Un reportaje de Albert Ferrer Flamarich
El 2017 está siendo un buen año artístico para los Amigos de la Ópera de Sabadell pero muy complicado económicamente. La presidenta de la Asociación, Mirna Lacambra, reconoce la preocupación por la salud económica de la entidad: “a pesar de que nunca hemos gastado un euro de más y siempre hemos ajustado nuestros caches, nos hallamos en un momento de incertidumbre”. El primer motivo de la delicada situación radica en que “aún no hemos recibido la subvención para el 2017 de la Generalitat de Cataluña”. Este retraso, que ha condicionado directamente la liquidez de la entidad, parece debido, por un lado, a la “intervención estatal” de las cuentas de la Generalitat de Cataluña y, por otro, al inesperado factor fruto de una ambigüedad legal vinculada a un cambio con efectos retroactivos en la legislación del IVA.
Hasta el 2013 la AAOS cobraba un caché a los teatros del circuito Ópera a Cataluña con IVA, tal como lo exigía la normativa de Hacienda. Un circuito que, como recuerda la tenaz presidenta de la entidad, permite “acercar el espectáculo operístico a poblaciones periféricas y ofrecer diferentes oportunidades de realización profesional para cantantes”.
El año 2015, Hacienda comunicó a la AAOS que desde el año 2013 la ley se contemplaba desde otro prisma y les obligaba a devolver el IVA facturado desde entonces hasta ese momento. Una normativa que también les afectó el 2016 y que desde este año se ha podido adaptar con la emisión de facturas sin IVA, tal como indica la ley con el comentado giro.
La variabilidad legislativa del IVA
El problema reside en que el artículo 68 de la Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2013 modificó el artículo de la Ley del IVA relacionado con la exención de este impuesto. Concretamente, afectó a los servicios ofrecidos por entidades sin ánimo de lucro o de carácter social. Se vehiculaba, pues, un giro respecto a cómo se había aplicado hasta entonces. En consecuencia y según la administración española a partir del año 2013, la AAOS no podía compensar el IVA cobrado por sus servicios con el IVA pagado por sus compras o contrataciones. Como afirma indignada Mirna Lacambra “ahora no nos devuelven ni un céntimo y nosotros tenemos que soportar todo el IVA”.
Otro de los inconvenientes que agravó la economía de la entidad fue el retraso con que el Ministerio de Hacienda resolvió la situación, ya que la notificación oficial no llegó hasta el año 2015, después de dos ejercicios en qué el Ministerio no les devolvía el IVA ni justificaba el retraso de la aún pertinente devolución de los años 2013 y 2014. Estos dos años fueron revisados por la Agencia Tributaria con una resolución desfavorable para la entidad sabadellense: no obtendrían la compensación por el IVA pagado en relación al cobrado y, además, deberían ingresar todo el IVA cobrado por la entidad aquellos años. La cantidad ascendía a 264.000 euros.
En manos de abogados especialistas, la junta de los Amigos de la Ópera de Sabadell interpuso los correspondientes recursos administrativos, que fueron denegados. Entonces, la AAOS solicitó el pago fraccionado, aceptado por la Agencia Tributaria, y avalado por el Banco de Sabadell gracias a un pago mensual de 5000 euros de la deuda para evitar el posible embargo de las cuentas de la entidad. Disconforme con la situación, ya que la AAOS considera que, como mínimo, una parte del IVA repercutido sí que puede ser compensado con el IVA soportado, la compañía operística ha presentado un nuevo recurso al Tribunal Económico Administrativo Central (TEAC). La resolución de este intento puede tardar algunos años. Mientras, la entidad sabadellense deberá seguir pagando y devolviendo el importe acordado.
Además y en relación al ejercicio del 2015 la Agencia Tributaria notificó a la directiva de la entidad la necesidad de satisfacer otros 90.000 euros por los mismos conceptos. Actualmente, se está esperando la notificación de la revisión del IVA del ejercicio 2016, de un importe similar, para decidir si se recurren las dos liquidaciones. Como admite Mirna Lacambra “estos cambios en la política económica suponen un agravio alarmante para las entidades y perjudican la estabilidad cultural del país, no siempre bien apoyada, ni suficientemente difundida en tiempos de bonanza económica, y aún menos en tiempos alborotados y de crisis”.
