La situación de la Orquesta de Extremadura pasa por el momento más delicado de su historia. Hasta el día de hoy, la mayoría de las noticias referidas al futuro de una de las principales orquestas sinfónicas españolas eran pesimistas. Hace unos días, el Gobierno Extremeño hacía llegar a los músicos su propuesta de transformar sus contratos en una especie de contratos fijos discontinuos como medida "temporal" que ayudase a subsanar los problemas económicos por los que pasa la entidad. Más tarde llegaría el ERE extintivo presentado por la propia Junta de Extremadura, que abocaba al conjunto a su inminente desaparición. Hoy, sin embargo, el Parlamento extremeño acaba de aprobar una propuesta de impulso que puede ser el primer rayo de luz en meses para los músicos de la orquesta. "Lo único cierto es que la situación actual de la OEX es, por lo menos, incierta", explica Santiago Pavón, miembro del Comité de Empresa de la Orquesta de Extremadura. "Estamos un tanto desconcertados porque las informaciones que se nos llegan son contradictorias. Según nos explicó ayer la gerente de la orquesta a los representantes de los trabajadores, la Consejería de Cultura tiene previsto comenzar a aplicar un Expediente de Regulación de Empleo extintivo para la totalidad de los trabajadores. Supuestamente, tendríamos información del ERE la semana que viene. Sin embargo, esta mañana, Izquierda Unida ha presentado una propuesta de impulso para que se mantengan las condiciones laborales de la plantilla de la OEX y, como en una película de Buñuel, ha sido aprobada por todos los grupos políticos, PP incluido, lo que no deja de resultar sorprendente ya que el PP es el partido que gobierna en Extremadura y el que ha presentado el ERE extintivo".
Aunque la votación de hoy haya traído un poco de esperanza a los músicos y aficionados extremeños, las incertidumbres siguen sin despejarse ya que, la llamada "propuesta de impulso" no es vinculante para el Gobierno. "La situación es de perplejidad, porque mientras se nos avanza el ERE, que supone la aniquilación de la Orquesta de Extremadura, también se da de paso a esta propuesta. Es realmente dantesco", explica Pavón, que esta misma semana tiene que afrontar, junto a sus compañeros, el último concierto del año. "También nos preocupa el hecho de que no se haya programado nada para el resto del verano. La orquesta recibió diversas propuestas de festivales internacionales pero se han rechazad".
La semana pasada, la Junta puso sobre la mesa una propuesta para cambiar el tipo de contrato existente como posible vía para dar salida a los problemas económicos de la entidad, pero los músicos la rechazaron. "Se nos propuso realizar una especie de contrato discontinuo en el que se nos aseguraba se trabajaríamos 10 meses al año y que, los dos restantes, pasaríamos al paro. Es un paso que necesita la aprobación de cada trabajador y que la empresa no puede tomar de forma unilateral. El principal problema era que no se nos garantizaba por escrito, algo que para un trabajador resulta inaceptable ya que, como cualquiera puede suponer, la empresa podría convertir los 10 meses en 3 o 4 cuando creyese oportuno. Es un tipo de régimen profesional que suele tenerse en cuenta para personas que trabajan en el campo pero que, en lo que se refiere a nuestra orquesta nos llevaría a una muerte por inanición. Firmar esto sin la seguridad de tenerlo por escrito, sería como abrir la veda para que la empresa cruzase todas las líneas rojas que, como trabajadores, no podemos asumir".
La Orquesta de Extremadura está compuesta por un total de 55 músicos y 7 personas que trabajan en sus oficinas. Desde cualquier punto de vista, 55 músicos es un número muy bajo para un conjunto sinfónico que, por lo que se ve, lleva asumiendo sacrificios desde hace más de un año. "No sabemos muy bien qué pensar, porque el discurso de la Administración es ambiguo y contradictorio. Se dice una cosa y la contraria. Hace unas semanas, los representantes de los trabajadores enviamos una carta al Presidente de la Junta de Extremadura y a Trinidad Nogales, la consejera de Educación y Cultura, en la que pedíamos una mesa de negociación que fuera realista, con la finalidad de llegar a soluciones satisfactorias. En la carta, decíamos que, por supuesto, no nos negábamos a realizar sacrificios, pero que tampoco estábamos dispuestos a asumir medidas drásticas que nos obligasen a renunciar a nuestros derechos y estabilidad laboral. Entendemos que toda solución debe ser proporcional al problema que se quiere resolver, que es la deuda de la orquesta. Y aquí hay otro problema de fiabilidad, porque cuando la Consejería de Cultura facilita la información sobre la deuda de la orquesta hasta el 31 de diciembre de 2011, da tres datos distintos, con una diferencia de casi 200.000 euros entre ellos. Estas contradicciones nos parecen muy llamativas.Lo único que podemos decir a este respecto es que, durante este año, a trancas y barrancas se están ahorrando por encima de las expectativas que la propia Junta de Extremadura había anticipado. La propia consejera ha dicho que, de seguir por este camino, se podrían amortizar alrededor de 600.000 euros para este año.
Hay otro dato que nos hace desconfiar de la buena voluntad de la Junta. La orquesta tiene contraída deudas con la Seguridad Social y Hacienda, administraciones con las que la OEX ha negociado unos aplazamientos que nos llevan hasta el 2015. Sin embargo, la consejería nos dice que la deuda contraída con la Seguridad Social, intereses incluidos, debe ser pagada este año. En nuestra opinión, esta toma de postura está intentando justificar el cambio de contrato que quieren implantar.
Llevamos más de un año de incertidumbre. Para los que tenemos familia es una situación muy incierta. Nos gustaría ver la luz, pero recibimos mensajes contradictorios. Por un lado se dice que apuestan por la cultura y por el otro presentan un ERE extintivo. Hoy, mientras un diputado de IU les pedía que retirasen el ERE por coherencia, el Presidente de la Junta negaba con la cabeza desde su escaño. Estamos perplejos y poco confiados ante la situación", concluye Santiago Pavón.
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