María Zapata ofrece el lunes 30 de junio, a las 20 horas, un recital en la Sala de Cámara del Auditorio de Oviedo, que sirve para festejar los 11 años de vida a la Asociación Lírica Asturiana “Alfredo Kraus”. La soprano española, que acaba de ser seleccionada para formar parte del Centro de Perfeccionamiento “Plácido Domingo” del Palau de les Arts de Valencia, estará acompañada al piano por Jorge Robaina, e interpretará obras de Berlioz, Debussy, Puccini, Verdi, Marqués, Guerrero, García Abril y Granados.
¿Cómo empieza a interesarse por hacer una carrera lírica?
En realidad, yo estudiaba piano, que cursé en el Conservatorio Superior de Música de Asturias. Después, Lola Arenas, la profesora de canto del Coro de la Ópera de Oviedo, me escuchó cuando me presenté a las audiciones y dijo que, aunque en ese momento mi voz era pequeña, debía formarme porque veía muchas posibilidades de evolución. Apostó por mí, me empezó a formar y mi voz se hizo cada vez más grande, así que, llegado el momento, me animó a irme. Y eso fue lo que hice. La última ópera que canté dentro del coro fue Ariodante.
¿En qué momento se encuentra su carrera?
Resido en Madrid desde hace cinco años, cuando tomé la decisión de venirme a estudiar a la Escuela Superior de Canto, que acabo de concluir, de la mano de Sara Matarranz y Jorge Robaina. Lo que estamos haciendo todos los que queremos hacernos un hueco en el mundo de la lírica es presentarnos a concursos, audiciones… con la finalidad de que la gente te oiga y te empiece a llamar para ofrecerte trabajo.
¿Por qué Madrid?
Porque aquí se mueve todo, hay muchos espectáculos y teatros, aunque no estemos en la mejor época.
Parece que los concursos se le están dando bien
Hasta el momento he sido premiada en todos los que me he presentado. El primero que gané fue el Premio “Denise Duval” de Nueva York, el año pasado, en el concurso internacional conmemorativo del 50 aniversario del fallecimiento del compositor francés Francis Poulenc. Fue un premio importante, porque se celebró en el Lincoln Center y el jurado estaba compuesto por grandes especialistas del género.
¿Cómo se le ocurrió presentarse a ese concurso?
Dalton Baldwin vino a dar clase a Madrid, escuchó mi voz y me dijo que tenía la voz y musicalidad idónea para Poulenc y que debía presentarme al concurso. Ahí empezó todo. Tan pronto llegué a Madrid, me concedieron la beca de Juventudes Musicales. Después vino el primer premio en el concurso de Colmenar Viejo el pasado febrero, y me hice con un accésit en el concurso de Logroño, y me han vuelto a dar la beca de Juventudes Musicales. Otra buen noticia es que acabo de entrar en el programa del Centro de Perfeccionamiento “Plácido Domingo” del Palau de les Arts. La semana pasada me audicionaron Plácido Domingo, Helga Schmidt y Davide Livermore. Interpreté fragmentos de Suor Angelica y Simon Boccanegra.
¿Qué supondrá para usted?
Funciona como un ópera estudio, entramos en el Palau para formarnos durante meses, con clases diarias muy intensas, para poder aplicar lo aprendido en la temporada, ofreciendo conciertos, participando en producciones y, en definitiva, colaborando con la entidad. Tengo que irme en septiembre a Valencia, donde residiré durante un año. Estoy muy ilusionada con la oportunidad y absolutamente comprometida con la entidad.
¿Cómo definiría su voz?
Mi voz es una complicación constante, porque es muy compleja de trabajar, al ser pesada y grande, características que suelen dar muchos problemas. Esta es la razón por la que, en ocasiones, me han confundido con una mezzosoprano cuando empezaba a estudiar. Se podría decir que soy una soprano lírico spinto, que acabará siendo dramática. Es tan difícil poner etiquetas. Mi color de voz es de soprano, aunque mi registro sea casi el de mezzo.
¿Ya ha meditado sobre cómo enfocará su carrera, a qué representantes llamará, cómo enfocará su imagen…?
Son aspectos sobre los que todavía estoy pensando, porque todo me ha venido muy rápido. Estoy pensando en hacer una web, que no tengo todavía. La cuestión de los representantes es complicada, porque a menudo es difícil acceder a ellos. Creo que hay que estar bien preparado para presentarte y, de momento, con 27 años, estoy dejando que fluyan las cosas y preparándome lo mejor posible.
Es un mundo muy difícil
Además de ser complicado es bastante solitario. Siempre tienes que estar centrado en tu trabajo. En otro tipo de profesiones puedes permitirte tener una vida social más rica, pero en el mundo el canto esto es más complejo: tenemos que cuidar nuestro instrumento con una rutina de vida ligeramente diferente a la del resto y además hay una constante lucha de egos. Hay que tener mucho cuidado con no invadir el trabajo de los demás y centrarte en dedicar muchas horas de estudio para profundizar en tu interpretación. Es un trabajo que se da por el fruto de la aportación constructiva de todos, sin pisarse.
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