La Voz de Asturias (Viernes, 10/03/11)
"LUISA FERNANDA" O LA NUEVA ZARZUELA DE VANGUARDIA
El primer título de la Temporada de Zarzuela del Campoamor 2011 trajo a Oviedo el estreno absoluto de una nueva producción de Luisa Fernanda de Federico Moreno Torroba, una de las zarzuelas más conocidas del género. La producción, que tras su periplo asturiano viajará al Teatro de la Zarzuela de Madrid donde, por cierto, se estrenará dirigiendo algunas funciones el maestro asturiano Óliver Díaz, ha situado a Oviedo en la vanguardia de la producción de nuestro mejor patrimonio musical, un acierto gestor ciertamente afortunado que el tiempo sabrá recompensar. La "Luisa Fernanda" ideada por Luis Olmos ha sido un acierto. En su propuesta, el director artístico del Teatro de la Zarzuela de Madrid opta por sustituir los antiguos y lustrosos decorados zarzueleros por grandes pantallas "led" que ofrecen el mismo aroma castizo típico del género, pero dentro de una perspectiva moderna y muy atractiva visualmente. Las imágenes resultaron elegantes y estuvieron bien planteadas, llegando a resultar seductoras en momentos puntuales, sobre todo al final de la obra, cuando un precioso campo estrellado sirvió de contexto escénico a la soledad y tristeza del pobre Vidal. El problema técnico que causó el apagón de una de las pantallas led durante dos actos no empañó la belleza de una producción innovadora y, a la vez, respetuosa con la tradición.
La dirección musical estuvo a cargo de Cristóbal Soler, rutilante nuevo director musical del Teatro de la Zarzuela. Soler ofreció una versión diligente, que si no logró dar el lustre apetecido a la sonoridad de la Oviedo Filarmonía, consiguió una agradable versión musical, gracias a sus notables dotes conductoras y a una propuesta más equilibrada que apasionada, que se cuidó de no tapar a los cantantes, pero que también podría haber hilado más fino siguiendo sus fraseos. Algún fragmento - "Cállate corazón" - pecó de excesiva lentitud, lastrando un poco sus cualidades. En general, se echó en falta una mejor planificación de tempi , que hiciera más estable y placentera la relación con los cantantes. De cualquier manera, al director valenciano le sobró capacidad para reconducir cualquier situación, siempre con un gesto vital, elegante y certero, que es su más interesante seña de identidad como artista.
Del reparto lírico destacó el Vidal de Juan Jesús Rodríguez, magnífico barítono que estuvo espléndido en volumen y musicalidad. Él fue el único del reparto que consiguió emocionar cantando, especialmente en el tercer acto. En general, se esperaba más de un elenco en el que había nombres importantes. La peor sensación de la noche la transmitió Cristina Gallardo-Domas, una artista de destacada trayectoria que no parece estar pasando por su mejor momento vocal. La soprano dejó ver su bonita voz, pero con una línea de canto destemplada, a veces incluso crispada, que generó desasosiego, especialmente por los lentos tempi con que interpretó algunos fragmentos. Actuando tampoco conquistó al público, ofreciendo una Luisa Fernanda demasiado afectada. Algunos cantantes dejaron ver usa serie de defectos y vicios adquiridos preocupantes. De nada vale el ejemplo de maestros como Alfredo Kraus, que en su día explicaron claramente la mejor manera de colocar las vocales y timbrar la voz, si al cantar se opta por oscurecer y hacerlas más anchas forzando, haciendo las "aes" como "oes", o intentando empujar más voz de la que hay, con esfuerzos que no llevan más que a afear cualidades tan interesantes como las del tenor Enrique Ferrer, que encarnó a Javier con talento escénico, pero que cantó con un estilo que no parece el más apropiado para sacar lo mejor de su bonita voz. Yolanda Auyanet fue una Duquesa Carolina más que adecuada, gracias a una forma de cantar limpia y pulcra, que reflejó muy bien la imagen aristocrática del personaje. Amelia Font fue una convincente Mariana y Julián Ortega, un Aníbal de grandes virtudes cómicas. También gustó el trabajo de Xavier Ribera-Vall como Don Luis, Lucía Escribano como Rosita y Jesús Aladrén como Don Florito, en el contexto de un reparto solvente. El Coro Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo ofreció su mejor cara, con un elegante trabajo escénico y lírico que dejó muy buen sabor de boca.
Compartir
Aviso: el comentario no será publicado hasta que no sea validado.