Debutó muy joven cantando el papel de Oroveso en el Gran Teatro del Liceo. ¿Cómo ha evolucionado su instrumento para llegar a acometer páginas como el Escamillo o Enrico VIII de Anna Bolena?
Antes había tenido ocasión de hacer Il Frate de Don Carlo en Palma de Mallorca, el Marinero de Un ballo in maschera y diversos roles de comprimario. Mi primera actuación como protagonista y la que me abrió las puertas de otros teatros fue efectivamente, la Norma que hice en Barcelona. En esa época contaba con 21 años y mi voz de bajo-barítono ha evolucionado con el tiempo. Poco a poco vas incorporando papeles nuevos a medida que la voz va creciendo y se va aposentando. En estos momentos mi voz todavía tiene que seguir desarrollándose. Hay mucha diferencia entre ese Oroveso que hice hace más de una década y el que está grabado en Macerata de hace unos pocos años.
Siendo como dice un bajo-barítono, ha cantado algunos papeles al límite de esas dos vocalidades. ¿En qué tesitura se encuentra más cómodo?
Me encuentro cómodo en papeles de bajo agudos, como el Escamillo que he incorporado recientemente, o Raimondo de Lucia di Lammermoor. Sarastro o Fiesco de Boccanegra son papeles que no interpretaré nunca, porque ya están considerados para bajo profundo. Donde más tranquilo me veo es en los títulos de Mozart y Rossini.
¿Prefiere el Rossini serio o el buffo?
El serio. El Assur de Semiramide, o el Mustafá, que aunque su entorno y lo que canta tiene carácter buffo, está escrito para bajo serio.
Acaba de debutar el papel titular de Don Giovanni en Mahón y con ello cierra los tres papeles baritonales de la obra de Mozart, ¿siente un cariño especial por alguno de ellos?
Tengo un conflicto interior con ellos. Me encuentro muy cómodo cantando Leporello, que es un personaje que generalmente cae muy bien al público. Luego está el papel protagonista, que es muy seductor y tiene unas arias preciosas. El año que viene precisamente haré Leporello en el Teatro Campoamor, y automáticamente después, Don Giovanni en Hamburgo. El papel de Masetto lo hice a petición de Zubin Mehta para grabarlo en cd, pero no tiene nada que ver. Es un papel menos lucido.
En varias ocasiones ha manifestado su deseo de cantar Attila. ¿Hay algún otro papel de similar exigencia que tenga en sus planes de futuro?
Me encantaría hacer el Silva de Ernani, papel que ya me han ofrecido y que he optado por declinar momentáneamente a la espera de que mi voz esté más hecha.
Está en Madrid interpretando a Pascual en el Teatro de la Zarzuela, ¿qué visión tiene de su personaje?
Creo que es un papel que requiere mucho énfasis en las frases. De lo contrario es una ópera donde, si el tenor y la soprano son muy buenos, el bajo pasa desapercibido. No tiene momentos de especial relieve, excepto el dúo con ella y los concertantes del primer y segundo acto. A pesar de ser un papel transcendente, nunca se la da la importancia que se merece. Si se enfoca de una forma verista como ha hecho Ignacio con muy buen criterio, es un personaje que tiene un gran protagonismo. Marina le usa para dar celos a Jorge y ponerle a prueba
A finales de mayo hace su debut en la ROH con Douglas de La donna del lago y más tarde incorpora Gessler a su repertorio en el Guillaume Tell del ROF, ¿hay algún otro teatro en el que desee cantar y aún no lo haya hecho?
Me gustaría mucho hacerlo en el Metropolitan. Ya he estado en la Scala donde he hecho tres producciones, pero Nueva York espero que me llegue algún día.
Compartirá de nuevo escenario con Juan Diego Flórez, con quien ha colaborado en muchas ocasiones. También lo ha hecho con Edita Gruberova. ¿Qué le aporta cantar al lado de ellos?
Siempre he dicho que haber sido alumno de Kraus y haber compartido escenario con gente de la talla de Gruberova o Carreras, es un regalo, un aprendizaje constante. Es gente con un bagaje impresionante y de los que aprendes mucho tanto personal como técnicamente.
Acaba de lanzar al mercado su nuevo disco, "Mydream", en el que rinde homenaje al cancionero menorquín. Es un trabajo que tenía pendiente desde hacía tiempo.
Ha sido un proceso muy duro por los momentos que atravesamos. Luego tuve el disgusto de que me habían prometido grabar con la Sinfónica de Baleares, como cantante balear que paga sus impuestos que soy. Al final los políticos no cumplieron y fue una enorme decepción. Se llevó a cabo con la Filarmónica de Galicia, que lo hizo de manera fantástica. De hecho tenemos un nuevo proyecto de futuro muy atractivo.
¿Qué proyectos le deparan?
Después de estas funciones en Madrid iré al Covent Garden en mayo y junio, y después empiezan los ensayos en Pésaro. Tengo pendiente hacer una nueva grabación de ópera, de la que no puedo adelantar nada por el momento.Compartir
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