La soprano española inaugura un café teatro en la capital española, "El Rincón de La Rodríguez", en el que pretende que no falten ni la zarzuela, ni la ópera, ni la danza española.
Un reportaje de Agustín Achúcarro
"Soy María Rodríguez, soprano, pero todos mis compañeros me llaman 'La Rodríguez'. La música es mi pasión y mi profesión. Siempre he soñado con tener un lugar donde disfrutar de la lírica y de otras músicas de una manera más cercana e íntima. Y ahora este proyecto personal que ha abierto sus puertas este septiembre se hace realidad. Os espero en El Rincón de La Rodríguez". Anhelos soñados y ahora cumplidos y expresados por esta cantante vallisoletana afincada en Madrid. “A mí desde siempre me han llamado la atención las grandes artistas como Liza Minnelli o Barbra Streisand, así como el cabaret”, explica una María Rodríguez que como actriz ha puesto voz a no pocos personajes: “De hecho inicialmente yo era actriz-entre otras cosas trabajó como actriz de doblaje- y estudié arte dramático, pero al final acabé siendo cantante”. La idea de crear un Café Teatro empezó a concretarse cuando su marido, que se dedica a la hostelería, y ella encontraron en las cercanías del Hotel Puerta de América el edificio que necesitaban, en la Calle Corazón de María Nº6. “Es una casa con la parte baja con soportales, que tiene la licencia de Café Teatro, y que la inauguraron en los años 80 como local de espectáculos: Locomía, y que no se ha vuelto a utilizar para esto desde entonces, aunque haya tenido otros usos”, comenta la soprano. Rodríguez buscó “una decoración semejante a los teatros parisinos de los años 20, que tuviera un aire Art deco”. Decidido el estilo había que organizar la distribución de los espacios. “Hemos colocado dos escenarios a dos niveles, y al de la parte de arriba se puede acceder por una pasarela, pues lo que trato es de crear la magia del teatro, con una relación muy directa entre el artista y el espectador, en un espacio en el que todos se sientan muy cercanos, y se pueda alcanzar mejor la emoción y pasión que surge entre el artista y el público”, considera Rodríguez.
Su empeño es que sea “un lugar de culto, un rincón de todos” en donde el público sepa que “de manera muy profesional puede encontrar lírica, ópera y zarzuela, y danza española durante todo el año”, y para eso, al margen de otras actividades, la soprano se ha decantado porque el plato fuerte llegue después de la cena, sobre las 22:30h. “En ese momento busco crear un espectáculo de unos 50 minutos, con un formato de ópera y zarzuela, con piano y un cuidado vestuario, en el que los artistas se muevan por todo el local e interactúen con el público”, una idea a la que la cantante suma “la danza clásica española”, y un final en torno al repertorio de boleros, el cuplé, con Estrella Blanco y Joan Salas, u otro tipo de espectáculos, como el que llevará a cabo Natalia Millán, “que va a estar varias noches interpretando canciones francesas de los años 50 con su orquesta”. La soprano también hace referencia a la participación de artistas como Aurora Frías:“Ella es una actriz cantante con la que he actuado en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, que tiene un espectáculo sobre Concha Piquer que ha sido un éxito en Valencia”. En el caso de la bailaora Nuria Pomares, que estuvo con Joaquín Cortés, Rodríguez, recuerda que “ambas intervinieron en La vida breve, que dirigió Frühbeck de Burgos” y al bailarín Primitivo Daza no se le olvida que “le vio actuar en la Arena de Verona”.
No falta en El Rincón de la Rodríguez “un espacio para los más pequeños”, y espectáculos como el del mentalista Juan Roldán. La soprano no quiere “cerrarse a nada que esté relacionado con la cultura”, de hecho piensa en dar cabida a conciertos de jóvenes del Conservatorio o realizar presentaciones de libros.
En realidad el resumen de lo que busca María Rodríguez está claro. “Pretendo que sea un reflejo de lo que ha sido mi vida, la ópera y la zarzuela, unido a otros géneros y estilos de canciones, y al no existir en Madrid un local de estas características, como puede haber de flamenco o de jazz, yo quería que hubiera uno”, manifiesta Rodríguez. “Este es un formato diferente a los restaurantes en los que hay cantantes disfrazados de camareros que en un momento determinado interpretan, ya que aquí se pretende que el artista sea sólo artista, aunque se cuente con un muy buen personal de hostelería, pero al margen del apartado musical”, insiste la responsable de la idea.
María Rodríguez actúa también en su café teatro, y aunque le lleve mucho tiempo no piensa dejar su carrera de cantante. “Y por eso estaré a primeros de octubre en el Auditorio de León y al año que viene intervendré en una producción de Nacho García de Pagliacci en la Ópera Nacional de Lima, así como en el espectáculo The Spanish musical en el Teatro de la Maestranza de Sevilla”, desvela la soprano, que pretende buscar un hueco en su agenda e irse a Italia a proseguir su carrera. “Allí contactaré con la gente con la que he trabajado ya, con la idea de retomar de nuevo mi carrera internacional con un repertorio diferente, que incluye papeles como los de Lady Macbeth, Un ballo in maschera o Norma”, explica, dejando claro que no por eso tiene pensado abandonar papeles como los de Tosca o Carmen. “Creo que para afrontar nuevos papeles es necesario que te escuchen fuera de España, pues los cantantes españoles, aunque como en mi caso hayan cantado en el Teatro Real o en el Liceo, tienen que volver aquí con los personajes estrenados, como hice en su momento cuando me fui a debutar en Spoletto y Pesaro”, afirma la cantante sabedora de que “le van a ofrecer cosas” de las que “prefiere no hablar de momento”, como su participación en 2018 en el Teatro de La Zarzuela de Madrid.
En la labor de proponerse nuevos retos defiende que “su voz se adapta bien al repertorio verdiano y pucciniano”, así como “a la ópera y zarzuela española en general”, y aunque reconoce que “sigue enamorada de personajes como Mimí o Micaela”, de los que piensa que “le van bien a su voz”, entiende que “aunque aún sea joven, se evoluciona”. Razones por las que actualmente se ve más “en papeles de mayor carga dramática, dramática de agilidad o spinto, dentro del repertorio italiano y español”, aunque no descarta acercarse a la obra de autores como Britten, si bien apuesta porque sea fruto “de un análisis realizado con mucha tranquilidad y tras un estudio muy concienzudo”.
De momento, el presente tiene para María Rodríguez un rincón madrileño al que quiere que “todo el mundo se acerque y disfrute”.
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