Un reportaje de Agustín Achúcarro
Del 9 al 11 de marzo la Sala Delibes del Teatro Calderón de Valladolid se convierte en la sede del ciclo “Músicos vallisoletanos” de Juventudes Musicales, que comprende tres conciertos consecutivos, en los que participan intérpretes nacidos o formados en la ciudad. Un pequeño ciclo dentro de los conciertos de la temporada de Juventudes, que cuenta con magníficos intérpretes, que ya poseen una más que considerable actividad profesional. Este año intervendrán el pianista Rubén Ramiro, el día 9, la soprano Lucía Martín y la pianista Irene Alfageme, el día 10, y el Grupo de cámara Ensemble Coronis, el día 11.
Rubén Ramiro será el primero en actuar. Este pianista comenzó sus estudios en la Escuela de Música de Medina del Campo, pasó por los Conservatorios de Zamora, Valladolid y Madrid,y prosiguió su perfeccionamiento en el Mozarteum de Salzburgo. Actualmente compagina los conciertos con su labor como profesor en el Conservatorio Profesional Frühbeck de Burgos. El pianista se ha decantado por dedicar su recital íntegramente a la figura de Liszt. “Es un compositor que siempre he tenido presente en mis programas, tanto cuando era estudiante como ahora de manera profesional, y al centrarme exclusivamente en él busco que el programa tenga cierta continuidad”. Así que su intervención girará en torno a una selección del “Primer libro: Suiza” y el “Segundo libro: Italia” de Los años de peregrinaje.“Lógicamente he decidido empezar por el ‘Primer año’ y por motivos de duración del concierto he elegido interpretar el número inicial “La capilla de Guillermo Tell” y el último, “Las campanas de Ginebra”, colocando en medio “En el Lago de Wallenstadt” y la pieza más conocida, el “Valle de Obermann”. “Hago lo mismo con respecto al "Segundo año", por lo que empiezo con “Sposalizio” y termino con “Tras una lectura de Dante”, mientras que en medio incluyo el "Soneto 104 de Petrarca", que es una de las piezas más representativas de este ciclo”.
En relación a su admiración por la figura de Liszt Rubén Ramiro comparte las opiniones vertidas por Alfred Brendel en su libro “Sobre la música”. “Liszt es un compositor que los pianistas hemos maltratado durante siglos, por el estigma de buscar el virtuosismo vacío, y mi idea es reivindicar su figura desde el punto de vista del compositor, algo que ya se ha hecho con Chopin”. Ramiro ha observado que hablando con sus compañeros es frecuente que afirmen que “les gusta, pero no tanto como otros” y él cree que es porque “se ha tendido a resaltar ese virtuosismo”. “Y, claro, en las piezas que incluyo cómo no va a existir virtuosismo, pero prima el sentido poético y un programa para expresar sus ideas y sus emociones vitales a través de la música, algo que Liszt expresó y que queda reflejado en no pocos estudios”, reafirma el instrumentista, para el que la mayor dificultad técnica que puede plantear el compositor húngaro reside en que “sus composiciones están plagadas de saltos interválicos, en los que las manos van en direcciones opuestas y en el uso muy extendido de la octava”.
El segundo de los conciertos estará dedicado al canto, con dos excelentes músicos, ambas vallisoletanas, la soprano Lucía Martín Cartón y la pianista Irene Alfageme. Cuando le propusieron este recital a Lucía Martín enseguida supo lo que quería hacer. “Me apetecía ir por el lado de la canción y dejar el tema de las arias o la música barroca para otra ocasión, y ya que teníamos la posibilidad de hacer un concierto mano a mano, había que elegir un programa en el que pudiera lucirse tanto la pianista como yo”. Para conseguir esto, unido a cierta variedad, se decantaron por la Mélodie française y la Canción española. “En la primera parte hemos optado por interpretar un ciclo de Fauré con las Cinco melodías "de Venecia", “À Chloris” de Hahn y “Les filles de Cadix” de Delibes, obra que de alguna manera sirve de nexo con lo que vamos a interpretar en la segunda mitad”. Llegarán entonces las Canciones de Valldemosa de Antón García Abril, Tres sonetos de Joaquín Turina, “Memento” de Miquel Ortega y el Tríptico de canciones de García Leoz, que para la soprano “permiten mostrar lo interesante que es la música española”. Acabarán con romanzas de zarzuela, concretamente la de “Mirentxu” de la zarzuela del mismo nombre de Guridi y la “Romanza de Valentina” de La marchenera de Moreno Torroba, pues Martín considera que “siempre resultan muy vistosas y suelen ser del agrado del público”. Una elección con la que la soprano pretende alcanzarun claro objetivo. “Se trata de mostrar distintos registros, con canciones muy llamativas, muy virtuosísticas y otras con un texto muy poético”.
