La Voz de Asturias (Miércoles, 25/8/2010)
El joven compositor asturiano Pablo Laspra mantiene desde hace años una intensa relación con el Festival Internacional de Música de Cine "Ciudad de Úbeda". Compositor profundamente interesado en el género cinematográfico, próximamente dará un gran paso en su carrera al trasladarse a Estados Unidos, con la intención de poner su música al servicio de las grandes productoras norteamericanas.
- ¿Cómo empezó su relación con el Festival de Úbeda?
- De forma bastante casual. Había oído hablar del festival desde su creación, hace ahora 7 años, pero no había podido ir a las primeras ediciones por tener otros compromisos en esas fechas. Cuando pude asistir, la experiencia fue tan maravillosa que no he podido evitar volver cada año, este último ya como parte de la organización del mismo.
- Estamos hablando de uno de los festivales más importantes de su campo
- El FIMCCU es el principal punto de encuentro de todos los grandes compositores españoles y, cada vez más, de todos los extranjeros. Han pasado por el Festival grandes leyendas del cine, como pueden ser Basil Poledouris, John Scott o Bruce Broughton, y actuales ases de la composición cinematográfica, como John Powell, David Arnold, John Debney, Patrick Doyle o incluso Michael Giacchino, que ha sido nuestro presidente este año y que ha obtenido un Oscar de Hollywood por la música de la película de animación titulada "Up".
- ¿Cómo se ha desarrollado esta última edición y cuál ha sido su función dentro de los cursos?
- Según los asistentes, ha sido la mejor edición de todas las que se han celebrado hasta la fecha. Este año, además de crear la página web del Festival, he participado activamente en el desarrollo y programación del Taller de Composición Audiovisual, junto al especialista en bandas sonoras Conrado Xalabarder, donde hemos tratado temas sobre la composición en publicidad, animación, videojuegos, orquestaciones habituales en el cine, análisis musicológico de partituras, técnicas de sonorización y grabación con orquesta. Todo ello impartido por profesionales del más alto nivel. Que un artista premiado con un Oscar de Hollywood imparta una master class en España sobre composición audiovisual no es algo habitual. No creo que exista en España otro Taller de Composición Audiovisual tan completo. Es una cita ineludible para cualquier profesional de la música de cine.
- Parte de su producción musical está dedicada a la industria audiovisual. ¿Es el principal campo al que quiere dedicarse en el futuro?
- Mi concepto de la música ha sido siempre muy visual. La música tiene que aportar, describir, transportar al público fuera de la sala. Ya se trate de música de concierto o audiovisual, mis composiciones siempre narran algo de forma bastante clara. Actualmente, el mercado de la composición audiovisual es uno de los más variados y con más salidas profesionales en cuanto a lo que la composición se refiere. Lo importante es hacer música que enganche desde el primer vistazo. Solo tienes una oportunidad. Por eso hay que olvidarse de malabarismos armónicos y experimentalismos, tan de moda aun hoy en día en los conservatorios, ya que el público no analizará la estructura de la obra, sino los sentimientos que ésta le produce al escucharla.
- ¿Cómo describiría su música?
- Con dos palabras: imágenes musicales. Siempre trato de aportar algo. Suelo huir de los experimentalismos musicales extremos y voy sobre seguro. Creo que el mayor problema al que nos enfrentamos los compositores contemporáneos es que todos queremos aportar algo nuevo. Cuando musicalmente no estás a la altura de crear un buen tema, una melodía pegadiza, algo interesante, lo único que puedes hacer si quieres llamarte compositor contemporáneo es introducir efectos y texturas que solo algunos comprenden. No digo que sea así en el todos los casos, pero muchas veces, con estas músicas "difíciles" para el público, se justifica esa ausencia de idea-belleza musical subjetiva. Desgraciadamente, la mayoría de los estrenos de obras contemporáneas de alumnos de conservatorio rara vez resultan interesantes para un público no versado en estos estilos musicales.
- En su opinión, ¿Qué potencial tiene Asturias en términos de creación musical?
