voz será protagonista en Shéhérazade de Maurice Ravel, en la que interviene la mezzo Stéphanie d´Oustrac. También interpretarán la obertura de Hansel y Gretel de Engelbert Humperdick, en la que se presenta el tema de los ángeles protectores, el ballet Mi madre la oca del citado Ravel, En saga de Jean Sibelius y E.T.: Aventuras en la tierra de John Williams.
Este programa, que hace el número 14 de la Temporada de la OSCyL, está fechado para los días 20 y 21 de abril en el Auditorio de Valladolid, y la dirección correrá a cargo del titular de la orquesta, Andrew Gourlay.
El hecho de que Piper bautice a su obra con el nombre de Taranis remite directamente a la mitología celta y la deidad guerrera asociada con el trueno, la luz, el cielo y los ritmos del día y la noche. Miriam Bastos confirma el punto de partida de esta obra en el programa de mano, en el que también desvela las intenciones del compositor: “Piper nos presenta una obra inspirada en los movimientos y formas de la naturaleza, tal como sucede con esas nubes que, en un día de tormenta, surgen de la nada mientras van oscureciendo el cielo llevadas por el movimiento errático del viento, que las maneja a su antojo”.
Contar con la mezzo francesa Stéphanie d´Oustrac en Shéhérazade de Ravel supone tener la baza de una cantante que proviene de las huestes de William Christie, acostumbrada a repertorios bien diferentes, que conoce la obra del autor francés y lo que ésta pide a la voz - la tiene grabada junto a La hora española- a través de la sensualidad oriental que recoge en sus poemas “Asia”, “La flauta encantada” y “El indiferente”, en donde se crea una atmósfera poética a través de la tímbrica y una sugerente línea de la melodía.
Mi madre la oca nació como una composición para piano a cuatro manos y pasó a ser un ballet en cinco cuadros y una apoteosis, en el que adentra al espectador en un mundo de cuento fantástico. Siguiendo con las obras de este concierto, que aquí no se atiene necesariamente al orden en que serán interpretadas, en relación a En saga el propio Sibelius manifestó que era psicológicamente una de sus obras más profundas, y que podía decirse que casi toda su juventud estaba contenida dentro.
Y para terminar este programa, con cierto aire de muestrario, la música de John Williams para la película de Spielberg E.T. El extraterrestre.
Compartir