Una entrevista de Aurelio M. Seco
¿Por qué decidió dedicarse profesionalmente a la gestión musical?
Tengo la suerte de venir de una familia musical. Mi padre tiene una agencia de representación de artistas de música clásica y mi madre es pianista profesional. He estudiado piano durante muchos años y, desde siempre, la música me había atraído profundamente, desde un punto de vista bastante ecléctico. Desarrollé mis primeros trabajos como becaria en la agencia de mi padre, y después de tener mi licenciatura en literatura trabajé durante tres años en Universal Music Paris, en la sección de Pop/ Marketing/ Desarrollo de artistas. Después de pasar 10 años en Marketing, en los estudios de televisión de la Fox y Universal, fui invitada a formar parte de Harrison Parrott. Después de dar este paso, cada vez mas involucrada en el negocio, tomé la decisión de dedicar el 100% de mi tiempo a este trabajo. También decidimos abrir una nueva división de la empresa Polyarts, enfocada a la representación de artistas no clásicos y a desarrollar proyectos ligados a música, el arte en general y el desarrollo de la carrera de jóvenes artistas. Es un proyecto que estoy llevando a efecto en la actualidad en ciudades como Londres, Madrid y, ahora, también París. Creo que mi experiencia en el mundo comercial, dentro del campo del marketing (Social, PR, Eventos, ATL, Creative, Sponsorship, Digital) me ayuda a tener una visión externa y diferente para la agencia y para proyectos como “Music above the park” (MATP).
¿Qué responsabilidades tiene en la actualidad?
Soy directora de marketing, un perfil profesional que he adquirido después de trabajar muchos años en los estudios Fox, Universal, etc., en television y en el terreno específico de la música (Universal Music Paris). En la actualidad también soy directora no ejecutiva de la agencia de música clásica Harrison Parrott, ubicada en Londres, y MD de una pequeña agencia de representación de artistas no clásicos, denominada Classicas Polyarts- www.Polyarts.co.uk. En mi tiempo libre fundé un proyecto musical muy personal, como es Music above the Park (www.musicabovethepark.com). Estoy en Madrid desde abril de 2013, enfocada en el mercado español, apoyando además las actividades locales de la agencia Harrison Parrott, así como de Polyarts (Trabajamos con algunos artistas Españoles como Rocío Márquez, Leticia Moreno o Adolfo Gutierrez Arenas). El proyecto Music above the Park comenzó a principios de 2014. Ahora me gustaría hacer lo mismo con el mercado francés, desde París.
¿Qué proyectos realiza en otros países?
Trabajo constantemente entre Londres, Madrid, París y otros países, con Harrison Parrott y Polyarts, en lo que se refiere a representación de artistas y el programa de desarrollo de talentos y proyectos especiales ligados a música y arte. Estoy intentando ampliar una red de salas similares a Music above the Park en París. En la actualidad ya contamos con una colaboración en Londres con una organización de jóvenes talentos denominada Talent Unlimited. De esta forma, conseguimos conciertos para jóvenes españoles en salas como St James Church Piccadily, y determinados festivales Londinenses.
¿Cuál es su visión del contexto musical español en relación al inglés, francés o de otros países europeos?
Cada mercado tiene su identidad específica e historia. Podríamos pasar horas hablando de cada una de ellas. Creo que para la música clásica y la música en general es un momento de grandes cambios y resurrección, tanto para las salas tradicionales como para la industria de grabación, los artistas, que tienen que asumir más responsabilidad para llevar sus carreras, etc. Lo que sí noto es que hay más interés en las representaciones en directo. Esto es lo que creo que cada vez más le importa más al público: vivir la experiencia musical con los músicos tocando en directo.
Por lo que sé, en España, el apoyo a la cultura por parte del estado se ha reducido bastante en los últimos años. Antes había muchas más subvenciones, pero las dificultades derivadas de la crisis económica han obligado a las salas y artistas a cambiar sus estrategias de programación. En el poco tiempo que llevo trabajando en España, observo que hay muchísimo talento, tanto en lo que se refiere a los músicos como a la gestión pública y privada. He podido conocer a grandes profesionales, incluso a leyendas de la música. Aun en estos tiempos difíciles, observo que todavía hay entidades que apoyan a la música pero, para mí, lo más importante es la abundancia de talento. En España hay muchísimo talento. Tal vez falte apoyo del gobierno hacia la cultura en general, así como para la proyección de artistas españoles a nivel internacional, aunque veo que esto está cambiando poco a poco, como en otros muchos países europeos.
