"Un pimiento Verdi" se presenta como un duelo musical entre Verdi y Wagner, así como un homenaje a sendos compositores; pero ni lo uno ni lo otro se encuentra en el espectáculo, llamémosle así, que Boadella ha ideado para estrenar en los madrileños Teatros del Canal.
No es un duelo musical ni es un homenaje al gran Wagner en cuanto que lo que en un principio parece sí seguir lo así anunciado, acaba desvariando en un ataque continuo hacia el germano en cualquiera de sus ámbitos. Tampoco se aprecia demasiada consideración hacia Verdi, hacia la música en general ciertamente, en cuanto la velada avanza. El elenco vocal cumple con cierta solvencia, mucho mejor ellas que ellos, pero dentro de lo correcto siempre teniendo en cuenta la carrera de obstáculos que supone para cualquier cantante un espectáculo de este tipo en el que una misma voz ha de cantar desde el Duque de Mantua de Rigoletto hasta el Tristan wagneriano pasando por Otello. No eran las voces lo que debía primar en esta noche sino la vis dramática y en eso cumplieron con creces todos y cada uno de los participantes principales.
No obstante, la creación de Boadella no respira por muchas causas, primeramente porque el dramaturgo catalán no consigue poner en pie una vaga idea, su vacía concepción sobre lo musical, sobre Verdi, sobre Wagner, incluyendo tristes errores de base, como que un Wagner revivido sobre el escenario se ponga a criticar la melodía belliniana, o la asociación directa que se establece entre la música atonal contemporánea y dicho compositor, así como la por momentos extraña unión, cogida por los pelos, que se realiza entre el texto que se canta y el instante dramático que se representa - quiero en este punto reclamar unos necesarios sobretítulos en los Teatros del Canal - .
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