Otello, Verdi. Deutsche Oper Berlín. 27/03/13
El pasado año Peter Seiffert debutaba como Otello en Viena. Volvió a intepretar el rol en Munich y ahora lo ha hecho en Berlín, en la Deutsche Oper. Su adecuación o no al rol despertaba mucha curiosidad. Seiffert es un cantante veterano, un intérprete consumado, pero especializado ciertamente en el repertorio alemán y ajeno, generalmente, a los roles italianos.
Por si eso fuera poco, Otello no es precisamente un rol cualquiera del repertorio italiano, sino quizá el papel más complejo de Verdi, junto con el Arrigo de Vísperas Sicilianas. Vivimos días curiosos, por decirlo de algún modo, en los que en ausencia de un tenor dramático de referencia, son voces tan dispares como la de Kunde, Botha, Antonenko, Lance Ryan o el propio Seiffert. También voces como Cura o Galouzine lo siguen cantando, e intérpretes como Alagna lo tienen apuntado en su horizonte para los próximos años. De todos los citados, seguramente sea Antonenko el que más se acerca a cubrir las demandas de esta exigente partitura. No podemos decir lo mismo de nuestro admirado Seiffert, a tenor de lo escuchado en Berlín. No domina el rol y son muchas las flaquezas de su interpretación. Además, creemos que no tuvo un gran día, lo que lastró en buena medida su labor. Para empezar, la voz de Seiffert muestra una progresiva tendencia a abrir el sonido en el agudo, donde abundan sonidos áridos y calantes.
No posee tampoco la suntuosidad en el centro y en el grave que son precisos para recrear el fraseo de Otello. La voz tampoco ofrece, en general, la articulación dramática que cabe esperar en un intérprete de este papel. Por si eso fuera poco, Seiffert se mostró errático con el texto, pendiente a menudo del apuntador, confundiendo el texto en no pocas ocasiones. Eso le obligó a cantar sin soltura y seguridad suficientes como para ofrecer una recreación más implicada y teatral del texto, con un fraseo poco incisivo. Se echó de menos, además, una familiaridad más depurada con el italiano, no tan con la pura dicción, como sí con la prosodia, con el fraseo y el acento. Francamente, nos sorprendió encontrar a Seiffert en tal situación vocal, porque le hemos escuchado en gran forma en varios papeles durante estos dos últimos años: como Lohengrin en Munich, como Tannhäuser en Viena y hace tan sólo unos meses como Siegmund, en Berlín. De ahí que, además de la inadecuación general de su instrumento para el rol, creamos que no tuvo un gran día, quizá debido a alguna afección que no se nos anunció. En todo caso, en términos interpretativos, su Otello es más bien de un solo trazo, optando por la fácil encarnación de un amante desquiciado, sin más aristas. Lo mejor de su trabajo lo encontramos en los momentos de mayor lirismo con Desdémona, lo mismo que en un detallado "Dio mi potevi". Lo mismo en toda la escena que va desde el "Desdemona rea!" al "Si pel ciel", que resultó un tanto más desbocado y tenso, en general, pasando por un más que notable "Ora e per sempre". La valoración general, así las cosas, es que el rol de Otello está en el límite de sus posibilidades, no tanto por la pura disposición vocal, porque podría recrearlo al modo de un Vickers o un Windgassen, sino por la falta de familiaridad con el lenguaje de este repertorio. Si a ello sumamos que no tuvo un gran día, en términos de forma vocal, lamentamos decir que no nos convenció como Otello, a diferencia de lo que nos esperábamos.
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