Una entrevista de Aurelio M. Seco | @AurelioSeco / Fotos: Fernando Frade / CODALARIO [Está prohibida su reproducción]
Hay gestores que se lo juegan todo por la música, buscando recursos donde no los hay y construyendo verdaderos milagros donde lo más importante no son ellos mismos sino la música y los músicos. Surgen así nombres como los de Alfonso Aijón y, la que hoy nos ocupa, Margarita Morais. No por casualidad Aijón y Morais son amigos. Les une la misma grandeza. Margarita Morais ha construido desde León una de las entidades más interesantes y milagrosas de Europa: la Fundación Eutherpe. Ya no sólo por la relevancia de los artistas que han pasado y siguen pasando por esta preciosa ciudad española, sino por los cientos de oportunidades que ha dado tantos jóvenes músicos, por los siempre interesantes ciclos y cursos organizados, por los centenares de conciertos programados... Morais que, lo hemos dicho en otras ocasiones, debería haber obtenido hace tiempo el Premio Nacional de Música si España fuera como tiene que ser, ha dotado a una pequeña pero muy noble ciudad de nuestro país de una de esas entidades de la que todos debemos sentirnos orgullosos, con una modestia admirable, certero criterio y una generosidad que asombra. No podemos más que rendirnos ante su labor ejemplar, a la que queremos rendir homenaje.
Es usted una de las gestoras musicales más admiradas de España. Ha creado usted una de las entidades musicales más importantes de Europa en su terreno, en una ciudad pequeña, León: ¿Cuál es su secreto?
Gracias por la apreciación generosa que hace del proyecto Eutherpe. Es cierto que nos conoce mucha gente dedicada a la música, que quiere abrirse camino con este arte, compartirlo o simplemente disfrutar con él. Jóvenes de 46 países nos han visitado durante estos años y seguimos recibiendo solicitudes imparables casi cada día.
Se me ocurren varias cosas que realizamos entre muchos: A la sala, acude un público sensible que sabe escuchar y disfruta con el éxito de los músicos. Así se les hace saber de forma espontánea y natural durante el concierto y, al final del mismo, cuando se acercan a felicitarles con palabras alentadoras en las que no falta cariño sincero. Durante el concierto, se establece una comunicación de sentimientos y emociones muy importante y, porque la sala lo permite, se puede disfrutar al «ver la música», como decía Stravinsky porque los movimientos y la expresión corporal de los músicos, ayudan también a comprender el arte que se transforma en delicadeza, afecto, gracia o pasión, como manifiesta el artista. Podemos disfrutar de manos encantadas, gestos sinceros, ojos emocionados, sonrisas abiertas que añaden felicidad a nuestros sentimientos. A cada músico se le recibe y se le trata como como alguien único y especial y se le agradece el concierto de manera calurosa. Cualquiera puede reservar su día para tocar y debido al nivel tan extraordinario de los músicos, que va en alza cada año, se ha hecho una selección natural, sin pretenderlo. Acuden concertistas entregados en cuerpo y alma, músicos impresionantes para su juventud. Podemos deleitarnos de grandes conciertos y, con frecuencia, la emoción llega a las lágrimas.
Los medios de comunicación pregonan los conciertos, y la prensa los publicita en sus páginas. Esto es de gran valor para su joven historial y, salvo alguna imposibilidad, María Diez está presente para hacerles un reportaje fotográfico durante el concierto y se lo entrega como regalo al terminar. Quizá estas cosas, junto a unos voluntarios entregados que ayudan en todo lo que se necesita y un piano siempre a punto, pueden formar parte de ese «secreto» del que usted habla.
¿En qué situación económica y artística está en estos momentos Eutherpe?
La situación económica nos permite seguir con el proyecto, pero no ampliarlo como quisiéramos y poder ayudar más a esta generación extraordinaria de jóvenes músicos. Somos una Fundación sin ánimo de lucro y nuestra labor está enfocada a protegerles intentando ser un apoyo real y lo hacemos destinando nuestro trabajo y presupuesto con corazón abierto. Para sostener este engranaje, necesitamos la contribución económica, tanto pública como privada. Es necesaria una Ley de Mecenazgo más generosa que promueva el altruismo y colaboración de los mecenas. Si las deducciones fiscales fueran mayores o totales, sin duda se incentivaría la participación de donaciones tan necesarias en la cultura.
