El gran pianista rumano Radu Lupu fallece a los 76 años. «Nadie entendió a Schubert con esa produndidad y trascendencia», explica F. Jaime Pantín
Lamentamos tener que informar del fallecimiento de uno de los más importantes pianistas del presente, el rumano Radu Lupu, quien según información publicada por el Festival George Enescu falleció ayer domingo a los 76 años en Lausanne tras una larga enfermedad. «¡Estamos profundamente entristecidos al enterarnos de la muerte del Maestro Radu Lupu, un querido amigo del Festival Enescu y un magnífico músico! 🖤 El increíble pianista y compositor rumano ganó, en 1967, el gran premio del Concurso Internacional George Enescu. Siempre apreciaremos su increíble manera de transformar la música en magia. Las palabras no bastan para expresar nuestra tristeza por esta pérdida de todo el mundo de la música. El Maestro Radu Lupu permanecerá para siempre en nuestra memoria y nuestros corazones: una verdadera leyenda. Farewell, Maestro!», explica la entidad en sus redes sociales.
«Era un pianista insustituible que cierra una época, un artista totalmente distinto a cualquier otro, al que no se podía encuadrar en ningún género, ni escuela. Quizás tenía menos relumbrón que otros ilustres colegas de su misma generación, esa generación mágica de la década de los años 40 y 50 del siglo XX. Sin ser uno de los más conocidos era respetado por todo el mundo, los propios pianistas, críticos y público. Ha sido un pianista de un repertorio muy concreto, pero mágico, que ha dejado momentos mágicos. Cuando ibas a un concierto suyo sabías de antemano que algo iba a pasar. Era de esos pianistas de los que nunca hubo muchos y de los que prácticamente no quedan. Personalmente siento una amargura absoluta porque era mi vínculo auténtico con Schubert. Creo que nadie entendió a Schubert con esa produndidad y trascendencia. Un Schubert amargo pero lleno de vida a la vez», afirma el crítico de CODALARIO F. Jaime Pantín.
Nacido en Rumania, Radu Lupu comenzó a estudiar el piano a los seis años con Lia Busuioceanu, debutando ante el público a los doce años de edad con un programa de música totalmente compuesta por él. Continuó formándose durante varios cursos con Florica Muzicescu y Cella Delavrancea hasta que en 1961 ganó una beca para ingresar en el Conservatorio de Moscú, donde estudió con Galina Eghyazarova, Heinrich Neuhaus y, más tarde, con Stanislav Neuhaus. Entre 1966 y 1969, obtuvo el primer premio en tres disputados concursos: el Van Cliburn, el Concurso Internacional Enescu y el Internacional de Leeds.
Desde que debutó en los Estados Unidos en 1972 con la Orquesta de Cleveland a las órdenes de Barenboim y después, con la Sinfónica de Chicago bajo la dirección de Giulini, el nombre de Radu Lupu empezó a ser muy valorado por la crítica especializada. Su presentación en el Festival de Salzburgo en 1978 bajo la tutela de Karajan y arropado por la Orquesta Filarmónica de Berlín le abrió las puertas de este mítico festival austríaco al que regresó frecuentemente dejando para la historia noches tan memorables como el concierto de inauguración de 1986 con la Filarmónica de Viena capitaneada por Muti.
Entre los numerosos galardones que recibió se encuentra el Premio Internacional Arturo Benedetti Michelangeli y el prestigioso Premio "Abbiati", que le otorgó la Asociación de Críticos Italianos en sendas ediciones 1989 y 2006. Las grabaciones de Radu Lupu están consideradas como joyas discográficas e incluyen un amplio catálogo con obras como: los Conciertos para piano de Beethoven; el Concierto para piano núm. 1 de Brahms; Conciertos de Grieg y Schumann; la integral de las Sonatas para violín y piano de Mozart, con Szymon Goldberg; Sonatas para violín y piano de Debussy y Franck, con Kyung-Wha Chung; y obras para piano solo de Beethoven, Brahms, Schumann y Schubert. Lupu ha grabado dos álbumes con Murray Perahia así como dos discos de lieder de Schubert, con la soprano Barbara Hendricks y otro más, con obras de Schubert a cuatro manos, contando con Daniel Barenboim como compañero de viaje.
Compartir