ESTRENO EN POSITIVO
Tras su presentación en 2011, en Épila, acompañando al Orfeón Donostiarra en la interpretación de la Misa de difuntos de Ledesma, la Orquesta Reino de Aragón se presentaba de forma oficial el pasado viernes 9 de noviembre, en Monzón, con un primer concierto, bajo el título de "Un mundo de música y televisión", dedicado a melodías clásicas empleadas en anuncios comerciales muy populares.
Era la ocasión perfecta para valorar el sonido de una nueva formación profesional en Aragón. Compuesta por profesores de conservatorios de todo Aragón, la Orquesta Reino de Aragón, con su coordinador Sergio Guarné a la batuta, ofreció durante todo el concierto un sonido más que digno, dando muestras de un gran potencial como conjunto. A destacar el sonido siempre empastado y compacto de las cuerdas y la solvencia de los metales, que son, en ambos casos, los extremos que flaquean de forma más evidente en formaciones con escaso rodaje. Tras la primera producción de esta orquesta, sólo cabe valorar positivamente su esfuerzo y animar a su empeño y perseverancia para continuar nutriendo el mapa musical aragonés.
El programa estaba dedicado a una gran variedad de autores que iban, desde Boccherini a Brahms, pasando por Grieg y Dvorak, lo que permitió valorar el desempeño de la formación en estilos muy diversos. El Minuetto para cuerdas de Boccherini fue un comienzo convincente que dejó buena muestra de unas cuerdas capaces y solventes.
La orquesta dio lo mejor de sí en la Suite No. 1 Peer Gynt de Grieg y en el Largo de la Sinfonía No. 9 de Dvorak. Brahms es siempre un peliagudo caballo de batalla para cualquier formación, y en el Poco Allegreto de su Sinfonía No. 3 se echó en falta una lectura más densa y madura. Algo semejante sucedió con el Danubio Azul de Johann Strauss II. De las otras melodías vienesas, convenció más el vigor y desparpajo de la Marcha Radetzky que las rítmicas cadencias de la Tritsch Tratsch Polka. A modo de propina, se ofreció el primer movimiento de la Suite Carmen No. 1 de Bizet, repetida en dos ocasiones, que resultó quizá lo mejor de la noche, con un sonido lleno de brío y convencimiento.
Al margen de los matices que puedan hacerse, la Orquesta Reino de Aragón ofreció un sonido convincente y firme durante todo el concierto. Cabe suponer que un mayor rodaje llevará a pulir los escasos desajustes que pudieran encontrarse, en la búsqueda de un sonido todavía más sólido y resuelto, capaz de vérselas con partituras de entidad. En resumen, pues, una valoración muy positiva de este estreno. Sólo cabe dar la enhorabuena a todos los músicos implicados en un proyecto valiente y modesto que nace en un contexto ayuno en respaldos. Ojalá podamos seguir dando cuenta de su buen hacer en el futuro.
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