Pregunta retorica: puede uno aburrirse asistiendo a Nabucco? En la Scala pasó. Y de no contar con unos excelentes profesionales en el escenario, hubiera pasado sin pena ni la poca gloria que le tributò un publico mas bien preocupado -ya antes de que la opera finalizara él de la platea- de llegar cuanto antes a la guardarropía para coger los abrigos. Precisamente esa noche se retrasmitia en directo la Ópera por el canal televisivo RAI 5 -en plena competiciÓn con el popular Festival de Sanremo televisado por el primer canal de la television italiana- pero de poco sirvió mantener a oscuras la sala para rogar unos minutos mas de aplausos y garantizar, así, la salida ante el telon de los artistas. La gente conoce el recorrido de memoria y aun a ciegas los abonados del algido turno D alcanzaron las salidas.
El primer responsable de esta inútil nueva puesta en escena el director de escena Daniele Abbado, sobrino del conocido director, Claudio Abbado, que ya firmara en el pasado otras mas apreciables producciones del titulo verdiano. En esta ocasiòn, complices Alison Chitty, a quien se deben decorados y vestuario, Alessandro Carletti y Luca Scarzella, responsables reciprocamente de la iluminaciòn y de las proyecciones video y Simona Bucci, que se ocupó de los movimientos coreográficos y es un decir, ya que la ópera no tiene ballet. Se ha querido pasar -oh novedad novedosa- de la época y de la historia entre asirios dominadores y judios esclavos, para centrarse en el dolor universal que oprime, indiferentemente, las masas. Conceptos ideales, cuan genéricos, que en todo caso merecerían nueva música y nuevo libreto. Por eso más de uno hubiese preferido asistir a una funcion en forma de concierto. Lo que, además de ahorrar un montón de dinero -las producciones "minimalistas" por pobres no son baratas resultando mas caras de las tradicionales y este caso no debe haber hecho excepcion- permite concentrarse tan solo en la música.
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