Por Fabiana Sans | @fabianasans
Hace unas semanas el mundo se paralizó. No necesitamos de bombas y misiles para que tuviésemos que resguardarnos en nuestros hogares. Las circunstancias han roto todos los paradigmas de convivencia, pero también nos han hecho reflexionar sobre nuestra permanencia como sociedad. Ante esto, un motor común nos ha conducido, aún no sabemos si fortalecido o resquebrajado, pero nos movilizamos en una única dirección, sobrevivir a la adversidad.
Muy lejos veíamos que algo nos hiciera parar en el tiempo, ese tiempo tan preciado y condicionado por todos. Ese tiempo que no nos dejaba sentarnos a escuchar el soplo del viento, el cantar de los pájaros, el diálogo entre las campanas y la ciudad. Este tiempo que hoy nos hace conocernos y nos hace apreciar a los que tenemos cerca, que nos enseña a trabajar en comunidad y que agradece el silencio. La introspección y el bienestar común serán los motores que conduzcan el nuevo camino.
Pero hoy no venimos a hablar de cómo vamos (o no) a cambiar, sino de aquellos trabajos que han emergido en este confinamiento obligatorio. Hoy venimos a hablar de Neumz [www.neumz.com], un proyecto único que no solo va a ampliar el patrimonio musical, sino que ha llegado para recordarnos que la vida no es lineal, sino cíclica. Y quién mejor que Alberto Díaz-Blanco para hablarnos de esta idea.
Díaz-Blanco, catedrático de filología hispánica y uno de los mayores coleccionista de discos, además de gran conocedor de la liturgia, ha sido el encargado de poner en marcha este gran proyecto que engloba la mayor colección de canto gregoriano jamás realizada. Cercano, cuidadoso y espiritual, Alberto nos comenta que, aunque él no se dedique a la música laboralmente, es algo que está muy presente en su vida: «Para que Neumz funcione era necesario encontrar a alguien que supiera de canto gregoriano, pero que supiera en la práctica, porque quien practica conoce los entresijos este canto. Al mismo tiempo, necesitaban a alguien que esté acostumbrado al mundo de las grabaciones, y esa es mi particularidad».
Cabe destacar, que el catedrático se presenta como un descubridor de grabaciones, tanto que nos señaló que él tiene en su poder una de las grabaciones más antigua de canto gregoriano en España, que data de 1908. Además, en su colección cuenta con algunas grabaciones que no se encuentran a resguardo de las grandes bibliotecas, porque como investigador, no solo las preserva el patrimonio, sino que es digitalizado y compartido para uso de todos.
Al preguntarle sobre cómo llega a Neumz, nos comenta que fue gracias al musicólogo Juan Carlos Asensio, quien lo recomendó para la realización de esta labor. Asensio, uno de los más destacados gregorianistas del momento, le pone en contacto con Enrique Valverde, director de Odradek Records, empresa encargada de la grabación de Neumz. A partir de este momento, Díaz-Blanco se pone a la cabeza de este proyecto titánico, donde converge un equipo de especialistas en el que reina la «simbiosis total y una compenetración absoluta, con muchos perfiles». Y uno de estos perfiles, y núcleo de la digitalización de las grabaciones ha sido Dominique Crochu, medievalista, gran conocedor de la liturgia y uno de los encargados de la red Musique Médiévale, espacio de reunión entre especialistas del Medioevo y en el que se albergan importantes grabaciones digitalizadas de los fondos provenientes de la colección de Díaz-Blanco. Este acercamiento con Crochu es descrito por Alberto como un «encuentro providencial».
Díaz-Blanco y Crochu forman un tándem, que a su vez se complementa con especialistas en informática, ingeniería de sonido, creando un equipo internacional. Lo especial de Neumz, no es solo la diversidad de perfiles, sino «las sensibilidades diversas con la manera de escuchar el canto gregoriano». Gracias a esto, Neumz puede dirigirse a un público variado, ya que son el botón de muestra del proyecto.
Por otra parte, la selección de la abadía tampoco fue al azar. John Anderson, director y fundador del sello discográfico, quedó sorprendido con la comunión entre la Naturaleza, la vida contemplativa y las jornadas de trabajo que llevaban las residentes de Jouques. Así, el músico le propone a su tía, una de las monjas de la Abadía de Notre-Dame de Fidélité de Jouques, grabar la totalidad de los cantos. Y es que Anderson no ha escatimado en su proyecto. La grabación contempla un trabajo de tres años, en el que quedarán plasmados todos los cantos que se realizan durante la jornada diaria de las monjas.
