Crítica de la ópera Norma de Vincenzo Bellini en el Comunale Nouveau de Bolonia, bajo la dirección musical de Pier Giorgio Morandi
Un homenaje a María Callas
Por Magda Ruggeri Marchetti
Bolonia, 18-III-2023. Comunale Nouveau. Norma [Vincenzo Bellini / Felice Romani]. Francesca Dotto [Norma], Veronica Simeoni [Adalgisa], Stefan Pop [Pollione], Nicola Olivieri [Oroveso], Benedetta Mazzetto [Clotilde], Paolo Antognetti [Flavio]. Orquesta y Coro del Teatro Comunale. Director de escena: Stefania Bonfadelli. Director musical: Pier Giorgio Morandi.
En el centenario del nacimiento de Maria Callas el Teatro Comunale de Bolonia en coproducción con el Carlo Felice de Génova celebra a la legendaria soprano proponiendo uno de los títulos más representativos de su carrera: Norma de Vincenzo Bellini. Además el Comunale dedica a la famosa artista una exposición en el foyer del Comunale Nouveau que presenta fotos inéditas y documentos de la época.
Norma se estrenó en el Teatro alla Scala de Milán el 26 de diciembre de 1831 y no tuvo éxito a causa también de una claque hostil a Bellini, pero conquistó enseguida consensos y fue apreciada como merecía. El argumento está tomado de la tragedia Norma ou l’infanticide de Louis Alexandre Soumet. Es una ópera que se representa raramente por la gran dificultad vocal y dramática del papel protagonista. Requiere en efecto una vocalidad excepcional en flexibilidad, coloratura y capacidad de superar momentos de los diferentes estados de ánimo muy complejos y cambiantes psicológicamente, rica en pasajes de agilidad.
Norma es la guía moral y religiosa de su pueblo, los celtas, la vírgen sacerdotal que dicta sus leyes, y es también una mujer enamorada en secreto del jefe romano, Pollione, con quien ha tenido dos hijos ilegítimos. La guerra evocada colectivamente por el coro y como venganza privada de la protagonista traicionada es fundamental, así como el enfrentamiento entre el invasor y la heroica resistencia del invadido. Además del triángulo amoroso en la ópera subyace un trasfondo patriótico. En efecto Austria estaba ocupando una parte de Italia. La asimilación de los milaneses a los celtas era automática por parte del público. Norma puede considerarse la primera de las óperas patrióticas, que llegarían a su apogeo con las de Verdi. Pero la grandeza de Norma no está en el significado político, sino en la belleza melódica de su partitura y en la fuerza dramática de sus personajes que recuerdan a Medea de Eurípides, aunque Norma no se atreve a matar a sus hijos y acaba muriendo por amor junto al hombre que la ha traicionado.
Se ocupa de la dirección escénica Stefania Bonfadelli que escoge un montaje atemporal. La escenografía de Serena Rocco presenta un declive devastado, con algunos tocones ennegrecidos que pueden evocar los robles sagrados de los celtas, y la continua presencia de combatientes en traje mimético que dejan el terreno sembrado de muertos incluyendo niños. Perfectos los movimientos escénicos de Ran Arthur Braun y óptima la dirección de actores. No hemos apreciado el vestuario de Valeria Donata Bettella, en especial el de Norma y de las demás sacerdotesas que excepto en los breves momentos en que se cubren con una capa blanca, visten trajes guerreros oscuros y llevan puñales.
Pero lo interesante en la ópera es la música y el belcanto. El reparto vocal destacó por su implicación interpretativa. Norma es Francesca Dotto, una soprano que, con buen timbre y alguna dificultad en la dificilísima «Casta Diva», mejoró en el segundo acto. Su actuación fue buena y especialmente emotiva en el trance de matar a sus hijos, pero su amor de madre se impuso. Entre todos destacó Veronica Simeoni (Adalgisa), una mezzo con bello timbre y gran musicalidad, dotada de un bellísimo fraseo y se apreció en especial en los dúos con Norma «Sola, furtiva, al tempio» y «Sí, fino all’ore estreme». Encarnó a Pollione Stefan Pop, un tenor con robusto timbre que estuvo mejor en las partes líricas que en el área aguda. El bajo Nicola Olivieri con buen timbre y rotundo canto encarnó a Oroveso, el padre de Norma. Benedetta Mazzetto lució en Clotilde su voz sopranil y óptimo Paolo Antognetti como Flavio.
Pier Giorgio Morandi dirigió la orquesta del Teatro Comunale, limitándose a acompañar el canto sin crear tensión teatral. Excelente la prueba del coro preparado por Gea Garatti Ansini en apoyo de Norma en el aria «Casta Diva» y en tantas otras páginas, a veces protagonista absoluto como en la invocación «¡guerra, guerra!».
Fotos: Andrea Ranzi
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