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Crítica: Serena Sáenz en la Casa de la Moneda de Madrid para el Festival de Perelada

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Autor: Raúl Chamorro Mena
21 de junio de 2024

Crítica de Raúl Chamorro Mena del recital ofrecido por Serena Sáenz en la Casa de la Moneda de Madrid para el Festival de Perelada

Serena Sáenz en la Casa de la Moneda de Madrid para el Festival de Perelada

Serena Sáenz tiene la moneda

Por Raúl Chamorro Mena
Madrid, 18-VI-2024, Auditorio Real Casa de la Moneda. Recital lírico presentado por el Festival de Perelada y la Real Casa de la Moneda. Serena Sáenz, soprano. Leyre Sáenz de Urturi, piano. Obras de Vincenzo Bellini, Richard Strauss, Giacomo Puccini, Camille Saint-Saens, Eva Dell’Acqua, Manuel de Falla, Joaquín Turina y Enric Granados. 

   Desde su inauguración en 1987, el Festival de Perelada ha tenido como bandera la ópera, el repertorio lírico en general, con actuaciones de las grandes voces internacionales, particularmente las españolas. 

   Con ocasión de la exposición en el Museo de la Real Casa de la Moneda de una muestra del tesoro artístico del Castillo de Perelada y la familia Suqué, que contiene magníficas piezas, estupendas pinturas y valiosos incunables en su biblioteca, especialmente cervantinos, se celebró este recital en el auditorio del piso primero de la institución situada en la Calle Doctor Esquerdo de la capital.

  Serena Sáenz es una de las voces españolas actuales con más proyección y así lo ha demostrado en su reciente Pamina en el Palau de Les Arts de Valencia, que reseñé recientemente en Codalario. 

La barcelonesa es una cantante de sólida formación –en este recital cantó en cinco idiomas distintos-, que incluye la danza, y está desarrollando su carrera hasta la fecha con sensatez e inteligencia. Es despierta, de espléndida presencia, e irradia juventud y frescura por los cuatro costados. En lo vocal, se trata de una soprano lírico-ligera con cierto cuerpo y buena proyección, con una franja sobreaguda extensa y rutilante, pletórica de squillo y penetración tímbrica. 

Serena Sáenz en la Casa de la Moneda de Madrid para el Festival de Perelada

   El ataque al recitativo «Eccomi in lieta vesta» con una messa di voce de factura, fue buen ejemplo de la acreditada escuela belcantista de Sáenz, que luego mostró los innegociables legato y dinámicas –apreciable la fermata del final- en el cantabile «Oh Quante volte» de I Capuleti e I Montecchi de Bellini. Por supuesto, hay margen de mejora en legato y fraseo para terminar de aquilatarse y ganar más clase. Es importante en Sáenz que siempre intenta dar intención a lo que canta y diferenciar cada página. El contraste entre la extática y ensoñadora Giuletta y la extrovertida y sensual Musetta que vino a continuación, fue buena muestra de ello. Entre medias de ambas piezas, Morgen de Richard Strauss, bien delineada, pero se trata de una pieza que exige mayor bagaje de vivencias vitales para conferirle todo el tono nostálgico y evocador que contiene. Serena Sáenz es exultantemente joven todavía.

   Tanto el vocalise «Le Rossignol et la Rose» de Parysatis de Saint-Saens como la Villanelle de Eva dell’Acqua fueron perfectos cauces para la coloratura áerea, dominio de las vocalizaciones y de las notas picadas, así como tan esplendoroso como fácil registro sobreagudo de la Sáenz, en trasunto humano de ruiseñor y golondrina. 

   En el bloque de canción española pudo escucharse la salada desenvoltura de El paño moruno en contraste con la contenida nana, ambas de las siete canciones populares españolas de Falla. Bien resuelta la coloratura de Cantares de «Poema en forma de canciones» sobre texto de Ramón de Campoamor de Joaquín Turina. Para finalizar, una muy intensa Elegía eterna de Granados sobre letra en catalán de Apeles Mestres en la que la soprano barcelonesa, además de cuidar las inflexiones del texto, fue deshojando una rosa conforme avanzaba la emotiva pieza. Apropiado resultó el contraste con la más jacarandosa Gracia mía de las canciones amatorias del compositor ilerdense. Como propina Sáenz ofreció «Oh mio babbino caro» de Gianni Schicchi de Puccini, evocando con ello la Lauretta que ha cantado en la Ópera estatal de Viena. 

   Muy compenetrada con ella, además de resuelta y calurosa, la pianista Leyre Sáenz de Urturi con la que Sáenz lleva colaborando 10 años, según afirmó ella misma en un momento del evento. Vamos, casi desde la adolescencia. 

Fotos: Santiago Burgos

Serena Sáenz en la Casa de la Moneda de Madrid para el Festival de Perelada
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