Lorenzo Meseguer: «la mayor fuerza que tenemos que hacer en este momento es para apoyar a los compañeros del gremio y pedir a las autoridades que no dejen de lado a tantísimos profesionales que van a ver reducida su actividad y por tanto su salario en estas semanas y meses de crisis».
Un reportaje de Agustín Achúcarro
Salvador Salvador, clarinete en la Fundación Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, José Lanuza, flauta y piccolo solista de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, Óscar Lobete, pianista, especialista como pianista de cantantes, Ángel Páez, saxofonista, profesor de la Escuela Municipal de música de Valladolid y director de la banda de dicha entidad, María Martín, soprano, y Lorenzo Meseguer, catedrático de violonchelo en el Conservatorio Superior de Música de Castilla y León y miembro del Balthasar Neumann Ensemble de Friburgo. Cinco músicos que se enfrentan en su día a día al Coronavirus Covid -19, que representan enfoques profesionales diversos al tiempo que sufren los problemas comunes a la sociedad.
Salvador Salvador considera que su situación «es igual que la del resto de compañeros de otras orquestas y la misma que la de millones de personas en todo el mundo». «Hay que vivirla de forma responsable, quedarse en casa y hacer caso a todas las directrices que nos han dado para que pase lo más rápido posible y podamos volver a nuestra forma de vida anterior», sugiere el clarinetista, para a continuación relatar aquello que no debe olvidar hacer cada día. «Yo soy instrumentista de viento así que en casa tengo bastantes aparatos para trabajar la respiración y la capacidad pulmonar y, por supuesto, también toco el clarinete». Esto último le plantea un dilema. «El problema es que al estar todos confinados en casa tampoco quieres molestar a los vecinos, por lo que animo a todo el mundo a utilizar aquellos aparatos que permiten apagar el sonido».
José Lanuza coincide en muchos puntos de vista con su compañero. «Esta situación la tenemos que vivir con responsabilidad, quedándonos en casa para intentar minimizar los riegos de todos. Me gustaría poder ayudar, como muchos amigos que trabajan en la sanidad, pero siendo músico lo que hay que hacer es obedecer las normas, aunque me suponga un esfuerzo, como a todos». Los días del piccolo de la OSCyL pasan haciendo un poco de todo. «Aprovecho para descansar, seguir estudiando para no perder la forma, adelantar trabajo de lectura de obras que tocaremos próximamente con la orquesta, y recibir videos de alumnos, a los que corrijo y aconsejo telemáticamente». El flautista también dedica parte de su tiempo al área socioeducativa de la OSCyL. «Con respecto a nuestra labor en el área socioeducativa ya hemos tenido una reunión por Skype y hemos decidido grabar y enviar videos de las actividades que realizamos en el taller para editarlos y enviarlos a nuestros niños, y que así no estén tanto tiempo sin vernos, pues para ellos la rutina es muy importante, yo diría que bastante más que para los demás niños, ya que necesitan más atención y más personalizada».
Óscar Lobete percibe el problema desde la perspectiva de los trabajadores autónomos. «La situación es terrible, ya no solo para músicos sino para todos, pues es un momento en el que la Factura nos la están pasando a nosotros, porque lo primero es que tenemos que pagar y lo segundo es que, por razones obvias, todo nuestro trabajo se ha cancelado directamente, por lo que no tenemos ingresos y sí pagos. Somos un colectivo que siempre debemos adelantar nuestro dinero, el que puede, porque desgraciadamente no todos pueden, de los viajes, hoteles y gastos varios; lo primero que tenemos que hacer es desembolsar nosotros mismos para ir a realizar un recital, una ópera etc. », analiza el pianista. Lobete es un músico inquieto que en cuanto llegó de Portugal se dio cuenta que «había mucha gente, en ese momento, que no era consciente de lo que los médicos y autoridades estaban pidiendo… algo tan sencillo como, en la medida de lo posible, quedarse en casa». Una situación que le hizo ponerse manos a la obra: «Entonces se me ocurrió la idea de animar un poco a todos y me surgió la idea de Una Partitura … Un día». De los cientos de partituras que tiene en su casa decidió coger cada día una al azar, con los requisitos de que «no la hubiera tocado nunca o como mínimo que hiciera más de 5 años que no la interpretaba, y grabar la primera lectura con el móvil». «Sin importar-subraya Lobete- la calidad, pues se trata de hacer una simple lectura a primera vista o un recordatorio, para decir lo siguiente: aquí me tenéis a vuestra disposición y yo colaboro con mi sociedad». Lo que seguirá haciendo cada día «mientras dure esta Cruz que nos ha tocado cargar». En las direcciones www.instagram.com/oscarlobete/ www.facebook.com/lobeteoscar se pueden encontrar sus videos
Ángel Páez enfoca lo que ha surgido con el virus desde el punto de vista pedagógico. «Nos encontramos ante un problema que está afectando gravemente a todos los sectores públicos y privados del país, siendo la enseñanza uno de los primeros perjudicados con el cierre de sus centros educativos». Y destaca un elemento propio de la educación musical. «A diferencia de otras instituciones de enseñanza con sistemas de formación online, la mayoría de las escuelas de música -diseñadas principalmente en torno a los aspectos prácticos de la música-, lamentablemente se ven abocadas a la interrupción de la formación impartida, lo que provoca que los alumnos vean cesada su educación musical a mitad de curso, con la incertidumbre laboral entre los profesores». Algo que tratan de paliar, tal y como afirma Páez. «Desde hace unos años la Escuela Municipal de Música Mariano de las Heras de Valladolid pone a disposición de los usuarios el aula virtual Google Classroom, una plataforma gratuita -complementaria a la formación presencial-, que permite una ágil comunicación y seguimiento de las asignaturas entre profesores, padres y alumnos». A lo que suma otra serie de ideas: «Ante la inmediatez de los acontecimientos, con previsión de que la situación actual pueda prolongarse en el tiempo, nos encontramos estudiando diversas opciones telemáticas que puedan favorecer la continuidad de la formación teórica y praxis instrumental». El saxofonista mantiene una forma de vivir las cosas que le sirven para sostenerse a flote. «En estos días de confinamiento en el hogar, he tenido la oportunidad de reflexionar sobre ello y a través de las redes compartir impresiones con amigos de la interpretación y la educación musical; desde un primer estadio en shock hasta el florecimiento de la creatividad, pasando por la incertidumbre laboral y profesional de los proyectos en marcha, son las principales emociones e inquietudes que he experimentado».
