La Orquesta Sinfónica de Castilla y León, pregonera musical en las Plazas de Castilla y León

  Un reportaje de Agustín Achúcarro
La denominación “Plazas Sinfónicas” significa la actuación de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León bajo la dirección de su titular Andrew Gourlay en las nueve capitales de la Comunidad. Un itinerario que comienza hoy sábado 16 en la Plaza Mayor de Soria y que termina en la Plaza de la Catedral de Zamora el 28 de Julio. Entre estas dos comparecencias la OSCyL interviene el día 17 en la Plaza Mayor de Valladolid; el 20 en la de Burgos; el 21 en la Plaza del Azoguejo de Segovia; el 22 en la Plaza del Mercado Chico de Ávila; el 23 en la Plaza Mayor de Palencia; el 25 en la de León y el 27 en la de Salamanca.

   “Esta es una orquesta para la región entera, tenemos nuestra casa en Valladolid, con un Auditorio que es mejor que muchos del mundo, pero la Sinfónica tiene que viajar y conectar con toda la gente de Castilla y León”, valora Gourlay. El director británico, nacido en Jamaica, acaba de estrenar su cargo de director titular y ésta es su primera gira por toda la Comunidad. “Lo que vamos a hacer es más difícil que lo que hacen otras orquestas, por lo grande que es Castilla y León, que es increíble, de hecho es mayor que Austria, y para mí será un placer ver todas las ciudades de la Comunidad y comprobar cómo podemos llevar la música a todos”, subraya el director. Gourlay añade a la importancia de esta gira una apuesta de carácter social. “Además es muy importante en estos momentos, cuando en el mundo hay mucha separación, como ocurre en el caso del mi país, el Reino Unido, con el brexit, algo de lo que no quiero hablar ahora, con la petición de que haya otro referéndum en Escocia, y la música tiene la posibilidad de unir a las personas”.  Para el director de la OSCyL estas actuaciones, que comenzarán a las 22h, salvo en Ávila que será a las 21h, y en las que el acceso será gratuito, van más allá de “un mero concierto de la orquesta”, ya que para él la finalidad de los mismos es “crear un vinculo entre público y orquesta, que haya algo especial, que no se trata solo de que toquemos y de que a quien le guste aplauda”, y a este respecto tiene la impresión de que “el orgullo que la gente siente por su orquesta es poco a poco mas fuerte”. Una afirmación que le lleva a sostener que estos conciertos, que forman parte de los Actos del 25 aniversario de la OSCyL “son algo muy oportuno” ya que  “el que se pueda sentir como la gente apoya a su orquesta, es decisivo para ésta”.

   El director de la OSCyL confía en que “las plazas mayores les regalen su acústica natural”, aunque no olvida las circunstancias a las que están sujetas, por lo que algunas cosas las ha trabajado en los ensayos. “Por ejemplo, hay momentos en que he decidido mostrar más claridad, acentuar más ciertos detalles, o hacer algo diferente con el ritmo, pues puedo imaginar que el ruido del público, de los cafés, lo hacen necesario, y entre otras cosas será más difícil que los músicos se escuchen entre ellos”, apunta el director quien concluye este tema haciendo referencia a un solo de clarinete bajo de la obra de Gershwin, en el que ha creído que “sería mejor hacerlo más marcado para que se escuche mejor”. A la hora de elegir el programa para Gourlay ha primado “mostrar una selección de la música que tocan en el Auditorio, buscando contrastes entre las obras, y no solo en lo relativo a los compositores”. Él está convencido de que “será bueno oír cosas muy diferentes”, pues eso  permite “llegar a más público”.

   El director es consciente de que “el programa no es perfecto si se valora la relación entre las tres obras elegidas”, pero para la ocasión ha querido que “el público se hiciera una idea de la labor que hacen” y le ha dado relevancia al hecho de que “sean obras ideales para disfrutar”. “En el caso de la  Nº3 ‘Heroica’ de Beethoven la he elegido porque es una sinfonía muy importante, y como quería hacer música española con esta orquesta, que puede tocarla maravillosamente, hemos incluido el ‘Interludio’ y la ‘Danza’ de la ópera La vida breve de Falla, una música que me parece fantástica”. En relación a la obra que abre el programa, ‘Un americano en París’ de Gerswin, el titular de la OSCyL la ve “más  complicada”, pero se ha decantado por ella en función de “su carácter popular, con sus sonidos callejeros”, y porque “cuenta con muchos solos para diferentes instrumentos, como tuba, clarinete bajo o saxofón”.

   Gourlay no desaprovechará la ocasión de conocer mejor ciertos aspectos de Castilla y León, desde los artísticos a los culinarios.”Tengo tiempo, es algo ideal para mí, pues voy a estar dos semanas y media en Castilla y León, algo raro para un director de orquesta, salvo cuando dirige ópera”. “Estoy alojado en un hotel rodeado de pinos, que es toda una inspiración,-continúa el director- y quiero aprovechar esta ocasión para poder entender mejor Castilla y León”.

   Hay ciudades que hacía mucho tiempo que quería visitar y ahora se le presenta una oportunidad que no va a dejar escapar. “De tal manera que voy a viajar en mi coche para llegar antes que la orquesta, y que cada estancia en cada ciudad no sea solo ir, dirigir y marcharme, ya que quiero pasar un día entero en cada una de ellas”. Algunas ya las conoce y de otras tiene referencias, pues le han hablado de la luz de Segovia sobre la piedra o de lo imponente que resulta Ávila. “Cuando voy a un sitio poco tiempo en vez de visitar museos y monumentos concretos por dentro, prefiero pasear, vivir esa ciudad, comer lo típico en lugares que no sean turísticos y así tener la sensación de que vivo allí”, concluye un Andrew Gourlay que vive con fascinación las posibilidades que brindan estos conciertos en la plazas de las capitales de Castilla y León.