Muchos coincidimos en que vivimos un momento glorioso en España por la preparación sorprendente que muestran los instrumentistas. No hace tantos años sentíamos un cierto complejo al compararnos con otros países y estudiantes de la misma edad. Este sentimiento, un tanto retraído, se ha terminado. La apreciación de la sociedad sobre el músico y la valoración que se hace de estos estudios ha cambiado en pocos años de manera admirable. Las familias no escatiman esfuerzos para que sus hijos se formen en un arte que es la suma de conocimientos. Los profesores, forman a los alumnos con actuada pedagogía y sucede así en todos los instrumentos. Por estos motivos positivos, se han ido creando numerosas orquestas juveniles en provincias y comunidades con el fin de que, estos músicos, puedan disfrutar del resultado de su trabajo personal y en grupo que es una experiencia colectiva de valor formativo muy importante.
¿Qué tal le ha recibido el nuevo alcalde de la ciudad, José Antonio Díez Díaz? ¿Se porta bien con Eutherpe? ¿Y la Junta? ¿La Diputación de León?
El Ayuntamiento de León no cambia su comportamiento con Eutherpe aunque las siglas políticas que lo presidan sean distintas. Saben que trabajamos con una generación de jóvenes de muchos países distintos, que enriquecen la cultura musical en la ciudad. Celebramos unos 90 conciertos al año entre la sala Eutherpe, en este caso más numerosos y el Auditorio Ciudad de León. Es una oferta llena de entusiasmo y no menos alegría. La Concejalía de Cultura y/o los alcaldes, siempre han participado en el proyecto y han confiado en el trabajo que hacemos. La ayuda del Ayuntamiento es una colaboración fundamental para nosotros.
De la Junta de CyL, más veces hemos recibido una negativa que una colaboración, pero desde el año pasado, 2019, aportan cuatro profesores de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León [OSCyL] como formadores de la Joven Orquesta Leonesa [JOL] y se encargan de las clases parciales en el encuentro de septiembre. Es una contribución valiosa que aprecian los jóvenes músicos y la Junta de la JOL que está entregada a este proyecto. En enero de este año, visité la Consejería de Cultura y Turismo, que dirige Ciudadanos. José Ramón González, Director General de Políticas Culturales prestó mucha atención a cuanto le expuse. La Fundación Siglo, en manos de esta consejería, también nos ha abierto las puertas del Auditorio Miguel Delibes para tener allí dos conciertos en 2020, uno será el 13 de julio como clausura del encuentro JOL y otro el 14 de septiembre como final del XVII Curso que celebraremos cada año, pensando en los pianistas, directores y la Joven Orquesta Leonesa. La Consejería nos comunicó también que están preparando una convocatoria de ayudas para proyectos musicales a la que concurriremos.
Sobre la Diputación de León, tuvimos subvenciones para el Curso de septiembre de 2004 a 2007. Desde entonces hasta a 2019 que celebramos los 20 años, no habían vuelto a cooperar con Eutherpe. Esperamos que retomen su apoyo que es de mucha importancia para Eutherpe porque la JOL está formada por jóvenes de toda la provincia leonesa. Acabamos de enviar una solicitud de subvención.
Tiene usted fama de llevarse bien con tirios y troyanos y, al mismo tiempo, mantener su propia postura. ¿Otro secreto?
Hay gente respetuosa y sensible en todos los ambientes sociales y responsabilidades políticas a los que le gusta sumar en positivo. Eutherpe deja estas enemistades históricas para los «tirios y troyanos». Me he llevado sorpresas muy agradables al hablar con personas que ocupaban cargos destacados, también en la Administración. Recuerdo que cuando presidía el INAEM Félix Palomero y por ser la primera vez que nos dirigíamos a esta Institución de prestigio nacional, iba con cierto temor a saludarle, preparada para el «no», pero Félix nos trató con mucha amabilidad y nos abrió las puertas dándonos la primera subvención que le agradeceremos siempre. Le sustituyó en el cargo Miguel Ángel Recio Crespo que aumentó esta ayuda. Cuando conocí a Miguel Ángel, pude ver a una persona agradable, sensible y que prestaba mucha atención a cuanto le exponía. Escuchaba con verdadero interés y respeto para comprender bien la necesidad de atender a esta nueva generación de músicos. Después de un tiempo, cuando le nombraron Director General de Bellas Artes y Presidente de AC/E, nos propuso realizar el proyecto MusaE, un notable apoyo para los jóvenes músicos, nueva emoción para los museos estatales y una satisfacción enorme para Eutherpe. Fue una ocurrencia inteligente, completa y hasta «quijotesca» que sigue en pie recogiendo éxitos para alegría de instrumentistas, museos y de los que hemos trabajado o trabajan ahora en el proyecto.
