Por Silvia Pujalte
03/ 10 / 2014. Barcelona. Auditori AXA de L'illa Diagonal. Obras de Schumann. Matthias Goerne y Alexander Schmalcz.
Todos hemos organizado o asistido a una fiesta sorpresa. Los preparativos se hacen con todo sigilo, vigilas cada palabra que dices delante del homenajeado temiendo que se te escape algo, le mientes y te sabe mal, te sientes conspirador y cómplice. Habitualmente las fiestas sorpresa son actos privados, sólo para familia y amigos, pero el viernes 3 de octubre tuvimos la suerte de asistir a una fiesta sorpresa convertida en acto cultural y abierta a todos los aficionados al lied.
Todo empezó hace más de un año, cuando el barítono Matthias Goerne manifestó su deseo de dar un concierto sorpresa para Jordi Roch, director artístico de la Schubertiada de Vilabertran, coincidiendo con su cumpleaños; en febrero de 2014 todo estaba ya concretado y el recital tenía fecha y lugar. ¿Cuál era el motivo de este concierto? El mismo que en todas las fiestas sorpresa, celebrar la amistad. ¿Y por qué convertirlo en un acto público? Porque esta amistad de más de veinte años ha tenido una dimensión artística y somos muchos los que hemos disfrutado de ella. La Asociación Franz Schubert, organizadora del acto, se encargó de que la información llegara al máximo de aficionados sin recurrir a redes sociales, sitios web ni mucho menos medios impresos. Fue algo así como la “anticampaña” de difusión, la noticia del recital se fue difundiendo sólo vía correo eléctronico y el auditorio AXA prácticamente se llenó.
Decíamos que todo empezó hace más de un año pero en realidad todo empezó hace más de veinte, cuando Jordi Roch viajó a Heide para escuchar a un joven barítono por recomendación de la también joven soprano Juliane Banse. En el vídeo que se proyectó antes del recital Goerne explicaba cómo le había sorprendido que un doctor fuera desde Barcelona a Heide para escucharle e invitarle a participar en una schubertiada que por aquel entonces justo empezaba y se celebraba en un pueblecito remoto. El año siguiente el barítono salía por primera vez de Alemania (de la RDA todavía) para interpretar Winterreise en la Schubertiada de Vilabertran; eso fue en 1994, tenía entonces veintisiete años y desde entonces ha vuelto prácticamente cada año. La amistad entre Roch y Goerne dio paso a un estrecho vínculo entre Goerne y el público de la Schubertiada, como explicaba también el cantante en el vídeo.
Tras el vídeo aparecieron Matthias Goerne y el pianista Alexander Schmalcz en el escenario (impagable la sonrisa de oreja a oreja del barítono dirigida a Jordi Roch en ese momento ¡sorpresa! que tienen todas las fiestas); tras los aplausos de bienvenida era el momento de disfrutar de Schumann. Los artistas interpretaron tres de sus ciclos: Frauenliebe und -leben (Amor y vida de mujer), Dichterliebe (Amor de poeta) y Zwölf Gedichte von Justinus Kerner, más conocidos como Kerner Lieder. Los lectores más aficionados al lied habrán notado algo extraño en el programa: ¿Amor y vida de mujer cantado por un barítono? Es muy inhabitual; comenzamos a acostumbrarnos a escuchar los Cuatro últimos lieder de Strauss o los Wesendonck Lieder de Wagner interpretados por hombres, pero el ciclo de Schumann se ha mantenido cantado prácticamente siempre por mujeres; sólo recordamos una excepción, el propio Goerne lo cantó hará unos diez años. La mayoría de los asistentes lo escuchábamos por primera vez, un regalo más que nos hacía el barítono. Al final del recital los aplausos fueron entusiastas; una vez más Goerne y Schmalcz habían logrado esa conexión mágica con su público.
Jordi Roch, que había llegado al auditorio y se había sentado en su localidad convencido de que iba a asistir a un homenaje al tenor Gaietà Renom, subió al escenario al final del recital invitado por Matthias Goerne para recibir también el cariñoso aplauso del público; amigos, saludados o simplemente aficionados habituales de la Schubertiada tuvieron ocasión de agradecerle una vez más su entusiasmo, su energía, su amor por la música y su empeño en llevar adelante tantas iniciativas musicales desde hace tantísimos años (recordemos que Jordi Roch es el presidente de las JME desde 1963). El doctor Roch dirigió unas palabras a los asistentes y agradeció haber sido la excusa para la reunión, una celebración de la amistad, la poesía y la música.
El recital en el Auditorio AXA fue un acto extraordinario, como extraordinaria fue la coincidencia con otro recital. ¡En Barcelona, donde el lied escasea, había dos recitales el mismo día a la misma hora! Los aficionados tuvimos que elegir entre asistir al homenaje a Jordi Roch o asistir a la inaguración del LIFE Victoria 2014, con el barítono Roman Trekel. ¡Qué cierto es que no se puede tener todo y que elegir es renunciar! Al menos nos queda el consuelo y la alegría de saber que el público llenó las dos salas. O, dicho de otra manera, en Barcelona sí hay público para el lied, y hemos de felicitarnos por ello.
Foto: Bibiana Ripol
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