Un tercer agravante
Por último, desde el 2008 hasta el 2016 la Generalitat de Cataluña les ha reducido la subvención en un 50% mientras que la aportación del INAEM casi no ha variado. Súmese a todo ello la implantación del 21% de IVA, la inflación económica, la disminución del poder adquisitivo y que los caches pagados por los teatros del ciclo Ópera a Cataluña no han variado en una década. No obstante, según las últimas informaciones, para primeros de diciembre la Generalitat de Cataluña se ha comprometido a hacer efectiva la subvención del 2017.
La matriz económica
Con estas circunstancias, es necesario contemplar los recortes en las ayudas públicas. Por ejemplo, el año 2008 la Generalitat de Cataluña dotaba con casi 500.000 euros el proyecto de la AAOS, mientras que en los peores años de la crisis económica quedó reducida a 245.000 euros.
Ante este baile de números cabe considerar que antes de la resolución del fatídico IVA, un 48% del presupuesto total de las temporadas de la Asociación de Amigos de la Ópera de Sabadell era subvencionado con patrocinios públicos (Generalitat de Cataluña e INAEM). El resto se completaba con patrocinios privados, Banco de Sabadell y el taquillaje y otras fuentes de ingresos. Actualmente este porcentaje ha descendido hasta el 35% o 38% del presupuesto total anual. Un presupuesto que, de media, los últimos cinco años, ha rondado la cantidad de 1.400.000 euros. Por otra parte, hay que recordar que los ejercicios económicos tanto de las entidades como de las instituciones se regulan por años naturales y no por temporadas como las programaciones artísticas.
Futuro incierto
La viabilidad económica de la AAOS es incierta ante este cúmulo de circunstancias y los desequilibrios presupuestarios de la Conselleria de Cultura, que dota en exceso a otros centros musicales de Cataluña sin potenciar a las entidades que realizan una labor más extensa por el territorio y con una cultura de base más cercana al ciudadano.
Los 5.000 euros mensuales de la deuda con Hacienda, más el coste de las producciones previstas para el 2018 (Don Carlo, Cavalleria rusticana, Pagliacci y Falstaff) ascenderán a 1.300.000 euros aproximadamente más 225.000 euros del IVA correspondiente. Es decir, un poco menos de 1.600.000 euros de presupuesto total de los que, en función de los datos de los últimos años, solo un 35% poco más o menos saldrá de los fondos públicos. Ante todo ello, no se entiende porque en este país hay entidades culturales a las cuales se les da tanto dinero y a otras tan poco en proporción a sus esfuerzos e incidencia. Si las dotaciones estuvieran mejor repartidas, la cultura de base fructificaría mejor y seriamos una sociedad culturalmente más fuerte.
Una cantera lírica
Hay que confiar en que la capacidad de lucha y esfuerzo de la señora Lacambra y su equipo no desfallezca después de 35 años al frente de un organismo que, como he escrito desde estas páginas en numerosas ocasiones, supone la única alternativa operística al monopolio liceísta. Un Gran Teatro del Liceo de Barcelona que durante años ha dado la espalda a las posibilidades de cantantes liricos autóctonos y a la formación de nuevas voces en la medida correspondiente a un teatro de su categoría y presupuesto.
En este sentido, conviene recordar que figuras como las sopranos Maite Alberola, Maribel Ortega y Saioa Hernández, la mezzosoprano Laura Vila, los barítonos Enric Martinez-Castignani y Carlos Daza o los tenores Albert Montserrat y Albert Casals, habituales en escenarios españoles, han salido de proyectos como la Escola d’Òpera o han debutado en numerosos roles en Sabadell. También el mediático -y no menos cuestionado- divulgador musical Ramon Gener empezó su carrera como barítono en estos escenarios.
Tampoco se pueden olvidar intérpretes con una holgada trayectoria internacional como José Bross, Silvia Tro Santafé, Ángel Ódena, para quienes las temporadas sabadellenses comandadas por Mirna Lacambra significaron una oportunidad valiosísima como cantantes líricos.
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