La soprano española María Martín desde Alemania se enfrenta a las temidas cancelaciones consciente de que debe seguir preparándose como cantante ante lo que ella califica de «una situación difícil y extraña por exceder de lo cotidiano». «El Teatro de Bremen, lugar donde trabajo, ha ido adecuando progresivamente las restricciones marcadas por el gobierno a los lugares públicos de este tipo, hasta el punto de prohibir cualquier uso de las salas y de los espacios destinados a ensayos y conciertos». Y acaba de sufrir en sus propias carnes la suspensión de la representación del Falstaff de Verdi. «Al igual que otros eventos, ha sido cancelada, pues si no hay coaching, ni ensayos, no hay estrenos». Lo que le resulta complicado encajar. «Para nosotros es difícil asimilar todo este parón de golpe, aunque comprendemos que es realmente necesario y que es lo que tenemos que hacer en estos momentos de emergencia sanitaria». «En un teatro -añade Martín- trabajamos gente de multitud de procedencias, y sobre todo, nos movemos constantemente debido a nuestra profesión, con continuos viajes de unos y de otros, tanto a las ciudades de la propia Alemania como a las del resto de Europa y del mundo, por esto es fundamental tomar medidas drásticas».
Desde Bremen, donde vive y trabaja la soprano, no puede dejar de mirar la situación en España. «Estoy viviendo con cierta preocupación, más que nada por ver cómo se está desarrollando este asunto en mi país, pues las noticias que recibo son inquietantes». Su día a día no difiere de la de tantos otros salvo por las exigencias de la voz. «Lamentablemente, en mi casa no puedo estudiar como lo podía hacer en el teatro, así que aprovecho ahora para aprender nuevas partituras, repasar algunos roles de personajes y hacer ejercicios de respiración y de mantenimiento de la voz. En cuanto a lo referente a sus rutinas sale de casa para lo estrictamente necesario, «es decir, comprar productos de primera necesidad» «Hoy en día tenemos la gran suerte de poder estar conectados 24 horas con familiares y amigos y tener múltiples vías de entretenimiento sin salir de casa gracias a internet. Leo mucho, hago ejercicio en casa para mantener la forma física, en resumen, organizo mi tiempo de una manera productiva y de ocio, sin que el hecho de no poder salir de casa afecte a mi ánimo y a mi salud mental».
El violonchelista Lorenzo Meseguer sabe que «es obvio que esta situación afecta profesionalmente a todos los músicos». «En mi caso he sufrido cancelaciones de proyectos y conciertos hasta mitad de mayo, de momento. No se sabe el alcance que van a tener estas medidas a medio-largo plazo, pero de continuar así unas semanas más significará decir adiós a todo lo que quedaba de temporada». La cancelación de algunos proyectos le han dolido de forma especial. «Uno de los proyectos que más pena me ha dado ha sido la cancelación de unos conciertos de cámara en Bolonia y París junto al Ensemble Balthasar-Neumann de Freiburg, en los cuales íbamos a interpretar el Septimino junto a otras obras de Beethoven». También vive con mucho interés la situación de sus compañeros en Gran Bretaña. «La City of Birmingham Symphony Orchestra, de la que he sido miembro hasta el pasado enero y con la cual sigo manteniendo una gran relación y colaboración, está sufriendo las mismas consecuencias que el resto de instituciones del entorno.