- Asturias es una región muy musical. Sin embargo, vamos muy por detrás de otras provincias en cuanto a la proyección de los nuevos talentos musicales. Todavía vivimos en la idea de que todo lo de fuera es mejor, incluso en igualdad de condiciones. Algo que he comentado varias veces con compañeros compositores asturianos de mi generación es lo difícil que resulta abrirse camino aquí. El nivel de creación musical en Asturias es muy alto, sin embargo, todavía hay entidades que se resisten a cambiar y siguen sin apoyar lo suficiente a la cantera musical asturiana.
- ¿Qué opina sobre las alternativas digitales?
- Componer hoy en día no es lo que era hace 10 años. Los secuenciadores, editores de partituras, instrumentos virtuales y demás aplicaciones musicales informáticas hacen que el compositor pueda, de manera inmediata y efectiva, obtener una percepción auditiva bastante cercana de lo que tenía en su mente. Creo que el mayor avance ahora mismo son toda la gama de instrumentos virtuales (VSTi) de última generación. Algunos son muy difíciles de distinguir de los instrumentos reales, a la par que difíciles de manejar correctamente. La calidad de estas librerías está a años luz de lo que era la síntesis digital de hace 10 años, pero aun así, creo que nunca podrán superar a los instrumentos reales. Y si así fuera, perdería toda la emoción.
- No obstante, ya hay muchas bandas sonoras totalmente "enlatadas"
- Se puede generar una representación sonora virtual con bastante fidelidad al sonido natural, pero el hecho de oírlo con la riqueza de armónicos y, sobre todo con la "humanización" de una orquesta real, hace que todos estos instrumentos virtuales se queden en pañales a su lado. Aun así, es impresionante lo que se puede lograr: ya el año pasado tuve la ocasión de trabajar con una librería de coros sinfónicos de una calidad asombrosa. En una de mis charlas en la Universidad de Musicología de Oviedo, los alumnos eran incapaces de distinguirlo de un coro real. Es asombroso. Aun así, creo que todas estas representaciones digitales solamente ayudan a la hora de crear "demos" de las composiciones, y nunca sustituirán a una orquesta real.
- La OSPA organizará el año que viene un concurso para compositores asturianos ¿Piensa usted participar?
- No conocía la convocatoria de dicho concurso. Cuando salgan las bases del mismo me interesaré en leerlas, pero probablemente no participe, ya que el estilo musical que yo trabajo no suele ser el buscado en este tipo de certámenes. Así ha sido en los anteriores concursos que se han celebrado en nuestra provincia. Además, a partir de diciembre mi vida se centrará más en mi estancia en los Estados Unidos. Me trasladaré primeramente a Boston, y posteriormente a Los Ángeles, donde creo que la cultura musical cinematográfica encaja mejor con mis ambiciones musicales.
- ¿Se apoya poco a la creación asturiana?
- Creo que existe un gran desconocimiento del potencial musical creador de Asturias y, por consiguiente, una ausencia de apoyo, salvo a determinados compositores ya consagrados. Deberían de organizarse, a nivel provincial, unas jornadas musicales para estrenar, y en otras ocasiones reinterpretar, obras de jóvenes compositores que están empezando. Otras comunidades lo hacen casi a diario.
- ¿Espera encontrar en EEUU allí la formación musical y estilo compositivo que no ha encontrado en España?
- No me cabe duda de que EEUU va por delante en muchas cosas. Y en cuanto a la música de cine, también. Solo hay que pararse a mirar cuantos conciertos de música de cine se hacen en España, y que repertorio hay en los pocos que se realizan. Eso en EEUU no pasa. Además, la escuela europea tiene un estilo compositivo distinto, muy apto, pero que va enfocado hacia otro tipo de cine. Hay compositores europeos magníficos, que se han nutrido también del sonido de Hollywood, y eso les ha hecho despuntar y abrirse al mercado internacional. Además, los presupuestos que se mueven en el cine europeo están muy por debajo de, por ejemplo, una pequeña producción de televisión americana. Es un mundo aparte. Hace un año lo comentaba con Bruce Broughton (Silverado), Patrick Doyle (Harry Potter) o Chris Young (Hellraiser), y todos acababan en la misma conclusión: España tiene un alto nivel musical, pero hay que abrirse al mercado, y dejarse ver. La misma conversación se repitió hace un mes escaso con Michael Giacchino, Oscar a la Mejor Banda Sonora este año por su composición para la película de Disney-Pixar "Up". Hay que moverse y estar en continuo aprendizaje: "Keep moving". Seguiré su consejo.
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