Crítica de concierto de Oksana Lyniv y Stefan Milenkovich inaugurando la Temporada Sinfónica del Teatro Comunale
Una gran velada
Por Magda Ruggeri Marchetti
Bolonia,08-II-2023. Auditorium Manzoni. Temporada Sinfónica del Teatro Comunale. Passacaglia in Yellow-Blue, de Vladimir Genin. Concierto para violín y orquesta en re mayor op.35 de Piotr Tchaikovsky. Solista Stefan Milenkovich. Sinfonía nº.4 en la mayor op.90 «Italiana» de Félix Mendelssohn Bartholdy. Orquesta del Teatro Comunale. Director: Oksana Lyniv.
En estas mismas páginas el 22 de octubre de 2021, con ocasión de su nombramiento como directora musical del Teatro Comunale, ya hablamos de Oksana Lyniv y de su bien ganada reputación como directora de ópera y de repertorio sinfónico a pesar de su juventud, y acabamos de aplaudirla al frente de El holandés errante wagneriano. En esta ocasión Lyniv decide iniciar el concierto con una composición contemporánea en primera ejecución absoluta: Passacaglia in Yellow-Blue, escrita en 2022 por Vladimir Genin, nacido en Moscú en 1958. El compositor explica que «está presente un tono de melancolía blues en el ritmo y en la melodía de la pieza. El título se refiere también a los colores de la bandera ucraniana, azul como el cielo y amarillo como el trigo, porque el sentimiento de esta obra está profundamente relacionado con el horror y la tristeza que acompañan constantemente mi vida desde que comenzó la agresión rusa a Ucrania en 2014». La página empieza con un pianísimo donde suena un viento que nos transporta a los espacios de la estepa. Timbales y pizzicati de violines y violas exponen el tema de la passacaglia, que después se expande a la orquesta para terminar con el motivo inicial en una atmósfera de tristeza.
La directora ha propuesto a continuación el Concierto para violín y orquesta en re mayor op.35 de Tchaikovsky, una composición nacida al final de uno de los periodos más creativos del autor. La primera escritura es de marzo de 1878 en Clarens, sobre el lago de Ginebra, a donde el autor había sido invitado a pasar un periodo de descanso tras el infeliz matrimonio con Antonina Milinkova, fracasado tras pocas semanas de problemática convivencia. El concierto se presentó solo cuatro años después, el 4 de diciembre de 1881 en Viena con la filarmónica dirigida por Hans Richter y el joven Adolf Brodskij como solista, siendo destrozado por la crítica y el público. Obtuvo finalmente el merecido éxito en la presentación en Moscú en agosto de 1882. El solista lo interpretó múltiples veces y Tchaikovsky se lo dedicó. En Bolonia el violinista ha sido Stefan Milenkovich, ex enfant prodige muy ligado a Italia, donde se exhibe desde que tenía seis años y con diez fue invitado a Washington a un concierto navideño para el presidente Reagan, así como para el líder soviético Gorbachov y el papa Juan Pablo II. Ha ganado numerosos premios, participando en los concursos internacionales más importantes y se ha exhibido como solista con las orquestas más famosas y colaborado con los directores más importantes. Nombrado artista serbio del siglo, se ha dedicado también a causas humanitarias, recibiendo en Belgrado el reconocimiento «Most Human Person».
El primer movimiento Allegro moderato inicia con el violinista, que con su Guadagnini de 1783 tiene la oportunidad de mostrar su virtuosismo, para dar paso a la orquesta en continuo diálogo. El segundo, Canzonetta. Andante, es una melodía de intenso lirismo que recuerda el folclore bohemio impetuoso y apasionado, y desemboca directamente en el final, un vivaz rondó construido con motivos rusos. El violinista lució todo su virtuosismo con absoluto dominio del arco y perfecta técnica. El público aplaudió y ovacionó repetidamente a Stefan Milenkovich logrando obtener dos largos bis.
En la segunda parte hemos escuchado la Sinfonía nº.4, italiana de Mendelssohn, esbozada durante su estancia en Italia desde el otoño de 1831 hasta el verano de 1832 y estrenada con gran éxito por la Filarmónica de Londres en mayo de 1933 dirigida por el propio compositor. La magnífica lectura de Oksana Lyniv ha sabido subrayar toda su belleza, mostrando claridad expositiva y ofreciendo una música seductora. El carácter de la sinfonía se revela ya en el primer movimiento Allegro vivace, de exhuberante alegría vital y cantabilidad mediterránea, empezando con los violines seguidos de toda la orquesta. En el segundo Andante con moto, las violas, oboes, fagots y clarinetes ofrecen una melodía melancólica, mientras el tercero Con modo moderato es un motivo de danza que evoca el minuetto. El Saltarello. Presto final es en cambio una explosión de alegría que enlaza con el primer moviminto. Vivaz y brillante evoca el Mediterráneo solar y temperamental. Oksana Lyniv ha sabido crear un clímax, hacer cantar las cuerdas con gran lirismo, logrando transmitir todo la euforia vital del país mediterráneo. La directora y la orquesta del Teatro Comunale entusiamaron al numeroso público, que estalló en aplausos, ovaciones y vítores.
Fotos: Andrea Ranzi
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