Quizás con una especial severidad puesto que este año se celebra su centenario, lo que quiere decir que es una temporada de muchísimos proyectos y giras internacionales». El lógico estado de emergencia sanitaria decretado en Europa y parte del mundo les ha complicado mucho las cosas. «Ha provocado que se hayan tenido que cancelar 3 semanas de tour europeo y la suspensión de conciertos en lugares tan emblemáticos como el Musikverein de Viena, con una residencia de 3 días que comenzaba el pasado día 13 de marzo, y por si fuera poco hemos conocido que la Directora principal, Mirga Grazinyte-Tyla ha dado positivo en la prueba del covid-19». El chelista suma a todo esto lo que considera «la irresponsable respuesta del gobierno británico» que (al menos en el momento en que hace estas declaraciones) ha permitido celebrar eventos y conciertos por todo el país, lo que hace que «la orquesta a día de hoy se encuentre en un dilema, ya que debe seguir su actividad en Reino Unido a pesar de las recomendaciones y las continuas señales de alarma». En el plano de la docencia Meseguer se refiere a lo que se quiere hacer desde el Conservatorio Superior de Castilla y León: «Estamos intentando que los alumnos no pierdan el ritmo de actividades y clases, en base a las tecnologías, aplicaciones y el increíble trabajo humano de todo el equipo docente del conservatorio en estos últimos días, lo que está permitiendo que los estudiantes, pese a la situación, puedan seguir con sus clases de manera telemática y con el mejor de los ánimos».
A modo de conclusión cada uno deja sus impresiones sobre la situación actual y su forma de sobrellevarla. Para Salvador Salvador «lo más duro es el confinamiento», pues se considera «una persona inquieta al que a veces el no poder salir de casa se le hace un poco duro». Tampoco puede evitar pensar en «cómo va a repercutir esta situación en el ámbito laboral», por lo que prefiere cambiar estos pensamientos por otros. «Lo mejor de esta situación es tener tiempo para ti, para tocar, para limpiar el instrumento y dejarlo a punto; Supongo que todo el mundo estamos invirtiendo tiempo en ver películas, series, leer, escuchar música, y yo tengo unos amigos músicos con los que me estoy dedicando a tocar por Internet dúos y solos de orquesta, y la verdad es que es bastante entretenido y nos reímos mucho». José Lanuza aprovecha su forzoso tiempo libre «para hacer esas cosas en casa para las que nunca se tiene tiempo», y está bastante animado, «aunque dentro de unos días ya veremos». «Consejos, pocos puedo dar, descansar, realizar manualidades, aprovechar para hacer esa limpieza de armarios, leer, y aprovecharnos de la oportunidad que nos da Internet para mantener el contacto con nuestros círculos personales», concluye el flautista.
La soprano María Martín afirma que «sale de casa para lo estrictamente necesario», como comprar productos de primera necesidad. Por lo demás, se lo toma con calma. «Tenemos la gran suerte de poder estar conectados 24 horas con familiares y amigos y tener múltiples vías de entretenimiento sin salir de casa gracias a internet. Mucha lectura, rutinas de ejercicio en casa para mantener la forma física, etc. en resumen, organizar tu tiempo de una manera productiva y de ocio sin que el hecho de no poder salir de casa afecte a tu ánimo y a tu salud mental». A este respecto la cantante propone «escuchar música en webs gratuitas con grupos de músicos que estén trabajando en ello especialmente estos días». «Hay una iniciativa en Facebook que me ha parecido muy bonita llamada #ARTISTASENCASA, que es un grupo en el que todo el que quiera puede subir vídeos no solo interpretando música, sino también poesía». «Una forma de entretenerse-finaliza la cantante- que cada vez tiene más seguidores y la gente está respondiendo de forma increíble, a lo que sumaría las iniciativas de la Ópera Estatal de Viena [Wiener Staatsoper] o la Filarmónica de Berlín [Berliner Philharmoniker]».
El pianista Óscar Lobete prefiere tomarse la situación con optimismo. «Mi día a día lo planteo de una forma siempre positiva, así que aprovecho para repasar programas nuevos y reciclar obras que hace tiempo que no tocaba, y dedicar tiempo a un buen puñado de libros y películas». Ángel Páez, el profesor, aconseja para estos momentos «tranquilidad, optimismo y confianza en las instituciones». «Debemos seguir las medidas y recomendaciones del gobierno, establecer una rutina diaria de estudio y trabajo para aquellos que estamos en casa e intentar evadirnos con algo de música, una buena lectura, la variada oferta cultural que ofrecen las plataformas streaming e incluso sumarnos -como él hace- a las múltiples iniciativas musicales que ofrecen las redes sociales». Consciente de que «como todo en la vida, este problema pasará». «Solo -reflexiona- hay que echar la vista atrás y observar cómo el mundo de la música ha superado las crisis a lo largo de la historia; podrán ser semanas o incluso meses lo que debemos esperar, pero debemos estar totalmente seguros de que podremos sobreponernos con solvencia a las adversidades que se nos presenten». El chelista Lorenzo Meseguer sintetiza lo dicho con lo siguiente: «la mayor fuerza que tenemos que hacer en este momento es para apoyar a los compañeros del gremio y pedir a las autoridades que no dejen de lado a tantísimos profesionales que van a ver reducida su actividad y por tanto su salario en estas semanas y meses de crisis».
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