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Millán Salcedo, actor: 'Hagas lo que hagas no te creen porque eres humorista. Ese es el gran drama'

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Autor: Aurelio M. Seco
21 de febrero de 2010
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Millán Salcedo

La Voz de ASturias (21/02/2010)

Millán Salcedo encarna a Mochila en "Los sobrinos del capitán Grant", zarzuela de Manuel Fernández Caballero y Miguel Ramos Carrión que hoy domingo, 21 de febrero, a las 20:00 horas, ofrece su última función en el Teatro Campoamor de Oviedo.

- ¿Se improvisa mucho a lo largo de la función?

- Hay cabida para alguna improvisación, pero siempre respetando el trabajo de Paco Mir. Son pequeñas cositas, porque lo fundamental ya está diseñado por él de manera espléndida. Es una producción magnífica que, no sé por qué, no se ha hecho en más teatros. Se ha puesto en escena en Madrid, Sevilla y ahora en Oviedo, pero en Asturias termina la gira. No lo entiendo, porque me parece una producción perfecta para mostrar en todos los rincones de España y del extranjero, dada su calidad.

- Es sorprendente cómo puede llegar a entretener una obra del siglo XIX

- Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad. No obstante, el día que se produzca el gran apagón de las máquinas será un desastre. Estamos demasiado enganchados a la electricidad y las nuevas tecnologías. Yo no tengo ni carnet de conducir, ni móvil ni ninguno de esos aparatos electrónicos que hoy se llevan tanto. Me parece que, si no tenemos cuidado con ellos, van a acabar con nuestra comunicación. El otro día quedé con un amigo y, durante la conversación, le sonó el móvil 6 veces. Le dije que no volvía a quedar con él. Hoy en día estamos demasiado pendientes de estas tecnologías.

- Todo va demasiado rápido

- Y a mí me da la impresión de que todo lo que es antiguo o de valor artesanal está pasando desapercibido. Sucede, por ejemplo, con las películas en blanco y negro, que las nuevas generaciones ven como algo trasnochado. Ni siquiera se paran a ver su calidad sólo porque estén en blanco y negro. Hay que informar a la gente de que han existido grandes humoristas como El Gordo y el Flaco o los Hermanos Marx.

- No se anunció, pero todo el mundo sabía lo de su lumbalgia.

- Yo salí a actuar el día después de morir madre, así que hacerlo con una lumbalgia no es algo llamativo. Soy una persona que ha tenido muchísimas lesiones. La culpa la tiene mi afición al futbol. La lumbalgia se debió a que, mientras ensayábamos la zarzuela, se me ocurrió aprovechar y hacer ejercicio en el gimnasio, pero se ve que me he excedido y he tenido que ponerme inyecciones.

- ¿Es consciente de que su interpretación de Mochila ya es una referencia?

- Gracias, desde luego es un Mochila más joven de lo normal, porque yo tengo 54 años y el personaje es un militar retirado. Estoy muy contento con mi trabajo en la zarzuela, aunque también me gustaría que se identificase mi trabajo con registros que no fuesen estrictamente cómicos. A veces tengo la sensación de que el público exige que repita una y otra vez el sketch de "La empanadilla de Móstoles".

- ¿Usted cree?

- No es que lo piense yo, es que, a pesar de todo lo que he hecho a lo largo de mi trayectoria, a mí nadie me ha llamado para hacer una película o una serie de televisión. ¿No es extraño? Yo estaría encantado de hacer algún papel interesante, fuese cómico o no, pero es que, no entiendo por qué, nunca llega un guión interesante a mis manos... He llegado a pensar si habré hecho yo algo para que se esté dando esta situación. De ninguna manera querría que se entendiese esto como si estuviese resentido, pero lo cierto es que es una realidad que da que pensar.

- Seguro que muchos programas de televisión quisieran tenerle

- A veces me llaman de diversos programas de televisión como el Pasapalabra, que tiene todos mis respetos, pero que a mí no me interesan. También  podría ganar mucho dinero si fuese a determinados programas a hablar de mi vida porque, evidentemente, he pasado muchísimas situaciones e historias que serían muy llamativos, pero este comportamiento me convertiría en un miserable, cosa que no soy. Yo no soy ni un miserable ni un delator.

- ¿Echa de menos los tiempos de Martes y Trece?