Usted tiene una visión del contexto musical español muy clara ¿Qué deberíamos mejorar en nuestro país?
Es urgente lograr, en nuestra enseñanza reglada, una educación musical que incluya el conocimiento de las partituras, la lectura correcta de esta lengua, la teoría de su literatura con las reglas y estructuras por las que se rige y estudiarla de manera progresiva y lógica. Leer, cantar, escuchar, interpretarla en instrumentos, mejora las habilidades. Creer que para iniciarnos y continuar mejorando en esta disciplina debemos de tener facultades extraordinarias, es una enorme equivocación. Tampoco somos todos matemáticos por haber estudiado matemáticas en la escuela, ni historiadores, ni escritores, ni deportistas de élite… y así sucede también con la música. Quizás las principales causas que retrasan esta programación dentro de la escuela sean: No conocer los bienes físicos, espirituales e intelectuales que produce en nosotros el estudio del arte, la preparación que necesitan los docentes a lo que se añade una nueva carga económica. El Ministerio de Educación y los españoles debemos de tomar nota cuanto antes y pedir con insistencia, que el estudio de la música llegue a todos los ciudadanos por igual por medio de la enseñanza obligatoria desde las primeras letras y juegos, hasta la universidad como sucede con cualquier asignatura.
Supongo que estará acostumbrada a encontrarse con multitud de problemas en su trabajo. ¿qué es lo que más le entristece?
Lo que me sigue entristeciendo es tener que dejar que se vayan buenos amigos. Sabemos que la amistad es un asunto de amor y desprendimiento completo. Exigente es siempre la generosidad.
Por Eutherpe han pasado cientos de músicos. Habrán dejado multitud de grandes momentos, pero ¿cuáles se le han quedado a usted en la memoria por ser excepcionales o realmente especiales?
Resultaría comprometido decir nombres que muchos de nosotros, al leer la pregunta, tenemos en la mente. Personas que poseen una formación musical y humana superior, artistas completos que admiramos. Cuando eran muy jóvenes, ya nos percatábamos de su enorme talento y discreción, pero no podíamos adivinar un éxito tan grande como han alcanzado porque, es difícil que coincidan el cúmulo de cosas necesarias para que se dé esta valoración positiva: la superación y el ánimo inquebrantable de los artistas, el trabajo inteligente y generoso de los representantes, el acierto de los programadores, la confianza de los gerentes de auditorios, críticos capacitados para opinar, medios comunicación… y mucha suerte, junto a un largo etc.
Entre otros artistas, por Eutherpe ha pasado la gran Alicia de Larrocha. Háblenos un poco de su relación con ella. ¿Cómo era De Larrocha?
Alicia era la verdad sin filtros, tanto que me hacía reír abiertamente y a ella le agradaba mi risa. Eso que piensas y que callas por si no fuera del todo correcto, ella lo decía sin adornos. Estar con ella era una felicidad y un privilegio porque no había nada oculto ni dudoso detrás de sus palabras y gestos ¡Qué seguridad conversar así con ella! Comíamos y cenábamos juntas y las anécdotas que contaba, se sucedían a cuál más sustanciosas y simpáticas. La escuchaba embelesada y las comidas se alargaban. Los pianistas del mundo hemos querido estar cerca de ella, aunque sólo fuera un momento, oírla al vivo, escucharla tocar con esa pasión y perfección que tanto emocionaba y ahora ¡Estaba en Eutherpe! Creo que adivinaba mi afecto feliz por tenerla cerca ¡Qué fortuna tan grande! Todo lo que decía tenía un fondo de humanidad y sentido común. Me mostraba su amistad respetuosa y cariñosa sin gestos especialmente «visibles». La expresión de su rostro parecía austera, pero cuando miraba podías comprobar que estaba hecha de oro y verdad toda entera. Me regalaba el valor que ella tenía dentro de sí misma. Muchos decían que era la «reina» del piano y los que así la definían tenían mucha razón. Trabajadora, tímida, discreta y natural. Cuando terminaba el Curso me hacía una pregunta mágica que me alegraba para todo el año:
- «¿Cuándo quiere Usted que vuelva?»
Su hija, Ali, ha recogido anécdotas que ella contaba con mucha gracia como la que le sucedió durante una gira por Australia. Tuvo un principio de artritis en las manos y fue a una clínica especializada. El doctor que la atendió le dijo:
- «Puede tomar un calmante y le recomiendo, sobre todo, que haga ejercicio con los dedos. Por ejemplo, le dijo, puede Usted escribir a máquina o mejor sería, tocar el piano».
