Recital. Auditorio Nacional de Música de Madrid (06/03/13). Carlos Álvarez (barítono), Isabel Rey (soprano), Ruggero Raimondi (bajo), Rosa Torres Prado (piano).
El miércoles se presentó en el Auditorio Nacional el V concierto benéfico a favor de la Fundación Prodis. Esta institución, nacida en el año 2000 con el fin de ofrecer ayuda de todo tipo a jóvenes con deficiencia intelectual, prosigue su sólida marcha con un nuevo proyecto en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid, que pretende formar laboralmente a un grupo especialmente desfaforecido. Desde entonces, capitaneado por el italiano Ruggero Raimondi, se viene organizando un ciclo de recitales con diversos cantantes líricos, en su mayoría españoles. Dichos eventos basan su estructuración en un popurrí de ópera, zarzuela, canciones de cámara y/o populares, así como grandes hitos de musicales.
Algo similar sucedió con el de la pasada velada, que iba a inicier el veterano bajo, nada más y nada menos que con la escena de Attila, "Mentregonfiarsil'anima...oltrequal limite". Sin embargo, fue el propio cantante quien, aduciendo un fuerte resfriado, pidió disculpas por omitirla, creemos que sabiamente, pues aunque aún mantiene cierta entereza y frescura en el timbre como para acometer algún que otro papel- más de barítono, que de bajo- la compleja escena verdiana acomete una amplia tesitura que abarca desde el do2 al fa3, al que ha de subir en un par de ocasiones.
Sí cantó el dúo "Suona la tomba e intrépido" de I Puritani y "Esce ormai garzon malnato" de Le nozze di Figaro. Dadas las características, consideramos que no cabe un juicio de valor habitual, pues se mostraron asperezas y carraspeos durante las mismas.Resultó evidente que el artista no estaba en condiciones de mostrar el oficio al que nos tiene acostumbrados. Sí lo hizo Isabel Rey, quien recientemente ha cumplido 25 años sobre los escenarios líricos en un magnífico recital en el Teatro de la Zarzuela. La soprano abrió boca con una buena y sentida interpretación de "In quelle trine morbide", haciendo gala de un buen legato, con un timbre aún sano y con variedad de colores, que todavía se mantiene fresco en el agudo, si bien en algunos casos un punto leñoso. También brilló en el dúo de Bodas con un papel que ha asumido en múltiples ocasiones. La última de ellas, precisamente en el Teatro Real en 2009. Sigue demostrando, en fin, que es una buena mozartiana. Lo mejor sin duda fue su celebérrima interpretación de la bella romanza "De España vengo", con su habitual atuendo de mantón de manila, como manda la tradición.
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