- El grupo se disolvió cuando ya no estábamos a gusto juntos. Actualmente estoy muy contento con mi trabajo, que me ha apartado de la vorágine mediática en la que estaba con Martes y Trece, pero una cosa es eso y otra que no se piense en mí para hacer algún papel de interés. Me habría encantado tener un papel en series como Los hombres de Paco, por ejemplo, y no necesariamente un protagonista.

- Es posible que la gente considere que es usted un actor caro

- ¡Pero si yo no lo soy en absoluto! Incluso con Martes y Trece, la gente se sorprendía de que nunca pedíamos nada extraordinario. Al contrario que muchos artistas consagrados, nosotros sólo pedíamos agua. No tengo ni representante. Lo único que pido  en los sitios a los que voy es una habitación con cama doble para descansar bien.

- ¿Es posible que el personaje creado con Martes y Trece haya anulado al propio Millán Salcedo?

- Puede ser. En ocasiones la gente, cuando me ve, espera que siga haciendo chistes, y en mi interior parece que estoy en la obligación de no defraudarles. Supongo que en el fondo siento que no me puedo permitir decepcionar a nadie. De un tiempo a esta parte he puesto en marcha un espectáculo titulado "Yo me subí a un piano verde". Es autobiográfico, una especie de catarsis. En él me desnudo completamente, pero en el fondo, cuando en algunos sitios lo he puesto en escena, he observado que el público asiste al mismo esperando que cuente el chiste de "Las empanadillas de Móstoles".

- No hace mucho participó en una "Salomé"

- Sí, interpreté el Herodes de la "Salomé" de Oscar Wilde, bajo la dirección de Miguel Narros. Las críticas estuvieron bien. Una de ellas decía algo así como que era una pena perder a un actor cómico, aunque se ganaba un gran actor dramático. Pero incluso con esta obra, íbamos a los teatros y siempre había alguien que, antes de la representación nos decía: ¿Nos reiremos mucho hoy, no? No se enteraban de nada, ¿es que no se daban cuenta de que no era una obra cómica?

- Tampoco se puede dar tanta importancia a lo que esperan de uno

- Hagas lo que hagas no te creen porque eres humorista. Ese es el gran drama. ¿Por qué yo no puedo hacer "Flor de otoño"? Insisto en que no estoy resentido, pero sí un poco decepcionado porque creí que, al ser uno de los componentes de Martes y Trece, nuestra trayectoria me daría un poco de vía libre para hacer otras cosas, pero por alguna razón no está siendo así. Quizás porque muchos piensan que siempre estoy muy ocupado, o que no voy a aceptar... no sé.

- Después están los que plagian

- Yo creo que hay que citar las fuentes en todo, porque cuando no se hace se está engañando al espectador. Con frecuencia observo que se recurre a copiar a antiguos grandes humoristas o músicos y no se menciona la fuente. Se está llegando al absurdo de que, en diversos programas gusta mucho una canción cantada por uno de sus jóvenes intérpretes, y el público adjudica el mérito a ese cantante y no al compositor o al intérprete que la hizo popular. En el mundo del humor, hay grandes artistas como Chiquito de la Calzada al que le han salido no sé cuántos clónicos, o el propio Gila, al que tanta gente plagia sin decir nada. Sin ir más lejos, hay un anuncio de Kinder Sorpresa que es una copia de un sketch de Martes y Trece. A Gila le gustaba decir que estaba mal fusilado, y era cierto. Ahora copia todo el mundo y nadie defiende los derechos del plagiado.

- ¿Cuál es la fórmula para que grandes actores anónimos lleguen a tener éxito?

- Influye la suerte. A veces es importante tener un golpe de fortuna. Yo siempre digo que vale más caer en gracia que resultar gracioso. También ayuda que entres en un círculo positivo con un director de éxito.

- Sorprende su seriedad. Es usted muy diferente del personaje mediático.

- En general soy una persona solitaria. Me encanta estar solo, incluso pasear bajo la lluvia, oliendo la tierra mojada, a veces canturreando: me gusta cantar mientras paseo. Es posible que sea una persona que tiende a la melancolía. Fíjese que incluso he dejado de salir por la cantidad de plastas que te encuentras por las noches. He llegado a ser fumador y bebedor social porque no he tenido más remedio. Fíjese lo que está sucediendo con el tabaco. Ahora que estamos nicotinizados nos dicen que es malo. Qué mal gusto esos dibujos mortuorios en las cajetillas de cigarrillos. ¿Pero no nos habían dicho que éramos mayores de edad para poder fumar? ¿Ahora nos decís que nos mata? Es muy hipócrita todo.

 

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