Por Mario Guada | @elcriticorn
Allá por el 2017, un grupo de investigadores e historiadores del arte muy concienciados con la divulgación de la Historia del arte en RR.SS., especialmente a través de Twitter –que ya habían creado la etiqueta #NiUnDiaSinBarroco con el fin de da difundir obras artística del período en esa red social–, decidieron crear el Día del #OrgulloBarroco –terminó acuñado por Cipriano García [@cipripedia] y aglutinado por el grupo de especialistas de @InvestigArt– con el fin de dar mayor visibilidad al Barroco e las artes plásticas, pero también en todas las disciplinas artísticas y culturales posibles. Escogieron como día el 7 de diciembre, por celebrarse en él el nacimiento de Gian Lorenzo Bernini, una de las luminarias del período. Pues bien, pasados tres años de aquello, el Día del #OrgulloBarroco es sin duda uno de los movimientos culturales de mayor empuje en Twitter, convirtiéndose en la pasada edición de 2018 en tendencia a nivel nacional en dicha red social, logrando un éxito sin precedentes, gracias a la implicación absoluta de tuiteros de la repercusión de @elbarroquista @BerniniRocks @MdaCaravagaggio @LuRicone @Unsereno o @RetoHistorico entre muchos otros.
Desde CODALARIO hemos querido celebrar con nuestros lectores este día, y tengo el honor de poder encabezar esta iniciativa a través de un artículo en el que ofrecer no un listado, sino una sugerencia de aquellas diez grabaciones de música barroca que deberían ser absolutamente imprescindibles para cualquier amante de la buena música, las cuales son ya consideradas auténticas referencias fonográficas y, en definitiva, grabaciones que nadie debería dejar de escuchar al menos una vez en su vida. Por ello, he seleccionado únicamente aquellas que pueden escucharse en Spotify, con el afán de que nadie se quede sin poder acceder a su escucha. El orden es aleatorio y no constituye preferencia de ningún tipo. Desde la primera hasta al última suponen un ejemplo de lo mejor que el universo de la fonografía nos ha legado con relación a los repertorios de los siglos XVII y XVIII. Con la sana intención de resultar lo más expansiva posible, no repetiré compositores, salvo al genio de genios [Bach], que abrirá y cerrará las diez propuestas. Soy consciente de que dejo por el camino docenas de grabaciones maravillosas, muchas de las cuales podrían formar parte de esta selección. Pero debemos acotar un número y estas son, pues, todas las que están, pero no todas las que son. Espero que lo disfruten:
§ Johann Sebastian Bach (1685-1750): Johannes-Passion, BW 245. Mark Padmore, Michael Volle, Sibylla Rubens, Andreas Scholl, Sebastian Noack, Dominik Wörner, Malcolm Bennet, Cecile Kempenaers • Collegium Vocale Gent | Philippe Herreweghe [Harmonia Mundi, 2001].
Hacía casi tres lustros [1987] de que el belga Philippe Herreweghe asombrara al mundo con su pimera versión de la descomunal Johannes-Passion, BWV 245, del Kantor de la Thomaskirche de Leipzig. Tan solo catorce años después regresa a la obra, en la versión de 1725, para alzarse como el máximo especialista en la obra sacra del compositor de Eisenach. Harmonia Mundi editó una versión absolutamente monumental, con un plantel solista en estado de gracia, entre ellos un maravilloso Mark Padmore en su rol de Evangelista y como solista en las arias. Le acompaña un Andreas Scholl de los mejores que se recuerdan. Filigrana instrumental y coral elevada a la máxima potencia, con un Herreweghe delineando la retórica «bachiana» como nadie ha sido capaz en las últimas décadas. La capacidad y el resultado del trabajo conjunto del Collegium Vocale Gent resultan tan impactante como extraordinarios, llegando a provocar incredulidad. Uno puede esperarse todo lo mejor de su escucha, pues sus anhelos encontrarán aquí respuesta. Un registro para la emoción más absoluta, para el desconsuelo y el regocijo, para llorar y reír, para sentirse afortunado de poder disfrutar de una música como esta.
§ Claudio Monteverdi (1567-1643): Selva morale e spirituale, SV 252-288. Cantus Cölln • Concerto Palatino | Konrad Junghänel [Harmonia Mundi, 2001].
