Ayer, lunes 29 de enero, tuvo lugar la presentación del XXVIII Festival Internacional de Arte Sacro de la Comunidad de Madrid, celebrada en la Sala negra de los Teatros del Canal, pertenecientes a Cultura de la Comunidad de Madrid. Tras una breve introducción de la directora del centro, Natalia Álvarez, tomó posesión de la palabra Pepe Mompeán, director del festival y artífice del radical cambio que este festival ha vivido desde hace tres ediciones, cuando pasó de ser un festival poco menos que de medio pelo, anquilosado y cuya programación carecía del más mínimo interés, a convertirse en una referencia no solo a nivel local o regional, sino nacional. La labor de Mompeán, que ha sabido dar un giro fundamental a esta cita anual con la música sacra –pero no solo–, está aún por consolidar, según sus propias palabras, siendo esta tercera edición bajo su mando la verdadera prueba de fuego en este cambio de los pilares del festival. Personalmente, y sin poder valorar todavía el resultado de este FIAS 2018, el balance de la pasada edición ya me pareció realmente positivo para el equipo de Cultura Comunidad de Madrid –que dirige Jaime de los Santos, quien también decicó unas palabras de apoyo a Mompeán y su equipo–, por lo que las bases sobre las que se fundamenta esta inimente edición son más que sólidas.
La presentación se abrió con un preludio musical –realmente definitorio del espiritu del FIAS–, en el que se contó con la presencia de algunos de los artistas que protagonizarán esta edición, como son La Ritirata, con Josextu Obregón al frente –como representantes de la llamada música antigua–, cuyo clavecinista, Ignacio Prego, sirvió de unión para presentar brevemente uno de los encargos para esta edición del FIAS, Re-nacimiento, un proyecto que fusiona música española del XVI con música electrónica y jazz, a cargo de sus protagonistas: Ariel Brínguez, Pablo Martín Caminero, Dasari Kumar y el propio Prego. Brínguez sirvió a su vez de enlace para el tercero de los escenarios de esta jam sesión, pura esencia del FIAS, para dar paso al pianista Pepe Rivero y al trompetista Manuel Blanco, que colaboraron en un pasaje a medio camino entre lo clásico, el jazz y las músicas de inspiración popular.
A lo largo de cinco semanas, entre el 15 de febrero y el 23 de marzo, se prolongará este FIAS 2018, que ofrecerá al público de la capital madrileña, además de algunas localidades de la comunidad, cerca de cuarenta citas musicales que representan el ser de este festival: música antigua –sacra, pero no solo–, jazz, música electrónica o flamenco. Como es habitual, algunas de las principales iglesias de Madrid son los lugares escogidos para acoger los conciertos: San Jerónimo el Real, San Millán y San Cayetano, San Ginés, San Miguel, Santa Bárbara, Nuestra Señora del Carmen o la Encarnación; a las que hay sumar lugares emblemáticos como la Capilla Real, el Congreso de los Diputados. o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Los teatros, salas y centros culturales son también sustento fundamental, contando en esta edición con los Teatros del Canal, Teatro Abadía, sala Cuarta Pared o el Pavón Kamikaze –que se suma por vez primera al FIAS–, a los que se unen lugares centros que regresa a la programación, como son el Real Coliseo de Carlos III de San Lorenzo de El Escorial o el Centro Cultural Paco Rabal.
Como es habitual, la programación se estructura en varios ciclos temáticos, cada uno de los cuales aglutina aspectos específicos del festival. Músicas Infinitas, la propuesta más alternativa y experimental en la que se enmarcan la mayor parte de los encargos propios del festival, presenta este año propuestas y encargos del festival en los destacan citas que engarzan el jazz, el flamenco y la música electrónica, como Yoruba Suite, de Pepe Rivero, o el ya mencionado Re-nacimiento, del cuarteto formado por Brínguez, Prego, Martín Caminero y Kumar. En el campo de la música sacra, los encargos y estrenos de esta edición del festival incluyen el concierto en el que la orquesta barroca Concerto 1700 y el ensemble Los Afectos Diversos, que inauguran esta edición interpretando tres cantatas de Bach. A ello hay que sumar la presencia de la música sacra contemporánea, con Resurrection of Christ, de Jorge Grundman. La apuesta por los artistas nacionales sigue siendo una de las máximas del FIAS, lo que queda patente especialmente en el ciclo Piano Místico, en el que participan jóvenes intérpretes, aunque figuras ya más que respetadas en el panoramana nacional, como José Menor, Eduardo Fernández o Isabel Dombriz. Además, muchas formaciones musicales incluidas en la programación son españolas o tienen componentes españoles como La Ritirata, L'Apothéose, The New Baroque Times, Capella Sancta Maria, I Discordanti o Galimatias Baroque Ensemble. Por lo demás, FIAS no solo apuesta por la modernidad, sino que el patrimonio musical, nacional y extranjero, sigue siendo una de sus prioridades. En la presente edición se celebran las efemérides de tres grandes maestros del Barroco, rememorando los 250 años de la muerte del compositor español José de Nebra y del napolitano Nicola Porpora, así como el 350.º aniversario del nacimiento del francés François Couperin.
Personalmente destaco la inclusión del repertorio polifónico del Renacimiento, que apenas estaba presente en ediciones anteriores, de lo que hay regocijarse, por la presencia de obras de autores de la talla de Cristóbal de Morales, Pedro Ruimonte o John Dunstaple, entre otros, que llegarán en las versiones de conjuntos como La Hispanoflamenca, Utopia, Capella Sancta Maria o Tasto Solo.
Sin duda, una programación sólida, que viene a apuntalar los poderosos cimientos sobre los que se ha erigido este cambio de perspectiva en el FIAS desde el 2016, año en que Mompeán tomara los mandos del festival. Una de las grandes citas musicales de la capital madrieleña, muchas de las cuales –es bueno recordar– son de entrada libre. Toda la programación e información concerniente al XXVIII FIAS está disponible en su página web.
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