Sílvia Pujalte
Yendo de Portbou a Figueres hay un punto en la N-260 que permite ver el campanario de Santa Maria de Vilabertran recortado contra las montañas y el cielo; es una de las estampas más bonitas que se pueden ver en la comarca. Por Pascua el Canigó estaba aún cubierto de nieve y los campos ya lucían un verde intenso; esta imagen de comienzos de primavera es mi preferida pero el tiempo pasa rápido y en nada llegará el calor y cambiará el paisaje. Uno de los indicadores de la llegada del buen tiempo es la presentación de los programas de los diferentes festivales de verano y el pasado jueves 15 de abril se presentó el que nos lleva hacia este campanario, la Schubertiada en Vilabertran.
La Schubertiada llega a su 23ª edición y está dedicada, como siempre, al lied y a la música de cámara (lo cierto es también podemos considerar el lied como música de cámara; en realidad quería distinguir entre música vocal e instrumental). Este año su duración será más corta, sólo diez días, pero entre el 20 y el 29 de agosto habrá diecisiete conciertos a los que hay que añadir actividades paralelas como charlas de los intérpretes y conferencias; serán diez días muy intensos.
El festival se abrirá con un recital de Measha Brueggergosman y el pianista Justus Zeyen y al día siguiente tendrá lugar el de Luca Pisaroni acompañado por un habitual de la Schubertiada desde la primera edición, Wolfram Rieger. El resto de recitales serán los de Matthias Goerne y Alexander Schmalcz, Sarah Connolly y Malcolm Martineau, que acompañará también a Dorothea Röschmann al día siguiente, y el de Oddur Jonsson (ganador del Premio Schubert en el concurso de canto Francesc Viñas del año pasado) que estará acompañado por Julia Pujol. Muchas caras nuevas entre los cantantes porque, excepto Goerne, que no ha faltado prácticamente ningún año, el resto visita este año la Schubertíada por primera vez.
¿Pasamos a la música instrumental? Este verano en Vilabertran habrá un espacio especial para la música barroca: dos conciertos matinales el primer fin de semana en los que Arnau Tomàs interpretará las seis suites para violonchelo de Bach, que ha grabado recientemente. También habrá un pequeño ciclo de cuartetos con tres formaciones de generaciones musicales diferentes en días consecutivos: el Quartet Casals (del cual es miembro Arnau Tomàs), el Quartet Gerhard y el jovencísimo Cuarteto Klimt. El Quartet Gerhard estará acompañado por el violonchelista Fermín Villanueva, joven artista residente de la Schubertiada; Villanueva ofrecerá un segundo concierto junto con por el pianista Stephan König en el que se ofrecerá el estreno absoluto de dos obras: Heremia de Jordi Cervelló y Die Winde des Sommers del propio Stephan König. Completarán los conciertos instrumentales dos recitales de piano de Iván Martín y Ignasi Cambra.
Como se pueden imaginar, el compositor con más presencia en Vilabertran es Franz Schubert; sus notas abrirán y cerrarán el festival. Los recitales de lied de Pisaroni y de Jonsson le están totalmente dedicados y todos los demás incluyen canciones suyas (excepto el de Matthias Goerne, dedicado íntegramente a Schumann); podemos destacar las canciones italianas para bajo que cantará Pisaroni, los tres Ellens Gesänge que interpretará Connolly o las canciones de Wilhelm Meister a cargo de Jonsson y Roschmann. También habrá repartidas por los conciertos instrumentales algunas obras de Schubert de las que crean afición, como los cuartetos Rosamunda y Der Tod un das Mädchen, la sonata Arpeggione o la Fantasía Wanderer. Pero aún sonará más Schubert: por primera vez tendrá lugar en la Schubertiada un concierto coral con el Cor de Cambra de la Diputació de Girona, la soprano Elena Copons y el pianista Francisco Poyato, con un programa de obras tan infrecuentes como Mirjam Siegesgesang. Y, como el año pasado, los schubertianos más pequeños de la casa también tendrán algo especial para ellos: para este agosto los solistas de la Camerata432, con David Puertas como narrador, han preparado un concierto con el nombre Descordant Franz Schubert.
Además de los autores ya mencionados sonarán en la Schubertiada Haydn, Beethoven, Mozart o Wagner, pero si algún compositor puede hacer sombra este año a Schubert, y prácticamente con una sola obra, es Gustav Mahler. Claro que la obra en cuestión es nada menos que Das Lied von der Erde. Quienes conozcan la iglesia de Santa María estarán pensando que es bastante complicado, por no decir imposible, alojar en el escenario a la gran orquesta que previó Mahler; en su lugar se interpretará la versión de cámara de Arnold Schönberg, que precisa de un conjunto de doce músicos además de los solistas Matthias Goerne y Charles Reid; el director será Josep Pons.
Y así acabamos el repaso de los diecisiete conciertos de este festival que se celebra en un pequeño pueblo del Empordà, en una de las joyas románicas que guarda esta comarca. Ya lo saben: al llegar a la rotonda de la N-260 vale la pena tomar el desvío hacia Vilabertran. Cualquier día del año pero a finales de agosto, con más motivo.
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