«Sin duda una elección excelente del repertorio elevado a primera categoría por los excelentes músicos de una Orquesta Nacional de la que podemos estar orgullosos por el excelente trabajo que están haciendo en este festival».
Por David Santana | @DSantanaHL
Madrid. 12-III-2021. Auditorio Nacional de Madrid. Focus Festival. Orquesta y Coro Nacionales de España, Rubén Gimeno, director; Juanjo Guillem, percusión. Dos movimientos para timbal y orquesta de cuerda de C. Halffter, Kammermusik 1 de P. Hindemith y Don Quijote velando las armas de Ó. Esplá.
El ritmo. Ese gran ausente en la composición contemporánea más reciente, se hizo hueco en el segundo concierto del Focus Festival –el festival de la OCNE dedicado a rescatar la música española de los años 50– de la mano del percusionista Juanjo Guillem.
La obra escogida para arrancar fue Dos movimientos para timbal y orquesta de cuerda de Cristóbal Halffter. Una pieza interesante que presenta la novedad de haber sido la primera obra española para orquesta y un instrumento de percusión. El protagonismo es compartido entre la orquesta de cuerdas y el solista en el primer movimiento de influencia de Stravinski y con un sonido poco representativo de Halffter. No escuché en las cuerdas la cohesión que esperaba, especialmente en la sección de primeros. Quizás tuvo algo que ver la exclusivamente metronómica dirección de Rubén Gimeno. La segunda parte es, sin embargo, más interesante para la percusión con temas de carácter popular que dieron a Juanjo Guillem la oportunidad de lucirse, aunque de nuevo, la dirección, demasiado estricta, provocó que diera la sensación de que el percusionista anduvo a la zaga de la orquesta, sin que ni auditiva ni visualmente se pudiera apreciar complicidad entre solista y director.
Quizás por ello no dudó Juanjo Guillem en brindarnos una propina: el quinto movimiento Improvisation de Ocho piezas para timbal de Elliott Carter. Un breve –unos tres minutos aproximadamente– recital de timbal con potentes redobles y un amplio abanico de matices que nos muestran las enormes capacidades de instrumento e instrumentista.
La plantilla cambia completamente para Kammermusik 1 de Hindemith quedando tan solo doce instrumentos junto con el director. En el primer movimiento el ritmo sigue siendo el protagonista, gracias, por ejemplo, a los rápidos pasajes de la marimba. Pero enseguida se alzará otro elemento como el principal: el timbre. Hindemith, que llegó a escribir obras para casi todos los instrumentos de las orquestas de su época, se erige en su Kammermusik como un conocedor absoluto de las capacidades de los instrumentos y en el Quartett nos brindó una obra maestra de la escritura para maderas. Clarinete, flauta, fagot y lira, tanto en conjunto como en solitario realizaron una ejecución magistral en la que pudimos escuchar la enorme riqueza tímbrica de estos instrumentos gracias a los solistas de la OCNE.
En el segundo movimiento de la Kammermusik 1 se dejó notar también la trompeta y, un instrumento curioso: el acordeón. Sus timbres y el ambiente de fanfarria fueron una excelente antesala para la obra final.
Don Quijote velando las armas de Óscar Esplá es una pieza tan maravillosa como desconocida. El alicantino fue capaz de mezclar en esta obra la fanfarria que tanto recuerda a la sonoridad de las bandas de música de su tierra natal con una escritura impresionista que nos envuelve en las ensoñaciones de Alonso Quijano. Rubén Gimeno, que junto con muchos de los vientos de la OCNE comparte el origen levantino con el compositor, supo sacar ese alma mediterránea que diferencia la música de Esplá de sus contemporáneos europeos. En esta ocasión, su dirección fue mucho más detallista y supo sacar partido a los matices para transportar el oído del espectador por diferentes sonoridades.
Sin duda una elección excelente del repertorio elevado a primera categoría por los excelentes músicos de una Orquesta Nacional de la que podemos estar orgullosos por el excelente trabajo que están haciendo en este festival.
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