9. Patrice Chéreau: el pasado 7 de octubre nos dejaba un gran artista, hombre de teatro, director de escena, director de cine, productor, actor, guionista... Su trabajo en la dirección de escena operística no puede sino calificarse de histórica. Desde su Anillo para Bayreuth de 1976 junto a Boulez, con apenas treinta años de edad, a su última propuesta antes de fallecer, la Elektra vista en Aix en Provence, fue revolucionando sutilmente las convenciones asumidas, transformando y enriqueciendo la preeminencia de la escena en la ópera de nuestros días. Quién no recuerda sus Cuentos de Hoffmann, su Lulú, su Wozzeck, su Tristán o su Janacek (Desde la casa de los muertos). La personalidad actual de gente como Py o Tcherniakov no se entiende sin la labor previa atesorada por Chéreau. En 2013 nos dejaron también Wolfgang Sawallisch, Colin Davis, Bruno Bartoletti, Regina Resnik, Oralia Domínguez, Tom Krause, Luis Sagi Vela, Piero de Palma, Félix Lavilla, Fernando Argenta y tantos otros. Todos ellos figuras imponentes, con trayectorias de una solidez incuestionable, pero sobresale, junto a todos ellos, la valía histórica de Chéreau, que contribuyó a transformar la ópera tal y como hoy la conocemos.