En relación al trabajo previo al concierto Lucía Martín se siente muy satisfecha. “Cuando estudiaba violín coincidí en algún curso con Irene Alfageme, pero más bien poco, y no volvimos a tener contacto”. La soprano nunca perdió de vista la carrera pianística de Alfageme, así que cuando le ofrecieron este recital pensó en ella. “Ha sido un placer trabajar juntas, pues en seguida nos hemos entendido y ha sido muy fácil el trabajo, exponiendo cada una sus ideas y llegando a un acuerdo de manera muy natural”, manifiesta la cantante.
El último de los conciertos correrá a cargo del Ensemble Coronis, una formación que reside en los Países bajos y está formado por Iris van´t Veer, soprano, Gerrieke van Dam, violonchelo barroco, Tim Veldman, clave, y Ada Pérez, flauta travesera. Ésta última, discípula de Wilbert Hazelzete e integrante de formaciones como el Deutch Baroque Orchestra, la orquesta Florilegium Musicum y el Concerto Barroco, define al Ensemble Coronis como “un conjunto de música de cámara dedicado a la interpretación con criterios históricos de la música barroca, en el que “sus miembros son especialistas en el repertorio de música de cámara del siglo XVIII”.
Así que en base a esas credenciales la flautista vallisoletana desarrolla los objetivos del grupo. “Coronis combina el rigor histórico y el conocimiento de las fuentes, con la inspiración, el entusiasmo y la pasión por la Música Antigua, y quiere acercar la música barroca a todo tipo de público y descubrir nuevos horizontes y proyectos”.
A su concierto le han denominado Mosaico barroco, algo que para Ada Pérez se ajusta bien a las composiciones que han elegido. “Pretendemos ofrecer un maravilloso programa que combina obras maestras con perlas musicales del barroco desconocidas para el público”. “De hecho-prosigue la flautista- interpretaremos obras de Georg Philipp Telemann, Johann Sebastian Bach, Willem de Fesch, André Campra, Sebastián Durón, Wilhelm Friedemann Bach, Michel de la Barre, Alessandro Scarlatti y Antonio Vivaldi, cuyas diferentes nacionalidades y diversas personalidades crean un programa caleidoscópico lleno de variedad y sorpresas”.
En función de las obras y los compositores elegidos la flautista argumenta que Ensemble Coronis “pretende demostrar que la música tiene la capacidad de hablar directamente a la gente sin las barreras del idioma, pues creen que “el dialogo es la base de la armonía”.
Afirmaciones que Ada Pérez demuestra con algunos ejemplos: "El “aria de Campra” es una oda a la música misma y a veces la música es también un medio para expresar el amor frustrado, como es el caso de la cantata “All'ombra di sospetto” de Vivaldi; o una petición desesperada dirigida al cielo, como ocurre en “Cielos airados”, aria de Durón perteneciente a la ópera Coronis”, de la que precisamente toma su nombre el grupo.
En relación a las obras exclusivamente instrumentales incluidas en el programa Ada Pérez las define como “un diálogo sin palabras abierto a la imaginación”. Y retoma la idea de reforzar sus palabras con algunos ejemplos: “Lo apreciamos en la modélica y famosa “Sonata en si menor BWV 1030” de Johann Sebastian Bach o en el virtuosismo y la grandeza de la “Sonata en mi menor BR WFB B 17” de su hijo mayor Wilhelm Friedemann, donde se demuestra que el talento musical no se opone al de su padre”. Ada Pérez también hace una referencia dirigida en concreto a su labor como flautista: “En obras virtuosas la voz y la flauta ofrecen piruetas musicales que participan en un diálogo musical conmovedor y emocionante”.
Una opinión que le hace fijarse en la palabra diálogo y en el concepto que encierra. “La música barroca de cámara se presenta como un diálogo galante siguiendo las leyes de la retórica, que es el arte de la persuasión y eso es precisamente lo que nuestra música pretende acercar al oyente: el arte de persuadir y emocionar. En nuestro tiempo, el diálogo es indispensable, y Coronis espera estimular el debate entre los países, con el poder único de la música para conectar a la gente, inspirar y conmover los afectos y el alma”, concluye la flautista.
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