Por Albert Ferrer Flamarich
Puccini. Su vida y sus obras. Julian Budden. Ediciones Akal. Madrid, 2020 (500 págs.) ISBN: 978-84-460-4997-5
Con el sempiterno retraso que caracteriza la bibliografía musical española y con la idiosincrasia editorial del sello Akal, a finales de 2020 llegó la traducción de una de esas monografías de culto y de cabecera sobre uno de los más grandes compositores, Puccini, cuyas fuentes en la lengua de Cervantes hasta el momento se limitaban a unos cinco títulos –algunos muy mediocres o bien desfasados-. Con la publicación de Puccini. Su vida y sus obras del musicólogo británico Julian Budden (1924-2007) queda cubierta una hiriente laguna en cuanto a memoria cultural, comprensión musical y aportación comercial, a pesar de la existencia de la clásica referencia de Mosco Carner publicada en español por Javier Vergara Editor a finales de los ochenta del siglo pasado y del sucinto, agudo y específico Giacomo Puccini y la dramaturgia omnipresente coordinado por Gabriel Menéndez Torrellas y Pablo Gutiérrez Carreras (CEU Ediciones, 2019).
Recordado por su trilogía sobre Verdi y otros estudios dedicados a operistas decimonónicos y de principios del siglo XX, Budden desarrolló un trabajo denso y escrupuloso repartido en trece capítulos que entretejen un discurrir biográfico, historiográfico y musicológico bien trazado en lo general y preciso en lo concreto. Servido con una erudición encaminada a la divulgación, integra los datos con fluidez en una arquitectura bastante explícita que, a partir del capítulo tercero, se focaliza en cada uno de los diez títulos operísticos con el frecuente remate de larguísimos exámenes y análisis morfosintácticos aparejados al devenir dramático y escénico que son, desde luego, lo más atractivo del compendio, junto a la recepción y los estrenos de los mismos. No menos importantes resultan los incisos sobre las personalidades que lo rodearon, así como las relaciones con otras obras del propio Puccini u otros compositores (Cavalleria rusticana de Mascagni, La bohème de Leoncavallo) y las opiniones sobre éstos (Leoncavallo, Mascagni y Strauss). El capítulo final, que junto a los dos primeros son los más breves, condensa la personalidad y aspectos esenciales como creador, seguido de cuatro apéndices: una cronología vital, un catálogo de obras, un glosario de personalidades ordenado alfabéticamente y, por último, el listado de abreviaturas cumplen con el rigor académico.
Metodológicamente es comedido en el uso de notas a pie de página que sólo aparecen para dirigir a las fuentes de documentación. Poco se le puede reprochar en cuanto a la validez del contenido, pues parte de una exhaustiva investigación que atañe a ciertas informaciones inéditas con las que llega a desmentir teorías y observaciones de Mosco Carner como la de la fijación materna (pág. 437). No obstante, sorprende que arias como Visi d’arte y Nessun dorma no aparezcan desgranadas con el detalle previsible y equiparable a otros hits. Entre lo particular, cabe señalar el detallismo en la exposición de estrenos, cortes, adaptaciones, versiones como sucede en el caso de Madamma Butterfly (París, Milán, Brescia y Londres) o las vicisitudes previas hasta la elección de La fanciulla del West. En esta misma línea, se agradece la incursión de obras menores, de juventud y pertenecientes a otros géneros como la cantata I figli d’Italia bella (1877), el himno Vexilla regis prodeunt (1878), los tres minuetos para cuarteto de cuerda (1884), la canción Mattinata (1888) o el Himno a Roma (1919), entre otras.
Naturalmente aparecen temas colaterales, curiosos y fruto de la suspicacia investigadora del autor como el contexto de la música italiana del momento, los negocios teatrales y editoriales, a su vez que el comentario del panfleto en contra del compositor escrito por el crítico Fausto Torrefranca en 1912 (Puccini e l’òpera internazionale). A la par también revela en el inciso sobre la escala en Las Palmas de Gran Canaria durante el viaje del compositor a Argentina en 1905; el hecho que un año después barajó la posibilidad de componer una ópera sobre un manuscrito de Oscar Wilde o el tanteo de Ricordi con los libretos de La fiora y Anima allegra de los afamados hermanos españoles Joaquín y Serafín Álvarez Quintero. Asimismo, destaca la importancia de la presentación acusmática de la mayoría de las protagonistas femeninas como elemento dramatúrgico y desde la perspectiva musical, pero sin profundizar sobre la implícita simultaneidad de espacios, tiempos y acciones. Tampoco desarrolla el recurso del back-stage como efecto protocinematográfico.
En resumen, con este título, cuyo original apareció en inglés cinco años antes de la muerte de su autor, Akal vuelve a ofrecer una monografía capital que requiere una lectura atenta tanto para el aficionado como para el historiador y el especialista en música. Con ello zarandea lo poco existente en lengua española sobre el compositor de Lucca en una edición que, a pesar de no contar con ilustraciones, sí mantiene los extractos de partituras y se presenta con una muy buena traducción del incansable Juan Lucas que, en los últimos años, ha demostrado su valía en este campo gracias a logradas traducciones para sellos de cabecera de ámbito nacional.
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