Decantarse por una sola colección de obras de Il divino Claudio resulta poco menos que una tarea imposible. ¿Cómo elegir tan solo uno los geniales libros de madrigales? ¿Cómo dejar fuera de cualquiera selección de su magistral creación operística L'Orfeo, que dio origen al género, o cualquiera de sus dos óperas venecianas conservadas? ¿Claramente habrás elegido el Vespro della Beata Vergine, no? Pues no, finalmenteentra aquí su colección de música sacra más monumental, aquella que supuso la muestra de todo su magisterio al frente de la Basilica de San Marco, pero también el punto culminante de toda su carrera como compositor. Casi cuatro horas de música absolutamente gloriosa, en la que se combinan de forma abrumadora estilos, géneros, plantillas vocales e instrumentales de forma casi inagotable. No existe una versión que haya logrado captar al 100% la esencia de Monteverdi en esta colección, pero sorprendentemente una de las más logradas es la de este conjunto alemán, que muestra aquí una gran capacidad para equilibrar las fuerzas vocales solísticas con un aparato instrumental tan eficaz como inteligentemente imbricado con las voces, aunque con un sonido menos coral de lo que acostumbran otras versiones. Un logro magnífico de Junghänel y sus huestes, que ponen en valor una obra menos conocida del autor cremonés, pero absolutamente luminosa y genial.
§ Cristofaro Caresana (c. 1640-1709): Per la nascita del verbo. Roberta Invernizzi, Roberta Andalò, Daniela Del Monaco, Giuseppe De Vittorio, Rosario Totaro, Furio Zanasi • Cappella de'Turchini | Antonio Florio [Opus 111, 1996].
El Barroco napolitano es sin duda una de las fuentes que más tesoros musicales alberga en los archivos. Afortunadamente hace varias décadas que la unión del musicólogo Dinko Fabris y el director y especialista en el repertorio Antonio Florio nos ha legado multitud de registros discográficos con los que deleitarse. El extinto sello Opus 111 –asumido hace años por Naïve–, con Yolanta Skura al frente, y su colección Tesori di Napoli –que precisamente se inauguró con esta grabación– han supuesto uno de los grandes hitos fonoráficos de los siglos XX y XXI. En este maravilloso disco, dedicado a uno de esos [casi] ignotos autores napolitanos del XVII, se recogen cuatros cantatas para la Navidad de magnífica factura, con una escritura absolutamente particular y muy definitoria del estilo «partenopeo» del momento. El CD se completa con dos obras de sendos autores como son Orazio Gioccio y Bernardo Storace, basadas en la passacaglia y la ciaccona. Un elenco vocal de peso, con algunos cantantes en su mejor momento [Pinno de Vittoria y Furio Zanasi], a los que sumar a una joven Roberta Invernizzi. El apartado instrumental está brillantemente defendido por un equipo de instrumentistas entre los que destaca un continuo de absoluto lujo.
§ Sylvius Leopold Weiss (1686-1750): Ars Melancholiae. José Miguel Moreno, laúd barroco [Glossa, 1994].
El intérprete español José Miguel Moreno es «culpable» de algunas de las grabaciones más memorables dedicadas a la cuerda pulsada del Barroco, tanto francés como centroeuropeo. Hace ya más de dos décadas de esta grabación para el sello escurialense –que él mismo fundo años antes junto a su hermano, el violinista y violista historicista Emilio Moreno– dedicada a una de las luminarias del laúd barroco, el germano-polaco Sylvius Lopold Weiss, del que se ofrecen aquí dos de sus sonatas y algunas piezas sueltas, entre las que se encuentran dos ciaccone de una inconmensurable belleza. Pulcro cuidado sonoro, tanto en la toma de sonido como en las límpidas interpretaciones del madrileño, que tanto ha puesto en valor a autores centroeuropeos como Conradi o Kellner.
§ Dieterich Buxtehude (1637-1707): Membra Jesu nostri. Anne Grimm, Johannette Zomer, Peter de Groot, Andrew Tortise, Bas Ramselaar • The Netherlands Bach Society | Jos van Veldhoven [Channel Classics, 2006].
Elegir una de las entre las cerca de treinta versiones existentes de la obra más conocida del extraordinario compositor alemán resulta poco menos que un ejercido de tortura, más cuando esta exquisita colección de siete cantatas ha sido grabada por muchos de los grandes del historicismo, a saber: Gardiner, Koopman, Christophers, Kuijken, Fasolis, Junghänel, Suzuki o Pierlot, entre otros. Sin embargo, esta versión del conjunto holandés, que comandaba por entonces Jos van Veldhoven –desde este año la dirección artística corre a cargo del violinista japonés Sunske Sato–, logra una maravillosa mixtura entre los cinco solistas vocales y una nutrida plantilla instrumental, aunque en lecturas minimalistas. Se decide por una versión a voz por parte –sin la alternancia entre solistas y coro que utilizan otros directores–, con la que puede incidir de manera brillante y muy efectiva en la disonancia y el cromatismo, dando vida a la refinadísima escritura contrapuntística de Buxtehude. Los solistas cumplen con mucha solvencia, yendo de lo notable a lo sobresaliente, pero destaca especialmente el trabajo global, así como la sección instrumental, de una calidad superlativa. El trabajo del director holandés es de orfebería de primer nivel, logrando revivir una música de una extremada belleza.