Alicia, viendo que el médico desconocía quién era ella y a qué se dedicaba le contestó:
Gracias Doctor. Probaré a tocar el piano.
«¡Nunca es tarde para empezar!» Remató el doctor.
- «¿Se da cuenta Usted?» Me dijo «¡Tantos años ocupando grandes espacios en la prensa y en los medios de comunicación…! Es mejor ser humilde». Ella lo era.
El primer día del Curso en León, al terminar la jornada de mañana me preguntó:
- «¿Le parece a Usted que doy bien la clase?»
¡Por Dios, Alicia, no me haga temblar!
Disfrutaba con lo que llamaba «el pelotón de León». Éramos muchos, más de cien y durante las clases, había un gran silencio para no perder nada de lo que decía, gesticulaba o interpretaba.
Al terminar el primer día, a las 20:00 horas, se formó de manera espontánea una enorme cola que encabezaba el más valiente del «pelotón». Entonces oíamos su voz:
- «La clase ha terminado ¿Qué desean Ustedes ahora? Tengo que estudiar».
Alicia, quieren una firma o un autógrafo (llevaban en la mano folios, hojas arrancadas, bolígrafos, CDs…)
- «Bueno, me pongo a ello, pero sólo unos pocos, mañana seguiremos ¿Cómo se llama Usted?» preguntaba al primero de la fila…
Durante las clases se mostraba exigente y muy clara. Los pianos incoloros y superficiales, blandos, le molestaban, los sonidos escurridizos la ponían en pie con energía y pronunciaba algo así como ¡brrrrrr! tan expresivo que, además de hacernos reír comprendíamos que, a aquellas notas les faltaban nitidez, precisión, igualdad, voluntad de estar presentes…
- Cada sonido debe de ser tratado como una perla.
Otro apartado importante eran las SÍNCOPAS ¡Genial! Hablaba de síncope, angustia, hipo, suspense… se le ocurrían mil ejemplos para intentar que entendiéramos lo quería oír cuando aparecía la síncopa. Había que interpretarla con esa alteración y suspense, que requiere la espera y nunca un sonido aplastado, muerto antes de producirse y desearle…
A medida que pasaba la jornada, me acerqué un momento a ella para preguntarla:
Alicia, descansamos unos minutos?
- «¿Descansar, por qué? ¡Yo he venido a trabajar! El siguiente».
Una gloria su vida, su amistad un privilegio y su pianismo, una riqueza universal.
Ha conseguido vincular con Eutherpe a maestros como Bruno Aprea o Joaquín Soriano. Sus cursos anuales son muy apreciados en España y ya se han convertido en un clásico de nuestro país.
Este Curso anual fue creado en 2004, por el maestro Aprea, con el fin de ofrecer a los estudiantes de dirección y de piano la oportunidad de dirigir y tocar con orquesta un repertorio imprescindible durante los años de formación. Es una ocasión que se consigue muy raramente en las instituciones de enseñanza. Va dirigido a estos grupos de músicos, instrumentistas de la orquesta, profesores, músicos en general y personas interesadas que quieran asistir como oyentes.
El maestro Aprea, consciente de esta necesidad, nos propuso el proyecto y lo pusimos en marcha lo antes posible comprendiendo la urgencia e importancia con que nos lo exponía. Él, siempre ha sido el profesor de directores y de la orquesta en el Curso. Al principio, como maestro de piano, estuvo en el curso el maestro Joaquín Achucarro durante cuatro años, dos años seguidos vino el maestro cubano Horacio Gutiérrez desde EEUU y desde 2010, dirige las clases de piano el maestro Soriano. Tres colosos del piano. En septiembre celebramos el XVII Curso que desde 2004 no se ha interrumpido y gran parte ha sido gracias a la generosidad de los maestros.
Bruno Aprea y Joaquín Soriano, son músicos de sólida formación por lo que han hecho escuela en donde han trabajado, una referencia muy importante para los jóvenes que los conocen como grandes concertistas de piano, dirección de orquesta o teatros de ópera, presidentes de jurados en concursos internacionales e imparten clases magistrales por muchas partes del mundo. Por su categoría son muy queridos y respetados. A estas enseñanzas, de pianistas y directores, se une un intenso trabajo con la Joven Orquesta Leonesa que crece imparable durante nueve días en jornadas de mañana y tarde y nos da muchas alegrías.
