«En 1780 el físico Aimé Argand inventa el quinqué. Con este artilugio, el ser humano comienza la carrera para hacerse dueño de un terreno que hasta entonces le estaba vedado: la noche. Casi al mismo tiempo los compositores comienzan a publicar obras tituladas notturno, concebidas para ser interpretadas más allá de la caída del sol, género que adquiere carta de naturaleza con la obra pianística de John Field, primero, y de Fryderyk Chopin más tarde. Desde entonces, multitud de compositores han encontrado un filón en la noche: fantasmas, sueños y pesadillas».
Así describe la Fundación Juan March este nuevo ciclo de cinco conciertos para las mañanas del sábado [12:00 horas], en el que seis solistas instrumentales ofrecerán una serie de recitales que tienen a la noche, y sus diversas evocaciones, como protagonista. La interpretación de las obras propuestas en este ciclo se acompañará con un particular diseño de luces y proyecciones para evocar estos misterios nocturnos y realzar la escucha.
El ciclo se inicia el sábado 30 con un concierto del pianista Josu De Solaun, en el que explorará el género del nocturno, pieza de carácter ensoñador y estructura libre. Aunque está inevitablemente unido al nombre de Chopin, este género creado por John Field ha sido explorado por numerosos autores desde el XIX hasta hoy. La vitalidad del nocturno se presenta aquí con creaciones de autores «periféricos»: estadounidenses, italianos, franceses, rumanos y búlgaros. El 6 de abril, Marino Formenti ofrecerá su programa La noche, la locura, descrito del siguiente modo: «en 1854, poco después de escribir Geistervariationen [Variaciones fantasma], Robert Schumann se arroja a las aguas del Rin. Su mente se sumerge en el pozo de la locura −en el abismo de la oscuridad−, pero el artista no deja de crear. En este concierto, los fantasmas de Schumann se entrelazan con los de Rihm y Nono en un intenso diálogo entre el presente y el pasado, entre el día y la noche, entre la cordura y la locura». La cita del 13 de abril estará protagonizada por Atlantis Piano Dúo [Sophia Hase y Eduardo Ponce], cuyo programa Imágenes oníricas se basa en el sueño como aliado de la noche; en él se produce la liberación del inconsciente y surgen imágenes inesperadas. Este concierto propone un recorrido musical por el sueño, desde la caída del sol hasta el recuerdo de las imágenes soñadas, pasando por el sueño profundo y el despertar catártico.
El 27 de abril se cambia de instrumento, para acoger la guitarra de Roberto Moronn y su pograma Seis cuerdas entre sobras. Los instrumentos de cuerda pulsada han sido vinculados desde antiguo con la noche y con España: si Don Giovanni cantaba su serenata con una mandolina, el Conde Almaviva se servía de una guitarra para entonar su cavatina nocturna bajo el balcón de Rosina. Siguiendo esta pauta, numerosos compositores −entre ellos notables autores españoles− han escrito música nocturna para guitarra. El ciclo finaliza el 4 de mayo con el violonchelo de Thomas Demenga y su programa Profunda noche oscura: «En la profunda oscuridad de la noche, el individuo puede escuchar a su propio yo. En este concierto, que se desarrollará en la máxima oscuridad, el oyente tendrá la oportunidad de escuchar dos suites para violonchelo solo de Bach y la Sonata para este instrumento de Zimmermann. Tres obras en las que el sonido ascético del instrumento será el único protagonista, como un reflejo de la voz interior que resuena en la noche».
Como es costumbre, la entrada es libre hasta completar aforo. Asimismo, todos los conciertos se podrán seguir en streaming a través de Canal March y YouTube Live.
Compartir