Sobre esta cuestión de proyección internacional, tras mis experiencias aquí y en Francia, hemos creado en la agencia Harrison Parrott un programa de desarrollo de jóvenes talentos (Talent Development Program) donde trabajamos con artistas como Leticia Moreno y Adolfo Gutiérrez Arenas en España, con la idea de aumentar su visibilidad internacional y contactos con la industria, como una especie de puente entre el representante local e internacional.
En general, creo que es un momento difícil y de cambio, pero también que las cosas van a mejorar poco a poco, aunque es necesario innovar, (sobre todo en el mundo de la música clásica), para atraer nuevos públicos, educar al propio público y transmitir la idea de que la cultura también tiene un precio. Los jóvenes artistas también tienen que cobrar por su trabajo y, desde luego, no todo va a poder estar subvencionado. Últimamente estoy viendo muchas iniciativas y ciclos interesantes creados para combatir todo esto.
Un aspecto que veo que podemos todos mejorar es intentar apoyar más a los jóvenes ( incluyendo oportunidad de tocar, enseñar cómo presentarse profesionalmente y la proyección internacional para jóvenes talentos), por eso quise comenzar con el proyecto Music above the Park, para intentar crear un espacio íntimo (parecido a los conciertos de salón del siglo XIX, que además son muy frecuentes en Berlín, Londres o Nueva York) donde pueden tocar los más jóvenes. Entre las salas pequeñas donde a veces se toca gratis y las grandes salas tradicionales, creo que podríamos encontrar un lugar intermedio apoyando a los más jóvenes. Es una pequeña gota en el océano, pero quizá pueda ayudar de alguna forma.
¿Podría explicarme qué proceso sigue para programar en el ciclo “Music above the park”? ¿Con qué entidades colaborán?
Estamos mejorando el proceso cada temporada (llevamos solo dos) pero tenemos un pequeño equipo que recibe muchísimas propuestas y evaluamos el nivel de cada una de ellas, escuchando los audios que los artistas envían. Después valoramos cómo encajarlos a lo largo de la temporada. Intentamos encajar a casi todos los que nos escriben y programamos con dos o tres meses de antelación antes de comenzar casi temporada.
Intentamos trabajar con entidades locales, como pueden ser escuelas y conservatorios. También tenemos apoyo de la sección cultural del Banco de España, que nos ha incluido en su programa cultural y asociaciones de jóvenes músicos (Amigos de Amaniel, por ejemplo) que nos traen propuestas de programación. También hemos tenido mucho apoyo de la prensa especializada.
Su sala de conciertos es bastante reducida. ¿Qué consecuencias –económicas, artísticas, etc…- tiene, positivas y negativas, a la hora de programar?
La idea principal de este ciclo fue para apoyar a los jóvenes talentos y darles algún sitio para tocar, donde también se pudiera remunerar sus actuaciones, porque yo conocía otros lugares donde se tocaba gratis. Es difícil encontrar salas pequeñas y de calidad en Madrid donde puedan mejorar la visibilidad de los artistas. Quería seguir el modelo de House Concerts del siglo XIX, y crear un ambiente más íntimo para conciertos, donde los artistas hablen con el público sobre sus trayectorias y elección de programa, y donde la prensa, managers y gente de la industria pueda escuchar nuevos talentos y ayudarles.
La intención también era la de crear “experiencia” completa, musical, social, gastronómica (vino y algunas veces catering) y educacional al mismo tiempo. Me gustaría que la gente se relajase cuando entre en nuestras instalaciones, que se introduzcan en la música y el entorno en el que se ofrece. Es una experiencia diferente a las que se pueden encontrar en las salas tradicionales. En cualquier caso, creo que hay espacio para todo el mundo. Lo más importante es aumentar la cultura y que se intensifique el acceso a la música.
Se ha puesto de moda unir música y gastronomía
Nosotros ofrecemos una copa de vino después del concierto para crear un ambiente agradable, donde poder intercambiar opiniones con los artistas, por ejemplo. Siempre invitamos a prensa, gente de la industria, etc, para intentar ayudar los artistas que están tocando. Creo que hemos creado un público fiel a nuestro ciclo.
En el aspecto negativo, creo que estamos un poco limitados en términos de formato. Por ejemplo, normalmente el grupo más numeroso que podemos acoger es el formato del cuarteto, por el límite de espacio de la sala. Cuando se trata de música pop o jazz, pedimos a los artistas que toquen en acústico o con una amplificación mínima, porque no estamos hablando de una sala tradicional. Podemos llegar hasta unas 65 personas en la sala al máximo, lo que limita un poco el número pero también contribuye a crear una experiencia íntima y diferente. Además, sólo programamos en fin de semana.
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