§ Le Concert Royal de la Nuit. Obras de Jean de Cambefort, Antoine Boësset, Louis Constantin, Michel Lambert, Francesco Cavalli, Lugi Rossi y anónimos • Ensemble Correspondances | Sébastien Daucé [Harmonia Mundi, 2015].
Uno de los conjuntos han provocado más impacto en el panorama de la música barroca, específicamente en el ámbito del Barroco francés, han sido el Ensemble Correspondances de Sébastian Daucé, que en tan solo unos pocos años se ha colocado a la cabeza de la interpretación historicista de los maravillosos repertorios de la Francia del XVII, tomando con autoridad el testigo de aquellas formaciones que en el pasado lideraban esas propuestas. Cualquiera de sus grabaciones para el sello galo Harmonia Mundi es oro molido, pero de todas ellas, quizá la titulada Le Concert Royal de la Nuit es la más memorable. Un trabajo musicológico e interpretativo de primer orden, que rescata del olvido y de forma íntegra este Ballet Royal de la Nuit, un espectáculo concebido en febrero de 1653, justo después de la rebelión de la Fronda, con la intención de resultar el más influyente del reinado de Luis XIV. Absolutamente grandioso y cuidadosamente elaborado en los estándares más altos que el estado logró llevar a cabo, el libreto de Bensérade recurrió a los mejores artistas de la época para hacerlo posible. El equipo de instrumentistas y cantantes realizan un trabajo exquisito, difícilmente igualable, llevando a este repertorio –una deliciosa mixtura de las potentes influencias italianas y del empeño de los franceses por crear un idioma musical propio– a unos niveles exorbitantes. Una maravillosa edición en formato libro-dicso completa una grabación indipensable en cualquier musicoteca.
§ Girolamo Frescobaldi & Louis Couperin. Gustav Leonhardt [Alpha, 2002].
Esta grabación, realizada por el sello francés Alpha –en la que se supuso la última era discográfica del genial clavecinista, organista, musicólgo y director holandés–, puede entenderse como la exclencia que supone realizar un recopiltario dedicado a dos compositores muy distintos, llevada a límites insospechados. Si alguien que desconociera por completo la música del italiano Girolamo Frescobaldi (1583-1643) y la del francés Louis Couperin (c. 1626-1661) –tío del célebre François Couperin «el Grande»– escuchara esta grabación, al terminarla lograría entender muchas cuestiones, y eso dice mucho del trabajo en sí mismo. Haciendo uso de un clave italiano y otros francés para cada uno de los compositores, el dominio ténico resultaría absolutamente apabullante de no ser porque esto supone, en la forma de tocar de Leonhardt, casi una anécdota. Hay tanta música, tanta retórica, tanta profundidad en su acercamiento a los compositores cuando se sentaba a un teclado, que resulta emocionante y admirable comprobar tantos años después que su calidad continúa totalmente vigente. La interpretación de la música barroca no sería la mitad de lo que hoy es si pioneros como Leonhardt no hubieran existido, allanando con su lucha e incansable trabajo el camino a todos los que vinieron detrás. No puede faltar el homenaje a su figura en una selección como esta. Un disco que rezuma inteligencia, refinamiento y calidad a niveles estratosféricos. Música para degustar con mucha calma.
§ José de Nebra (1702-1768): Esta dulzura amable - Sacted Cantatas. María Espada • Al Ayre Español | Eduardo López Banzo [Challenge Classics, 2011].
