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Miquel Ortega:  'Mi dirección gusta a los grandes cantantes porque les dejo respirar'

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Autor: Aurelio M. Seco
15 de abril de 2010
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 La Voz de Asturias (miércoles, 14/04/10)

El compositor y director catalán Miquel Ortega dirige las funciones de "Doña Francisquita" de Amadeo Vives que, a partir del 13 de abril, se puede ver en el Teatro Campoamor, dentro del Festival de Zarzuela de Oviedo.

- ¿Cómo es esta "Doña Francisquita"?

- Es una producción más conceptual de lo que estamos acostumbrados a ver. Luis Olmos ha elaborado un trabajo bastante original pero respetuoso con la obra, cosa que se agradece porque, desgraciadamente, en ocasiones estamos acostumbrados a ver producciones que no la respetan.

- ¿Le está dando muchos problemas la orquestación?

- Esta zarzuela tiene el problema  de  que Amadeo Vives no pudo orquestarla entera. Tuvo un accidente antes del estreno, por lo que la obra pasó por la mano de otros cuatro compositores: Conrado del Campo, Ernesto Rosillo, Pablo Luna y Joaquín Turina. Ellos acabaron orquestando varios de los números. Conrado del Campo, que era wagneriano, hizo arreglos tan densos que, según qué voces, no se pueden oír bien junto a la orquesta.

- Es decir, que hay ocasiones en las que un director también tiene que modificar la orquestación

- Sí. Yo tuve la suerte  de aprender mucho con el maestro español Antoni Ros-Marbá, con quien pude preparar esta misma obra. De sus clases magistrales pude aprender que los compositores de zarzuela con frecuencia tenían lagunas en la orquestación y que, en esos casos, convenía subsanar las deficiencias. Por supuesto, no estamos hablando de modificar las cosas tanto como para reorquestarlas, al estilo de lo que, por ejemplo, hizo Mahler con la "Norma" de Bellini, que no resultó porque dejó de ser Bellini. La obra siempre debe de sonar al compositor que la escribió, pero lo que sí se puede hacer es, de alguna forma, peinarla, matizar algunos detalles para mejorar su resultado sonoro.

- Ponga un ejemplo

- En el dúo de Fernando y La Beltrana, Ros-Marbá me hizo en su día una indicación interesante, relativa a un pasaje bastante grave en el que la mezzo tiene que cantar junto a casi media orquesta. Amadeo Vives escribió el pasaje en piano, pero Conrado del Campo escribió una orquestación tan densa que a la cantante no se la oye, así que es necesario aligerar el pasaje de instrumentos. Cuando me planteo la necesidad de retocar algún pasaje de alguna obra siempre pienso en cómo lo haría un compositor italiano. Quizás no pienso en Bellini; puede que algo en Donizetti, pero sobre todo es Verdi el que marca la pauta. Verdi siempre encuentra la proporción justa para que las voces no sufran.

- Es curioso este problema, porque las orquestas en el siglo XIX eran más pequeñas

- Es cierto, pero sonaban mucho. También hay que tener en cuenta que muchos problemas se daban por las prisas con las que trabajaban los compositores. En "Doña Francisquita" los fragmentos orquestados por Vives son los que están mejor confeccionados.

- ¿Cuándo se terminará de considerar al mismo nivel la ópera que la zarzuela?

- Espero que sea pronto, porque es un repertorio de gran calidad. De hecho, "Doña Francisquita" es más complicada de dirigir que muchas de las más conocidas óperas italianas. Para que haya igualdad de condiciones, es necesario que las instituciones hagan un esfuerzo por tratar igual todos los aspectos de la producción, desde el número de ensayos hasta la calidad de los intérpretes y de la propia obra.

- Esta zarzuela también le servirá para volver al Teatro del Liceo

- Sí, la dirigiré allí en julio, después de haberla hecho en los últimos años en lugares como Washington, Tolouse y Buenos Aires. Tenía muchas ganas de volver, porque de alguna manera el Teatro del Liceo de Barcelona es como mi casa, ya que trabajé durante 10 años como asistente del maestro del Coro. La última vez que dirigí allí fue en el 2004, con "Cleopatra" de Massenet.

- Es usted uno de los directores más solicitados por algunos de los grandes nombres de la lírica como José Carreras, Montserrat Caballé o Carlos Álvarez

- Quizás porque, cuando les acompaño, les dejo respirar. Hay que tener en cuenta que yo empecé mi carrera cantando, así que conozco muy bien las necesidades de los artistas, cosa que, en el mundo de la dirección, no es tan frecuente. Un director que, por ejemplo, venga del mundo de la percusión, no va a tener esta perspectiva. Hay que conocer bien el canto. Eso es lo que quizás hace que nombres como José Carreras o Carlos Álvarez se sientan cómodos conmigo. Próximamente tengo una gira con Carreras por Brasil, Los Angeles y Chipre. Muchos jóvenes cantantes también piden trabajar conmigo por esa razón.

- Hay mucho mal director catapultado al éxito artificialmente, y a la inversa

- Antes un director se formaba dentro de la lírica, que es más complicado que el mundo sinfónico, que venía después de manera natural. El propio Celibidache decía que no quería hacer ópera por esta razón.

- Su "Bestiario" ha gustado mucho en Oviedo ¿Está componiendo alguna obra?

- Estoy empezando una ópera para niños basada en cuentos clásicos, cuyo libreto escribe Andrés Martorell, con vistas a estrenarla  a finales del 2010 en el Teatro Gayarre de Pamplona.

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