¿Sería tan amable por hacer un pequeño recorrido por las personas que más han contribuido o contribuyen a que Eutherpe sea lo que es hoy?
Aquella experiencia tan enriquecedora y exitosa, que logramos tener con los primeros cursos organizados, nos animó a seguir por este camino. Acudieron a la llamada Maestros como: Joaquín Achúcarro, ordenado, simpático y cariñoso; John Salmón entregado y sincero en todo; José María Colom, la libertad artística volando; Alicia de Larrocha, un tesoro; Teresa Berganza, maestra en gracia, arte y poderío; Joaquín Soriano, la elegancia sonora y en su estilo, observador muy ocurrente; Bruno Aprea, conocimiento y expresión rozando la ópera; Sergio Perticaroli, la delicadeza en sus manifestaciones; Horacio Gutiérrez, incansable pedagogo por su experiencia; Paúl Badura-Skoda, sabiduría, simpatía y amabilidad; Michel Beroof, como estar en el conservatorio de Paris; Joan Francois Hasser, artista disciplinado preparado para cualquier encomienda musical; Jacques Rouvier, sistemático, paciente con mirada pícara y sonriente. Ana Guijarro, maestra de mucha experiencia y confianza; Guillermo González, aluvión de ideas para poder seguir; Daniel Vega, la biblia bachiana; José Luís Turina, la síntesis sin adornos; Oxana Yablonskaya, grande y generosa en todo, France Clidat, la dama de Liszt; Elsa Kolodin, trabajadora, metódica y prudente. Músicos nacionales e internacionales participan en las clases magistrales, estudiantes, concertistas de renombre, cantantes, directores de orquesta, profesores de España y de fuera de nuestras fronteras. Cada uno de estos maestros ha enriquecido en gran manera el proyecto Eutherpe y a los alumnos que han estado en contacto con ellos. Han dejado un sello diferente de enorme valor. Varios han repetido la experiencia de venir a las clases organizadas en Eutherpe. Juntos, hemos sumado inquietudes y sentimientos similares con el deseo sincero de ilustrar y ayudar a jóvenes músicos. Han entregado generosos su saber y experiencia en un ambiente positivo, agradable, que ha sido creado entre todos.
Cuento un suceso simpático, entre tantos que hemos vivido. Ocurrió que el maestro Badura-Skoda se fue desde León a impartir otro curso en Shangai. No concedía entrevistas y habían programado una Rueda de Prensa al terminar. A primera hora de la mañana sonó el teléfono de la oficina ¡Era la agencia EFE!
- ¿Margarita Morais? … quería pedirle un favor.
- Dígame, lo haré con gusto si puedo.
- Nuestro representante en Shangai quiere hacer una entrevista al Maestro Badura-Skoda y no encuentra manera de llegar hasta él.
- Y ¿Qué puedo hacer yo?
- Si me permite, se me ocurre que, al terminar la Rueda de prensa, le pueda dar un saludo de su parte.
- Claro, encantada. Le envío un cariñoso recuerdo por medio de un buen embajador…
- Al terminar la Rueda de Prensa, el maestro pregunta
- ¿Alguna otra cosa?
Se levanta el periodista y le dice:
- Maestro, tengo un saludo para usted. Se lo envía Margarita Morais.
A Paul, que tenía un gran sentido del humor, le hizo tanta gracia oír mi nombre allí, que le contesto:
- Muchas gracias. Venga usted conmigo y me lo explica bien.
El periodista, logró una larga entrevista que, la Agencia EFE, me agradeció con amabilidad.
Por otra parte, está el batallón de músicos que han pasado por la Sala Eutherpe, por el Auditorio Ciudad de León y por los cursos que organizamos y siguen teniendo contacto con nosotros. Son más de seis mil. Entre ellos, los hay bien conocidos por su buena fama y renombre internacional: Josu de Solaun, Francesco Ivan Ciampa, Javier Perianes, Ramón Tébar, Andrey Yaroshinsky, Francesco Lanzillotta, Paolo Carbone, Patrik Hemmeler, Alessandro Taverna, Isabel Villanueva, Borja Quintas, Anna Petrova, Delyana Lazarova, Tomoaki Yoshida, Rubén Talón, Jesús Reina. Misha Dacic…
Para los más de seis mil artistas, envío una felicitación sincera y el agradecimiento en nombre de la Fundación Eutherpe y de los ciudadanos a quienes estimulan y regalan con generosidad mucha belleza.
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