"Cuando dirigí mi primer Tristán había un cubo a mi lado para que pudiera vomitar en cualquier momento, así de mal y mareado estaba". Estas son las sorprendentes declaraciones realizadas por Simon Rattle al diario alemán Süddeutsche Zeitung, de las que se hace eco El Universal. Rattle también explicó que cuando ensaya durante un largo periodo de tiempo música de Wagner, se despierta por las noches y siente cómo la música se mueve dentro de él. “Me domina y me absorbe como un parásito”,
Compartir