Editorial Alpuerto publica el libro María Barrientos y las siete canciones populares españolas de Virginia Sánchez Rodríguez
Barrientos, de Falla y una grabación histórica
Por Albert Ferrer Flamarich
María Barrientos y las siete canciones populares españolas. Virginia Sánchez Rodríguez. Editorial Alpuerto, Madrid, 2021. 230 págs. ISBN: 978-84-381-0529-0.
Considerada como uno de los baluartes de las nuevas generaciones de jóvenes musicólogos españoles, Virginia Sánchez Rodríguez se ha abierto camino con una activa trayectoria gracias a numerosos artículos e investigaciones y como profesora en la Universidad de Castilla-La Mancha. A su intensa labor hay que sumar la reciente publicación de su segundo libro centrado en la figura de la soprano barcelonesa María Barrientos (1884-1946); esta vez, en ocasión del centenario de la colaboración de la soprano catalana con Wanda Landowska y de su interés por las Siete canciones populares españolas de Falla.
Dividido en cuatro amplios capítulos, tras el resumen biográfico en el primero de ellos, se centra en la gestación, estreno y análisis formal del mencionado ciclo de canciones, atendiendo a las particularidades de las ediciones y las variaciones de la versión previa editada por La Reue Musicale frente a la comercializada por Eschig. De este modo ofrece una aproximación más que suficiente para orientar al lector en el conocimiento de unas piezas ampliamente analizadas por otros estudiosos y ante los que la autora no pretende competir ni ir más allá. Más bien establece las claves necesarias como pórtico formal al enfoque discológico que es, en realidad, el eje nodal del presente volumen. Para ello y como marco de las relaciones artísticas y personales entre el compositor y la cantante, el tercer capítulo se centra en su epistolario, parcialmente reproducido como testimonio documental de la estrecha relación profesional y afecto personal que mantuvieron hasta la muerte de ambos en 1946. Virginia Sánchez realiza un examen que sobrepasa lo estrictamente musical y atañe a elementos que van desde las expresiones y apelativos con que ambos se dirigían -más allá de los formalismos de la época,- hasta los motivos que lo promovieron; pasando por temas como la salud y las distintas afecciones -algo de sobre lo que Falla mostraba un carácter marcadamente hipocondríaco-, a la par que contextualiza proyectos laborales en los que la intermediación de Barrientos fue crucial. Especialmente, como los estrenos de obras de Falla en América con madame Edgar, conocida como condesa Mercati.
El buen hacer metodológico de la musicóloga salmantina, no descuida el listado de las cartas, expuestas en una tabla de rigoroso orden cronológico, que esclarece la línea temporal del contacto epistolar formado por 46 misivas. En consecuencia, refuerza el ámbito teórico general con un vestigio propedéutico que no descuida alusiones a tratados sobre el arte de escribir cartas como los Principios filosóficos de la literatura o Curso razonado de Bellas Letras y Bellas Artes de 1805 escrito por Batteux, que la autora trae a colación haciendo gala de un sólido abanico documental desde la perspectiva conceptual y cultural. En esta línea, tampoco faltan intersticios que, a modo de digresión, enriquecen el discurso como el referido a la amistad comuna con el líder político catalán Francesc Cambó (pág. 142); las coincidencias biográficas entre Barrientos y Luisa Vela (pág. 110); o la importancia de la canción Elegía eterna de Granados en el repertorio de la soprano, siendo esta pieza, por cierto, más conocida por algunos estudios recientes que por su difusión en salas de concierto y grabaciones.
Como remate a lo seleccionado en las cartas, el cuarto capítulo repasa las interpretaciones de las Siete canciones y la grabación protagonizada por Barrientos y de Falla, en 1928, con los detalles de las dificultades de las sesiones, y el comentario de otros registros coetáneos con intérpretes de la talla de Tito Schipa, el barítono Charles Panzéra, las sopranos Ninon Vallin y Sofía del Campo, la mezzo Conchita Supervia, la contralto Dolores de Silvera y el tenor Miguel Fleta. En este punto, el lector, puede echar en falta una aproximación crítica desde lo técnico-estilístico de la ejecución musical, que profundice en lo estrictamente interpretativo y sobrepase lo meramente historiográfico. Al efecto, no es voluntad de la autora ofrecer un análisis ni una comparativa hermenéutica, que bien podría haber cumplido como quinto capítulo.
Por último, el epílogo resume pertinentemente la tesis de este excelente libro muy bien ilustrado en lo gráfico; y en el que las notas a pie de página recogen las fuentes documentales y los textos originales, cuando no proceden del español. La férrea estructura sintáctica de la holgada redacción evidencia el talante académico de Sánchez Rodríguez, aunque en la lectura se acusa una reincidencia excesiva en la fama de la que gozaban durante la década de los 20 tanto Barrientos como de Falla, así como de esas fórmulas y conectores que apuntan a lo ya citado y a lo que se desarrollará más adelante. Algo que, por otro lado, no empaña el sustancial rédito extraído de los materiales matriz en lo coyuntural e histórico. Por esta razón cabe agradecer y felicitar a Editorial Alpuerto en su empeño de brindar una colección musicológica actual y con voz propia autóctona apostando por esta monografía que se añade a la copiosa bibliografía sobre Falla y a la escasa sobre Barrientos. Una soprano icono de una época de la historia del canto de quien la autora es una de las especialistas más autorizadas actualmente, gracias a su anterior libro La soprano María Barrientos y sus epístolas de juventud (1905-1906) editado por la Universidad de Málaga en 2018, así como por otras comunicaciones y ponencias aparecidas en volúmenes académicos de rigurosa actualidad científica que son ejemplo de la certera actividad científica nacional en este campo.
Compartir