Si sumamos, el contenido del Salterio, el leccionario, el colectario, antifonario, el libro responsorial y el gradual, es decir, «grabar todos los días, todo el repertorio musical, hablamos de miles de piezas», en el que tendremos un equivalente a 7.000 CDs, todos con su partitura y traducción. Sobre esto, Díaz-Blanco acota que «lo que hoy sucede con Neumz no me lo creía ni me lo esperaba: es el mayor proyecto de grabación de la Historia. Es abarcar algo que es una unidad intangible. El mayor patrimonio musical de occidente se va a compartir a través de una grabación».
En la Abadía, situada en la Provenza francesa, residen algo más de cuarenta monjas. Esta comunidad vive en conexión con la Naturaleza, rezando y trabajando tal como su orden lo divisa. Las monjas benedictinas no son músicos, «estamos hablando de unas monjas a las que se les propuso la grabación, accedieron, e instalamos en el coro de la iglesia ocho micrófonos. Les dijimos: ustedes no hagan caso de esto, ustedes sigan cantando». Continúa relatando Díaz-Blanco, «al principio les costó. Hemos convivido con ellas, las estuvimos conociendo, cómo cantan, ofreciendo algunos consejos y, por supuesto, entablamos amistad». Por esto, la base de Neumz «no trata de tener, aunque canten muy bien, algo depurado. Se trata de compartir una experiencia, en un momento concreto, sin filtros».
Y es que dentro de la grabación podemos escuchar desde el paso de la página de algún libro, o el sonido de la lluvia, los elementos naturales, un rayo, todo en confluencia con el canto. Las monjas y su espacio, se presentan tal como son, «en total armonía con la naturaleza, con el canto, con los olivos y la viña, como verdaderas trabajadoras, comulgando fielmente con su vocación, con el ora et labora» Entonces, ahora que nosotros estamos enclaustrados por obligación, lo que nos ofrece Neumz «es penetrar en la clausura y descubrir sin filtros esta experiencia contemplativa que ellas transmiten a través de la oración cantada, porque como decía San Agustín: el que canta, ora dos veces».
El proyecto inicial supone una aplicación para escuchar y seguir con la partitura y el texto, todos estos cantos, pero el equipo de Neumz decidió realizar un «regalo» en estos tiempos de confinamiento y lanzar previamente su página web con parte del contenido: «hoy todos estamos invitados a una introspección, a detenernos y contemplar nuestra vida, a nosotros, lo que somos y conectar con algo, con nuestra conciencia superior, es decir, ver que al final todo es tan diferente a lo que vivíamos y que nos ha llevado a pensar, que si los chinos o los australianos, ¡qué me importa si a mí no me pasa nada!, pero ahora nos damos cuenta de que lo que les pasa a nuestros hermanos nos pasa a nosotros».
Neumz, plantea recurrir a la voz como parte de ese trabajo de introspección, en el que, de un canto monódico si hay «una unión, terminamos todos conectados. Es una oración individual pero colectiva». Esto sin entrar en cuestiones teológicas, ya que el proyecto no busca limitar a su público, sino ser transmisor de esa «común-unión» que nos permite sencillamente, la música. Por ello, Díaz-Blanco acota que el canto individual de cada monja es una comunión, que aunque está en latín y no comprendamos el texto o no tengamos idea de la liturgia, hay algo en ese canto, en esa experiencia, que nace de la vocación y de su experiencia, de su vida contemplativa, hay algo de sublime, hay algo de esencial, y cuando digo sublime y esencial da igual el idioma que sea, conecta con nosotros, conecta con nuestra esencia. Hay algo más allá con lo que puedes conectar cuando escuchamos un canto que no comprendemos en lo absoluto y vibramos. Algo en nuestro interior se despierta y reconoce esa parte esencial de lo que es algo sublime, algo único».