No quisiera dejar esta selección desierta de música española, pues son muchos y muy buenos los compositores que jalonan la creación musical en la España de los siglos XVII y XVIII. El aragonés José de Nebra es probablemente el que más predicamento ha conocido en el ámbito de la fonografía. Se podría haber escogido algunas de sus zarzuelas y óperas barrocas grabadas, sin embargo he preferido escoger este monográfico que la soprano María Espada y el conjunto zaragozano Al Ayre Español le dedicaron hace algunos años. En él se contienen cuatro cantadas al santísimo conservadas en archivos de Guatemala, por tanto una recuperación patrimonial tan necesaria como imperante. A pesar de que se opta aaquí con una interpretación a una voz por parte, que quizá no representa al 100% las prestaciones de esta maravillosa música, lo cierto es que el resultado final se alza extraordiario, gracias a que la soprano extremeña logra dar vida a estas cantadas con una deliciosa línea vocal, que cuida en extremo la dicción y que se muestra contudente en la exigente coloratura, por un lado, pero también los momentos de mayor sutileza. El acompañamiento, a cargo de un equipo de seis instrumentistas de gran nivel, logra llevar la distinguida escritura melódica de Nebra a cotas muy elevadas. Nebra desde luego merece –y exige– todo lo mejor que se pueda hacer con su obra. Creo que aquellos que no conozcan su obra quedarán muy sorpendidos de la calidad y belleza que atesora. Si al escuchar el aria cantable «Con la paz tu amor convida», de la cantada Que contrario, Señor, no se quedan absolutamente embriagados por su hermosura, esta selección no tiene sentido.
§ Jean-Philippe Rameau (1683-1764): Hippolyte et Aricie. Mark Padmore, Anne-Maria Panzarella, Lorraine Hunt, Laurent Naouri, Eirian James • Les Arts Florissants | William Christie [Harmonia Mundi, 1997].
Cuando el compositor francés Jean-Philippe Rameau estrenó su primera ópera en 1733, contando ya la elevada cifra de 50 años, supuso todo un hito en la Historia de la música occidental. Algunos infructuosos intenos previos le habían llevado a valorar en mucho el noble arte de la ópera, pero con Hippolyte et Aricie comenzó todo. La ópera es ya una auténtica obra maestra de la música escénica, en la que se muestra su inmensa capacidad para componer para la voz, su habilidad para tratar la psicología de los personajes y, sobre todo, la inmensidad de su dominio orquestal, mostrando ya una tratamiento armónico que anticipa todo lo que está por llegar en su inagotable universo operístico. Pocos ha habido en la interpretación capaces de plasmar el genio «rameauniano» como William Christie y su legendario conjunto Les Arts Florissants. Se rodean aquí de un plantel solista de enormes dimensiones, logrando plasmar a las mil maravillas toda la grandeza dramática de este genio de la música del XVIII europeo. Aquel que conozca a Rameau, a buen seguro que se ha detenido en su primera obra maestra. De lo contrario, quedará totalmente embriagado con todo lo que aquí se propone. Una grabación que destierra por completo esa creencia de que una tragedia lírica del Barroco francés ha ser árida, compleja y aburrida. Rameau, LAF y Christie logran evadir de esas ideas a cualquiera con su escucha. Un logro mayúsculo.
§ Johann Sebastian Bach: Mass in B minor, BWV 232. Carolyn Sampson, Rachel Nicholls, Robin Blaze, Gerd Türk, Peter Kooy • Bach Collehium Japan | Massaki Suzuki [Harmonia Mundi, 1997].
Cuando hace varias décadas irrumpió en el panorama internacional un tal Masaaki Suzuki, al frente de su recién creado Bach Collegium Japan y con el aintención de acometer nada menos que la integral de las cantatas «bachianas», el impacto generado fue mayúsculo. ¿Un nipón interpretando a Bach, y con criterios históricos? La cosa, desde luego, no podía resultar más extraña. Pero es que el bueno de Suzuki, un apasionado de la música del Kantor desde su juventud, se fue de su Japón a Holanda para formarse, entre otros con Ton Koopman. Cuando hubo aprendido todo lo necesario de uno de las cunas del historicismo y de la interpretación bachiana, regresó a su país natal para emprender su aventura, que vista con retrospectiva no puede calificarse sino de totalmente exitosa. Haciendo uso de solistas vocales europeos, algunos de los cuales son referentes en la interpretación vocal de Bach [Gerd Türk y Peter Kooy], la versión que ofrece el BCJ es probablemente la más equilibrada de cuantas existen de la más monumental obra que se haya compuesto jamás, lo cual es decir mucho. No es solo que los solistas rocen la perfección, sino que el concurso orquestal y coral resulta admirable, de una clarividencia pasmosa. Cualquiera puede escuchar esta versión y no sospechar, ni por asomo, que no se trata de alguno de los conjuntos europeos de mayor renombre. Europeo no, al menos en buena parte, pero desde luego sí referencia absoluta en la música vocal sacra de Bach desde hace décadas, junto a nombres como Philippe Herreweghe, Ton Koopman o John Eliot Gardiner. El hito nipón se consuma aquí en todo su esplendor.
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