Misha Dacic realiza una magistral recreación del Vals del duende de Alejandro Dolina
Precioso
Por Aurelio M. Seco | @AurelioSeco
Hay fenómenos musicales a los que resulta obligado prestar atención. Estromas que, paradójicamente, o más bien aparentemente, no siempre dan la impresión de estar hilvanando el mundo, pero que no podemos de ninguna forma dejar pasar por su excepcionalidad. Hace tiempo que venimos reivindicando la figura de Misha Dacic como uno de los más importantes pianistas vivos. «De los más importantes» por poética artística. Así, lejos del mundanal ruído, casi sin hacerse notar salvo de forma esotérica, Dacic va haciendo su camino de gigante de la música, como lo están haciendo otros, un poco de espaldas a un mundillo cada vez más incapaz de reconocer la verdadera grandeza de espíritu. El pasado mes de julio Misha Dacic participó en un pequeño gran festival de verano en Requena, el Requena Musical Arts, un festival que permitió asistir nada menos que a la interpretación de la integral para piano y orquesta de Rajmáninov, en manos de Josu De Solaun, José Ramón García, Carles Marín, Francisco Fierro y el propio Misha Dacić quien, al final de su concierto, ofreció una propina preciosa, de lo más actractivo y emocionante que hemos oído últimamente. Dacic tocó un arreglo propio de una hermosa obrita, El vals del duende, del escritor, músico y presentador de radio y televisión argentino Alejandro Dolina. Quién lo iba a decir. Que el pianista se haya fijado en esta pieza ya daría para escribir un ensayo. La versión de Dacic no se puede explicar fácilmente en un texto, pero podemos decir algo de su profunda ternura, de la cálida sensación de añoranza y vacilación que nos produjo ver a un artista tan grande, tan importante, tocar de manera tan personal, inocente y brillante, esta música. El fenómeno es parecido al de Jorge Luis Prats con el maravilloso Preludio a Sofía de José María Vitier. Que sepamos, sólo se puede oír la versión de Dacic en el facebook de Musical Arts Madrid (nosotros lo hemos hecho así, en una publicación del 19 de julio), en toda su mágica modestia y esplendor. Pero pronosticamos al hallazgo un mayor recorrido en nuestras salas de conciertos, por su excelencia.
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