Este regalo único y sublime ofrecido por Neumz, donde la música y el texto crean la simbiosis perfecta a través del canto gregoriano es lo que expone nuestro entrevistado como «una experiencia vital que se concretiza en un canto. Vivimos en un mundo donde se nos inculca la dualidad, pero realmente la dualidad es algo ilusorio, en realidad todo es uno». No existen dos caminos, sino una exploración en la que convergen denominadores comunes. Por desgracia, en occidente la música es un desastre, estamos en una ignorancia total y si Neumz se puede dirigir a gente que busca este camino y reconozca en él una cierta espiritualidad, bienvenido sea».
Entonces, ¿a qué público se dirige Neumz? Díaz-Blanco acota que es a todas aquellas personas que sean practicantes, católicos, músicos que se acerquen al canto gregoriano, curiosos que necesiten un acercamiento espiritual, «se nos invita a explorar nuestro mundo interior, sin prejuicios», desde la liturgia a través del canto gregoriano, que se desarrolla en un tiempo cíclico, no lineal como estamos acostumbrados hoy día. «Queremos compartir esto que nosotros recogemos, con gente muy variopinta y que cada uno saque sus conclusiones, que cada uno saque la enjundia de este proyecto que desee. No orientamos, no limitamos, compartimos tal cual».
Pero para transmitirlo se necesitan medios y esto es precisamente lo que ha hecho Neumz, «poner los medios sin hacer cuentas, sin escatimar y sin saber si esto va a ser rentable. Se está haciendo con la providencia, etimológicamente de proveera. Ya veremos, por el momento, aquí es invertir tiempo y dinero, y por amor al arte, por querer compartir».
Como hemos comentado, Neumz pone a disposición tanto la música cantada como la escrita, además de sus textos en diversos idiomas. Por ello, todos se pueden encontrar tanto en latín como en francés, inglés y español, siendo España y Latinoamérica las regiones que más se han conectado a la plataforma desde su lanzamiento. Además de esto, se tiene previsto que pueda ampliarse el catálogo de traducciones al italiano y alemán.
Por otro lado, Neumz busca ser un recurso necesario para los conservatorios y todos aquellos espacios donde el canto gregoriano forme parte del programa de estudio: «cuando en los conservatorios se estudia el canto gregoriano, se va a estudiar una parte, y se puede estudiar el oficio conectándose a Neumz. Pueden conectarse a un día específico, seguir toda la estructura del oficio y de la misa según el canto de las mujeres de Jouques, demostrando cómo se compone el oficio de las horas mayores, las horas menores, etc. Tienen un ejemplo vivo de lo que es la práctica del canto gregoriano, en la liturgia, en su contexto natural. Aquí, proponemos por primera vez, una valoración íntegra, y hablamos de misa y oficio, con muchas piezas que nunca antes se han grabado. Neumz está creando un Liber digitalis del siglo XXI, y eso para un conservatorio es algo fundamental».
Hasta ahora Neumz ha cubierto más de una año de grabaciones de todos los textos y música, todo preparado para editarlas. Por ello, nos comenta el encargado del proyecto que «el equipo internacional multilingüe de Neumz, tiene previsto presentar en breve la misa y el oficio íntegros, en la aplicación tal como se ha concebido», por esto, el 31 de mayo, día de la celebración de Pentecostés, podremos contar con un avance de la misma, suponiendo el principio del ciclo litúrgico. Posteriormente «se irá sumando material, incluyendo principalmente las grandes solemnidades», hasta terminar con todos los días del año cubierto.
El Proyecto Neumz, comprende tres años de grabación, en base al Novus ordo que es el que siguen las monjas de la abadía. Litúrgicamente, nos explica Díaz-Blanco, este se divide en el año A, B y C, discrepando algunas piezas entre un año y otro. Por estos cambios, que se pueden estudiar en el Graduale Triplex, el ciclo no estará cerrado hasta completar todos los cambios.
Finalmente, preguntamos si una vez finalizado este proyecto se podría sugerir alguno de mayor amplitud, abarcando otra abadía. A nuestro interrogante, Díaz-Blanco aseveró que ha sido una propuesta que ya ha realizado, ya que «una de las cosas importantes sería escuchar el Novus ordo y el Vetus ordo. Hay mucha gente que practica el canto gregoriano de forma extraordinaria, los denominados tradicionalistas». Debemos tener en cuenta también ese público, «la metodología sería igual y se podría tener la versión masculina o femenina, la versión de Solesmes y la de Jouques. Pero eso, paso a paso. Neumz no tiene miedo a nada».
Fotografías: Neumz.
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