JORDI COS: «Los músicos de la Orquesta Graeme Clark tienen fuerte espíritu luchador»

Jordi Cos: «Los músicos de la Orquesta Graeme Clark tienen fuerte espíritu luchador»

Una entrevista de Albert Ferrer Flamarich
El pasado septiembre, la Orquesta Graeme Clark visitó la Santa Sede en Roma. Se trata de un conjunto formado por doce jóvenes catalanes de entre 13 y 21 años con sordera severa o profunda, que pueden sentir gracias a implantes cocleares. Hablamos con Jordi Cos (Barcelona, 1963), viola y presidente de la Sinfónica del Vallès, padre del programa L'Espia de Mahler en Ràdio Sabadell y director de esta formación única, solidaria y de integración social para conocer los detalles de esta iniciativa y también del hito de haber actuado ante el Papa Francisco I.

La primera pregunta es obligada: ¿cómo nació esta orquesta? 

La orquesta la creó el Hospital San Juan de Dios, sobre todo con el apoyo de la doctora María Antonia Clavería. Yo la conocí en un concierto en el auditorio de este hospital en el año 2018 y creí que una buena idea era incorporarlos a la temporada 2019-2020 de la Sinfónica del Vallès, ya que en 2020 se celebraba el 250 aniversario del nacimiento de Beethoven. Obviamente, la iniciativa tenía un cierto componente simbólico pero también pragmático en el sentido de contribuir a la evolución y adaptación social de unos niños con grado de sordera muy acusado que ahora ya pueden sentir y pueden tocar.

Recuerdo este concierto en el Palau de la Música Catalana, creo que bajo la batuta de Víctor Pablo Pérez en una sesión con la Sinfonía núm.2 de Brahms y el Concierto para piano y orquesta núm.4 de Beethoven con Josep Colom como solista, que también se ofreció en el Teatro de la Farándula de Sabadell el día anterior, el 31 de enero de 2020. 

Sí, en efecto. Quisimos llevar a cabo dos proyectos con ellos. Por un lado crearon una obra sinfónica tutelados por músicos, que se estrenó en este concierto de temporada en el Palau de la Música Catalana bajo la dirección del Víctor Pablo Pérez como recuerdas. La obra que presentó la Orquesta Graeme Clark abriendo la sesión fue Amigos en la guerra de Álex Martínez.

Efectivamente. Entre otras impresiones, en la crítica de aquel concierto destaque que se trataba de una pieza con reminiscencias del lenguaje fílmico de John Williams y estructurada en dos grandes bloques sobre un mismo tema y una sección central a cargo del oboe. 

Además, antes de la actuación de la Graeme Clark, se proyectó un vídeo ilustrativo del proyecto "Beethoven 250: La música del silencio" gracias al apoyo de la Fundación GAES solidaria, el Hospital San Juan de Dios y la Federación ACAPPS en la creación de esta orquesta.

¿Y la otra iniciativa? 

Por otro lado, estaba previsto que participaran tocando en la Novena Sinfonía de Beethoven, tocando la parte del Himno de la Alegría del cuarto movimiento, pero la pandemia lo truncó. En este sentido hay que ponderar la experiencia y el impacto emocional no sólo del contacto con la música y de poder hacerlo, si no del poder sentirse cercano a una actividad que fascina y que, a priori, les sería o les era prácticamente imposible antes de la operación para el implante coclear. El hecho de que hubieran podido actuar en un lugar como el Palau de la Música supuso una motivación anímica y un hito personal de un valor incalculable.

¿Cómo surgió la oportunidad de ir a Roma ante el Papa Francisco? 

Después de un tiempo de impasse retomamos el contacto y surgió esta magnífica oportunidad a través, también, de la doctora Clavería que escribió al Vaticano informando que existía esta orquesta. El Papa lo quiso escuchar y nos invitaron a una de las audiencias generales que ofrece el pontífice en la Plaza de San Pedro del Vaticano. El viaje lo financió la Fundación Gaes y fue una experiencia fantástica para todos. Actualmente nos hemos reunido mucho para hacer ensayos, sobre todo durante el pasado verano para preparar el viaje a Roma.

Más allá de las dificultades de audición, ¿qué perfil tienen estos adolescentes y jóvenes?

Pues tienen edades que van de los 13 a los 21 años con la circunstancia física que ahora pueden escuchar gracias a este implante coclear, aunque, hay que decir, no lo hacen de la misma manera que lo hacemos todos. Un implante coclear no funciona como si fueran unas gafas, pero les permite mantener una conversación y les facilita la percepción de sonidos aunque sea con frecuencias variables o de manera parcial. En este sentido pueden hacer música y estudiar, asimilándose a los otros niños que no tienen estas dificultades. Por eso quiero destacar que tienen una gran capacidad de resiliencia, una gran energía y voluntad enorme para superar los obstáculos. Tienen un fuerte espíritu luchador.

¿Qué especificidades pedagógicas se deben encarar en el trabajo de la música a estos jóvenes? 

A la hora de ensayar, ninguno particular. Ensayamos cómo podríamos hacerlo con niños que no tienen esta discapacidad. Quizás las cuestiones vinculadas al ritmo les cuesta más, pero saben habituarse, ajustar la afinación, escucharse. De hecho, más allá de su circunstancia común y que todos han sido operados por la doctora Clavería, se percibe una unión especial entre ellos que se traduce en una motivación y un compañerismo que destilan emotividad durante los ensayos. Pero no hay que seguir ningún método o planteamiento específico a la vez de ensayar.

¿Qué obras forman parte del repertorio habitualmente? 

El repertorio es sobre todo son arreglos de música moderna, canciones del ámbito del pop-rock como la famosa "We are the champions" de Queen que naturalmente tiene un componente simbólico y emotivo para ellos. En Roma, por ejemplo, ellos eligieron tocar "Guantanamera" de Compay Segundo y "Waterloo" de ABBA. Además vamos a añadir "Aleluya" de Leonard Cohen.

¿Este proyecto recibe algún apoyo económico público? 

No, la Orquesta Graeme Clark no recibe ninguna subvención pública. Lo que se está buscando, sobre todo por parte de los padres de estos jóvenes, es constituir una asociación con el fin de difundir las ventajas de un implante como el coclear y recoger apoyo que les ayude a nivel vital.

Por último, ¿qué perspectivas hay de futuro?

De momento, estamos trabajando en ello y tratando de incorporar alguna actividad a la temporada de la Sinfónica del Vallès, en cuya sede es donde ensayamos. Todos estamos muy motivados y más después de la experiencia en Roma pero tenemos que vehicularlo conjugando varios vectores haciendo buenas las oportunidades.