«Parafraseando al musicólogo Rubén López Cano, POV (Point of View) gira en torno a la cuestión de en qué difiere el arte de la realidad. Esta incursión se produce a partir de la creación de narrativas no-ficcionales, tomando pilares básicos aquellos elementos que ya estaban ahí antes del concierto y otros que son enunciados muy brevemente justo al inicio de la obra y son clasificados como A, B, C y D. La naturaleza de estos fragmentos encuentra su común denominador en ser 'pedazos' de otras construcciones, descontextualizos y tomados para ser modelados, aislados y re-agrupados bajo naturalezas de muy diversos órdenes. Así pues, provienen de fuentes tan heterodoxas como improvisaciones previas del saxofonista que estrenó la obra, Pedro Pablo Cámara, fragmentos de otras obras pre-existentes, la propia respiración humana, vídeo-tutoriales, escáneres médicos o capturas de diferentes redes sociales o plataformas como Google Earth. Este mosaico conforma una lógica realista en forma de red, uniendo cientos de niveles de representación espacio-temporal que se convierten en un solo objeto presente».
De esta forma describe el propio Óscar Escudero, compositor multimedia y performer, la primera parte de su Trilogía del Tiempo Liso, un ciclo de tres obras para tres intérpretes [saxofonista, performer y percusionista] «en las cuales los intérpretes son mapeados completamente dentro de una proyección que aparentemente manipulan y organizan. Esta intervención es llevada a cabo desde dentro, ya que los intérpretes no solo forma parte de la superficie de proyección sino que fácticamente habita la pieza mediante la única y obligada visualización de la partitura en sus gafas de Realidad Virtual, lo cual constituye un nexo abstracto con lo que está pasando afuera. Por tanto, sea crea una paradójica doble correspondencia: el intérprete permanece aislado de una realidad con la que interactúa al mismo tiempo que el público (online o presente en la sala) la amplifica mediante su experiencia. Además, la realidad se complejiza mediante la conversión de todos ellos en representaciones, en lo que Baudrillard una realidad objetiva, una desilusión, representada a medida del intérprete, del espacio donde el concierto está teniendo lugar o del sonido que emerge tanto de los instrumentos como de los altavoces, la cual no se combate con la “verdad” debido a la imposibilidad de esta de no entenderse, en sí misma, como una representación».
En POV, continúa Óscar Escudero, «el proceso de personalización de la obra consiste en una grabación de diversos vídeos por parte del intérprete, que posteriormente son tratados e insertados en el proyecto final para la creación de una pieza en la cual su identidad queda fijada. Acompañando a la partitura, se proporciona una serie de instrucciones y vídeo ejemplos que deben ser seguidos. Además, durante todos los pasos, estos son asistidos por el equipo de BELOS Editions, con el objetivo de lograr los mejores resultados».
Dicha obra será interpretada en los próximos meses en tres ciudades europeas distintas, a saber: Baden, Suiza [5 de abril], junto a Pedro Pablo Cámara; Sevilla, Conservatorio Superior de Música «Manuel Castillo» [14 de junio], con Alicia Camiña; y Wien, Austria [2 de octubre], junto al Ensemble Reconsil.
A continuación se puede ver una performance de POV, de Óscar Escudero, con Pedro Pablo Cámara al saxo:
Fotografía: Cristian Damiano.
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